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Número 77º - Agosto 2.006


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"DER MESSIAS VON HERRN MOZART" 

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum. 

 

Como era de esperar el año Mozart está atrayendo la atención de programadores de festivales con un sinfín de conciertos dedicados a su obra. También parece ser el momento ideal para presentar al público aquellas obras revisadas (aunque no compuestas directamente) por Mozart. Es el caso del arreglo que Mozart hiciera en 1789, por encargo del Barón Van Swieten, del Mesías de Handel, obra que el salzburgués estudiara con dedicación y reelaborara con mimo. El hecho de que en un solo mes, junio 2006, dos de los grandes festivales (Salzburgo y Göttingen) programen esta obra es indicativo de la actualidad que ha cobrado esta versión del Mesías. Las discográficas, por su parte, no quieren perder el tren del año Mozart y hacen lo propio rebuscando aquel material que pueda volver al mercado con el valor comercial añadido que 2006 representa. Esta es la razón por la que EMI pone en circulación ahora la grabación de esta obra en versión de Hermann Max y su Das Kleine Konzert.

Lo primero de interés para el aficionado es saber si hay diferencias sustanciales entre la partitura de Handel y la de Mozart. Y efectivamente las hay; sin entrar en excesivos detalles glosaremos las más relevantes. Lo primero que sorprenderá al oyente es que el libreto está en alemán (en traducción de Christoph D. Ebeling e incorporado a la partitura por el Barón Van Swieten). Pero, pronto, el oyente se da cuenta que no sólo el idioma es diferente -que ya de por sí resulta una diferencia considerable- sino que Mozart sometió la obra a una profunda reorquestación añadiendo trompas, flautas, clarinetes, fagotes, trombones y timbales. Obviamente estos instrumentos aportan un mayor colorido orquestal y un sonido más sinfónico (es verdad que muchos pasajes suenan al último Mozart). La incorporación de vientos transforma algunos números como ocurre con el famoso coro “Wie Schafen ge’n” (All we like sheep) que adquiere en esta versión un aire más rústico y campestre que en el original. Quizás sea éste uno de los contados momentos en que Mozart mejora a Handel.

Las diferencias no se quedan en la orquestación. Entre otros cambios Mozart traspuso arias, omitió algunos coros y arias, y eliminó la parte central del aria “Sie schallt, die Posaun’” (The trumpet shall sound), una de las más famosas. También asignó algunas arias a otras voces. Casos concretos de la reasignación de voces pueden ser, por ejemplo, el “Erwach’ su Liedern der Wonne” (Rejoice greatly) para tenor en lugar de soprano y el “Doch wer mag ertragen den Tag seiner Ankunft” (But who may abide the day of his coming) para bajo en lugar de alto. 

También destacaremos el hecho de que muchos de los coros, en la versión de Mozart, son cantados por el cuarteto solista (una voz por parte) al que después se une el coro como en “Und ist zum heil ein Kind geboren” (For unto us a Child is born) o en “Sein Joch ist sanft” (His yoke is easy). Otro cambio importante es la combinación de trompa y trompeta en “Sie schallt, die Posaun’” (The trumpet shall sound). 

En resumen, cambios que llaman la atención y que, por momentos, dan a la obra otro carácter aunque sin desviarse del espíritu mayestático de la genial partitura de Handel. En ningún caso el arreglo de Mozart podrá servir de sustituto al original handeliano pero es algo más que una curiosidad pues sirve para escuchar la popular partitura en la vestimenta de otro genio.

La versión grabada por Hermann Max en 1991 (con motivo del segundo centenario de la muerte de Mozart) cuenta con un discreto cuarteto vocal en el que únicamente destaca el tenor Christoph Pregardien. El bajo, Stephan Schreckenberger, mantiene el tipo en sus arias principales pero en algunos coros su contribución es bastante endeble (“Sein Joch ist sanft”). Las dos voces femeninas resuelven bien sus partes pero sin brillar de especial manera al contrario que el coro, los Rheinische Kantorei, que suena empastado y con cuerpo. La orquesta con instrumentos originales (incluyendo fortepiano para el continuo) responde bien a las exigencias de la partitura y Hermann Max dirige con atención y entusiasmo aunque ciertos pasajes resulten algo tibios.

En definitiva, versión de mucho interés aunque con unas contribuciones solistas mejorables. Aquellos que busquen una grabación con voces de mayor enjundia deberán acudir, por ejemplo, a la clásica versión de Charles Mackerras con instrumentos modernos (Archiv 1974). 
 

REFERENCIAS: 
 

HANDEL/arr. MOZART: Der Messias KV572. Monika Frimmer, soprano I; Mechtild Georg, soprano II; Christoph Prégardien, tenor. Stephan Schreckenberger, bajo. Rheinische Kantorei. Das Kleine Konzert. Hermann Max, director. EMI CLASSICS 51198 2. 2 CDs.