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Número 52º - Mayo 2.004


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 Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.

Sigue adelante la Edición Vivaldi de Opus 111/Naïve con el volumen nº 20 que tiene como protagonistas a Rinaldo Alessandrini y su Concerto Italiano. Vivaldi compuso casi sesenta conciertos para cuerdas designados por el compositor de diferente manera (concerti ripieni, sinfonie, etc) que comparten la brevedad –ninguno supera los ocho minutos- y carecen de instrumento solista. El nuevo disco presenta un total de doce de estos conciertos: partituras llamativas, típicamente vivaldianas, con música extrovertida e invención melódica pero que también sabe explotar aspectos formales como el uso de la fuga. Como Alessandrini nos recuerda en las notas interiores, parte de este material deriva de préstamos propios por lo que algunas frases musicales resultarán familiares al conocedor de la obra de Vivaldi.

Normalmente encontramos estas miniaturas musicales como acoplamiento de obras de mayor enjundia o entre conciertos para instrumentos solistas. Algunos son bien conocidos como el RV 159 (que también abría un magnífico disco de Vivaldi/Pinnock), el RV 158 o el RV 129 “Concerto Madrigalesco”. Otros aunque menos conocidos son de igual calidad musical como el RV 121, el RV 156 o el RV 120 con su acariciante “Allegro” inicial. Aquí Alessandrini ha hecho una juiciosa selección (desgraciadamente ha dejado fuera el RV 151 “Concerto alla rustica”) en la que domina la variedad dentro de un patrón compositivo ciertamente parecido. 

En las lecturas de Alessandrini domina más la acentuación y el impulso rítimico de las obras que la propia melodía lo cual puede demostrarse en el “Allegro” inicial del RV 121 o del RV 159 si lo comparamos con la versión más dulce y reposada de Trevor Pinnock y su English Concert (Archiv, 1987). Lo mismo ocurre en el primer “Allegro” del RV 158 en el que Alessandrini busca un mayor contraste que el dado en otras versiones rivales como la de Simon Standage y su Collegium Musicum 90 (Chandos, 2003). No quiere decir que Alessandrini renuncie al aspecto más cantabile de la música. De hecho sólo tenemos que escuchar el “Allegro” inicial del RV 129 para ver el equilibrio entre los aspectos melódicos y rítmicos. 

Al mejor Alessandrini nos lo encontraremos en el frenético “Presto” del RV 121 o en el animado y burbujeante primer movimiento del RV 123, concierto que cierra el disco. En unas partituras donde no hay voz solista es normal que no abunden las ocasiones de ornamentar pero así todo Alessandrini no desaprovecha, por ejemplo, los finales de movimientos como el “Adagio” del RV 123 o el final del RV 159 para hacer discretos adornos que dan un aire más barroco a las obras. Extraordinario continuo que también incluye tiorba y guitarra barroca.  

Quizás la alternativa a Alessandrini en este repertorio sea Simon Standage y su Collegium Musicum 90 que están grabando la integral de estos conciertos para Chandos: un Vivaldi melódico, relajado y jovial, heredero del que hacía Trevor Pinnock hace dos décadas. Por ahora, sin embargo, nos quedaremos con el nuevo disco de Alessandrini cuyo único “pero” será la seca acústica de la Sala del Instituto Pontificio de Música Sacra de Roma donde se realizó la grabación en Febrero 2003. 
 


REFERENCIAS:

A. VIVALDI: Conciertos para cuerdas RV 159, 153, 121, 129, 154, 115, 143, 141, 120, 156, 158 & 123. Concerto Italiano. Rinaldo Alessandrini, director. NAÏVE/OPUS 111. OP 30377.

www.naiveclassique.com