Como en un musical

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

El Barberillo de Lavapiés. Música de Francisco Asenjo Barbieri. Libro de Luis Mariano de Larra. Reparto: Beatriz Lanza / Amparo Navarro (Paloma); Carmen González / Elena Rivera (Marquesita del Bierzo); Marco Moncloa (Lamparilla); Julios Morales (Don Luis de Haro); Francisco Maestre (Don Pedro de Monforte); Luis Álvarez (Don Juan de Peralta); Daniel Esparza (Lope). Dirección musical: Miquel Ortega / José Fabra. Dirección de escena: Calixto Bieito. Escenografía: Mónica Quintana. Figurnes: Mercè Paloma. Dirección del Coro: Antonio Fauró. Coreografía: Ramón Oller. Iluminación: Kavier Clot. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Titular del Teatro de la Zarzuela. Coro del Teatro de la Zarzuela. Teatro de la Zarzuela de Madrid, del 10 febrero al 11 de marzo de 2006. Producción del Teatro de la Zarzuela de 1998.

El Teatro de la Zarzuela cuenta ya con un repertorio propio constituido por títulos interesantes que merece la pena reponer, revalidando e incrementando, gracias a la fama precedente, sus merecidos éxito. La puesta en escena de El barberillo de Lavapiés que Calixto Bieito creó en 1998, ahora repuesta, fue un acontecimiento. El director no gozaba aún de la escandalosa fama que luego ha conseguido. El montaje está muy bien trabajado, casi como un musical. El resultado es vivo, actual, fresco. Respeta en lo fundamental la pieza original. Coro y personajes se mueven con libertad y cierto frenesí, hasta el punto de ocultar dónde empieza el trabajo del coreógrafo, excelente, de Ramón Oller, y dónde termina el del director de escena. El coro no para quieto ni un momento. Subraya todas sus intervenciones con gestos y movimientos continuos lo cual resulta en algunos momentos extenuante incluso para el espectador. La función se deja llevar por el impulso de la música con viveza y claridad de intenciones, muy políticas, con un inesperado salto final a través del tiempo. Se advierte un cierto afán de provocación del cual luego Bieito ha hecho bandera. La propuesta es personal pero resulta coherente y eficaz. La interpretación de todos los artistas, orquesta, coro, cantantes, bailarines, es más que solvente y se entregan con ganas y complicidad al talante general del montaje. Todos los factores (él título, la dirección, el elenco, los antecedentes) contribuyen a que las funciones sean un éxito, confirmando el acierto de recuperar del baúl producciones como este El barberillo.

Fotografía: Jesús Alcántara