MONTEVERDI: LA GUERRA DEL AMOR

Publicado en 1638, el Libro VIII es una de las obras capitales de la historia de la música y el más variado e innovador compendio de madrigales de Claudio Monteverdi. Entre sus páginas encontramos algunas de sus obras más famosas: el bellísimo Lamento della Ninfa, Il Combattimento di Tancredi y Clorinda, un genial híbrido entre madrigal y ópera y el Ballo delle Ingrate, una de las obras escritas in genere representativo. Todo ello bajo el nombre de Madrigali Guerrieri ed Amorosi, que es como se conoce a este Libro VIII.

Uno de los rasgos más importantes en los compositores de la primera mitad del siglo XVII es su intención de expresar y representar sentimientos y estados de ánimo con la mayor fidelidad y vehemencia posibles. El texto adquiere, por tanto, un gran protagonismo y la música debe fundirse con él para expresar la angustia, la ira, la agitación así como elementos (para)textuales como el galopar de los caballos, el entrechocar de las espadas, etc.

Monteverdi reunió en este libro obras de diferentes periodos de su vida y por primera vez se vio en la necesidad de escribir un extenso prólogo donde facilita presupuestos estéticos e información histórica sobre las representaciones de sus obras. (Harmonia Mundi ha tenido la gentileza de incluir el texto completo del prólogo). Asimismo tanto Il Combattimento como el Ballo delle Ingrate están precedidos de detalladas anotaciones que vienen a ser acotaciones teatrales donde se indica a los “actores” la forma en que deben hacer su papel llegando incluso a prevenirles sobre el uso de ornamentaciones en diferentes pasajes y hasta el exacto número de instrumentos a usar y cómo deben ser tocados. Esta obra es además un magnífico ejemplo del estilo concitato que había aparecido en libros anteriores y que llega aquí a su madurez.

René Jacobs sigue su recorrido por las grandes obras del cremonés con una versión de este Monteverdi tardío para la que ha reunido una vez más a un magnífico grupo de solistas. En su versión destacan la expresividad, el equilibrio entre voces e instrumentos y el talante teatral de la partitura, que sin llegar al límite de otros parece ser suficiente para representar la riqueza dramática de estas partituras. 

Hay cosas hechas con verdadero mimo y delicadeza como el suave y ensoñador comienzo de Hor che 'l ciel e la terra. Sensacional es también Gira il nemico, insidioso Amore, uno de los madrigales más teatrales de la obra, donde Jacobs consigue esa perfecta unión entre texto y música. Sólo la forma en que los cantantes dicen “la rocca” nos permite situar el pleno significado de la palabra y hasta de toda la frase (espléndido el bajo Antonio Abete). Cuando Monteverdi escribe para dos voces de la misma cuerda, Jacobs se preocupa por elegir voces que se distingan bien y así aportar más colorido a la obra como en Armato il cor, para dos tenores. Aquí encontramos otro buen ejemplo de la importancia asignada a la dicción del texto. La impetuosa forma en que el primer tenor dice “pugnerò” es lo suficientemente gráfica para describir la intención de luchar contra la muerte reforzada por la contundente entrada del clave. 

A pesar del ligero tempo marcado por Jacobs, Bernarda Fink conmueve en el dulce Lamento della Ninfa con su voz cálida y expresiva que consigue transmitir todo el pathos de este profundo y doliente canto. La manera que tiene de acariciar las palabras, de acentuar aquí o allá, de buscar los claroscuros, de jugar con las intensidades, convierte a la suya en una de las mejores versiones disponibles. A pesar de la entrada en tromba de los italianos, no hay que olvidar las lecturas de Emma Kirkby o Emily van Evera que fueron en su día reveladoras y aún mantienen su fulgor. 

Víctor Torres es el narrador y protagonista en Il Conbattimento, esta partitura que todavía hoy sigue sorprendiendo por su fuerza y originalidad, y la verdad es que a pesar de no tener un timbre muy bello su forma de decir, su adecuación al estilo y su implicación dramática hacen de él un digno servidor de la parte aunque sin superar a un Roberto Abbondanza (Alessandrini). Jacobs imprime un ritmo muy dramático con sorprendentes cambios de tempo y tanto la agitación en la lucha entre Tancredi y Clorinda como el mágico momento (que tanto recuerda al despertar de Brünnhilde) en que el vencedor descubre el rostro de la heroína están hechos con gran efecto. 

Sin duda, Jacobs firma una versión completa, fresca, llena de matices y colorido que se sitúa muy arriba sin llegar a superar a la de Alessandrini (Opus 111), aún invicto en este terreno aunque su selección del Libro VIII contenga menos música. A pesar de todas las virtudes de Jacobs aquí expuestas, Alessandrini le supera en olfato teatral e imaginación además de contar también con un magnífico equipo solista -italiano hasta la médula- y una mejor grabación. Quien ya tenga la versión de Alessandrini puede quedar satisfecho con ella. Quien tenga otras versiones más antiguas como la de Anthony Rooley (Virgin) o busque una buena versión moderna podrá acudir a ésta de Jacobs, atmosférica, vitalista y a su modo novedosa. 

La presentación con un extenso e interesante artículo de Denis Morrier, fotos de todos los artistas y textos completos es excelente aunque haya alguna frase movida de sitio. Lamentablemente Harmonia Mundi aún no se ha subido al carro de incluir nuestro idioma en sus ediciones. Para ello habrá que esperar seguramente a que Glossa o Alia Vox se decidan a publicarlo.

REFERENCIAS:

MONTEVERDI, C.: Madrigali guerrieri ed amorosi, Libro VIII. Salomé Haller, Maria Cristina Kiehr, sopranos. Bernarda Fink, Marisa Martins, mezzos. Christophe Laporte, contratenor. Mario Zeffiri, Kobie van Rensburg, John Bowen, Jeremy Ovenden, tenores. Víctor Torres, barítono. Antonio Abete, Renaud Delaigue, bajos.  Concerto Vocale. René Jacobs, director. HARMONIA MUNDI HMC 901736.37. 2 CDs.

Página web: www.harmoniamundi.com