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Número 78º - Noviembre 2.006


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HALFFTER TROPIEZA CON FALLA

Por Fernando López Vargas-Machuca.

Sevilla, Patio de Ave María del Monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas. 14 de septiembre de 2006. Concierto extraordinario de apertura de temporada. Vaughan Williams: El ascenso de la alondra. Sarasate: Fantasía sobre Carmen para violín y orquesta. Falla: El sombrero de tres picos (ballet completo). Rosa María de Alba, soprano. Viviane Hagner, violín. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Pedro Halffter, director.

Al contrario que otras voces, que quieren ver en Pedro Halffter o bien siempre un magnífico director que acierta plenamente en cualquier partitura que se le ponga por delante, así sin matices, o bien de manera exclusiva un batutero de tres al cuarto que jamás hace nada a derechas, también sin más matizaciones, el firmante de estas líneas ha encontrado apreciables irregularidades en la labor del nuevo titular de la Sinfónica de Sevilla, habiendo dado cuenta desde estas páginas de interpretaciones extraordinarias (Lulú, Segunda de Rachmaninov), notables (la Leningrado), flojas (Réquiem verdiano) o sencillamente malas (Salomé) sin ahorrar en ningún momento los calificativos que nos parecían oportunos. Por eso mismo tenemos ahora que ser igualmente rigurosos y confesar que la interpretación que al aire libre, en el hermoso atrio de la Cartuja de las Cuevas, ha ofrecido de esa obra maestra absoluta que es El sombrero de tres picos no nos ha parecido sino un tropiezo mayúsculo.

Cierto es que la deficiente acústica dificultó considerablemente el trabajo con la orquesta y que los profesores de la misma mostraron una motivación más bien escasa: ni siquiera los habitualmente magníficos atriles de las maderas estuvieron a su nivel habitual. Pero en todo caso la mayor responsabilidad del fiasco ha de recaer en la mal planteada y peor realizada labor de la batuta. La arquitectura general estuvo deficientemente trazada, pues a pesar de la celeridad con que se ejecutó (¡literalmente!) la partitura no hubo tensión alguna y sí se apreciaron demasiados caprichos en los tempi. El fraseo fue brusco y entrecortado, ayuno por completo de sensualidad y de elegancia. La tímbrica resultó en exceso aristada y la claridad brilló por su ausencia. De elementos como el sentido del color, la chispa o el idiomatismo, ni hablemos. Por si fuera poco el cuco no estaba bien de la garganta.

Cierto es que a una interpretación en vivo de este magistral ballet, y encima al aire libre, no podemos pedirle el poderío, la luminosidad, la chispa y el sabor español de la lectura discográfica de Frühbeck de Burgos, ni la elegante sensualidad de la de Ozawa, ni la incisividad y el sentido rítmico de la de Boulez, ni la frescura y espontaneidad de la de Dutoit, ni el sentido dramático y la intensidad de las de Barenboim (mejor la del DVD que la del CD, dicho sea de paso). Pero sí que podemos y debemos demandar una mínima corrección técnica y expresiva que Halffter y su orquesta sevillana en esta ocasión no fueron capaces de ofrecer. El 23 de noviembre volverán a interpretar esta obra, y lo harán nada menos que en el Teatro Falla de Cádiz: esperemos que por respeto a Don Manuel, que descansa en la Catedral gaditana, orquesta y director se planteen las cosas de una manera muy distinta.

La primera parte del concierto sevillano no fue tan lamentable, pero tampoco resultó para tirar cohetes. La interpretación de El ascenso de la alondra estuvo dirigida con sensibilidad y concentración, pero los ruidos de la calle terminaron ensuciando una página no genial pero sí muy hermosa que se mueve gran parte del tiempo en pianissimi. En la Fantasía sobre Carmen de Sarasate brilló el virtuosismo técnico de la muy solvente violinista Viviane Hagner, que en la obra de Vaughan-Williams pudo aportar buenas dosis de poesía, pero aquí el lastre vino por parte de la mediocridad de la partitura. Y es que para sacar algo de partido de ella hay que ser una artista verdaderamente extraordinaria, como demostrara en Sevilla allá cuando la Expo 92 la joven Anne-Sophie Mutter, que por fortuna aún no se había convertido en la hortera insufrible que es hoy. En fin, un concierto a olvidar cuanto antes. Ya vendrán otros.

 

ENLACES RECOMENDADOS

Web de la ROSS: http://www.rossevilla.com/index_e.html

Web de Viviane Hagner: http://www.vivianehagner.de/