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Número 75º - Abril 2.006


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DECEPCIONANTE RÉQUIEM VERDIANO

 Por Fernando López Vargas-Machuca.  Historiador. 

Sevilla, Teatro de la Maestranza. 31 de marzo de 2006. XVI temporada de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Verdi: Réquiem. Ana Mª Sánchez, soprano; Gloria Scalchi, contralto; Vicente Ombuena, tenor; Simón Orfila, bajo. Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza. Pedro Halffter, director.   

Que el Réquiem de Verdi se encuentra más cerca de la teatralidad operística que de la sinceridad de los sentimientos religiosos es una afirmación repetida hasta la saciedad, pero siendo a todas luces discutible no es momento ahora para ser replanteada. En todo caso abordar la partitura desde una óptica aparatosa, extrovertida, juvenil y contrastada (a la Muti, para entendernos) es por ende una opción tan válida o más que hacerlo desde la introversión, la serenidad y el misticismo (a la Giulini, cuyo segundo registro discográfico es absolutamente genial por su parte). Ahora bien, lo que no se puede permitir es perder el vuelo lírico, la sinceridad y -en definitiva- la emoción que albergan los pentagramas, convirtiendo la ejecución de la misma en un mero despliegue de efectos para epatar al personal. Y menos aún adornarla con detalles efectistas de dudoso gusto.

Es lo que le pasó a Pedro Halffter en el que suponemos debe de ser uno de sus primeros acercamientos a la obra de Verdi. Tuvo la suerte de contar con una orquesta que vuelve a vivir buenos momentos (aunque los metales siguen sonando con pobreza) y con un coro que ha manifestado una sensible mejoría en tiempos recientes. Además logró equilibrar los planos sonoros de manera convincente y dirigió con manifiesto entusiasmo. Mas por desgracia la suya fue una lectura que se quedó en lo superficial: espectacular en su generosísimo despliegue decibélico y trazada sin apreciables altibajos en su discurso, sí, pero escasamente emotiva. Y hubo más de un exceso en la orquesta no ya no censurado sino posiblemente incentivado desde la batuta, la cual encima cayó en algún momento en la vulgaridad y la brocha gorda (Sanctus). Por supuesto que ha sido un Verdi muy superior al que se ha escuchado en el Maestranza de la mano de batuteros insufribles como Maurizio Arena o Daniel Lipton, pero aún así resulta insuficiente.

Muy flojo el cuarteto vocal. Los más aceptables fueron Vicente Ombuena, tenor sensible aunque de emisión no muy ortodoxa, y Simón Orfila, artista voluntarioso pero cuya condición de auténtico bajo resulta cuanto menos discutible; en todo caso se agradece la presencia de estos dos buenos cantantes que quizá no encuentren siempre en España el apoyo que merecen. Muy irregular Gloria Scalchi, afectada por los continuos cambios de color de su no muy holgado instrumento. Y toda una decepción la tan simpática y querida Ana María Sánchez, a la que sus coqueteos con repertorios algo duros para sus características vocales no parecen haberle sentado nada bien. La soprano alicantina se mostró muy  sincera y emotiva, eso es verdad, pero la voz hizo agua por los cuatro costados en su dificilísima parte. Esperamos volver a escucharla en ocasiones más felices. En definitiva, un superficial y decepcionante Réquiem que si mereció la pena escuchar fue por las prestaciones de orquesta y coro.

 

Web de la ROSS (con notas al programa):  http://www.rossevilla.com/

Web del Maestranza: http://www.teatromaestranza.com