Revista mensual de publicación en Internet
Número 47º - Diciembre 2.003


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LOS VILLANCICOS: LA SINTONÍA Y LA TRADICIÓN DE  LA NAVIDAD

Por Mª del Mar Gallego García. Profesora. 

So this is Christmas                                                                
and what have you done                                                        
another year over
and a new one just begun
and so this is Christmas.
I hope you have fun
the near and the dear one
the old and the young.

A VERY MERRY CHRISTMAS
AND A HAPPY NEW YEAR
LET´S HOPE IT´S A GOOD ONE
WITHOUT ANY FEAR.

And so this is Christmas
for weak and for strong
for rich and the poor ones
the world is so wrong
and so happy Christmas
for black and for white
for yellow and red ones
let´s stop all the fight.

A VERY MERRY CHRISTMAS
AND A HAPPY NEW YEAR
LET´S HOPE IT´S A GOOD ONE
WITHOUT ANY FEAR.

 

¿Quién no ha cantado en estas fechas un villancico? Resultaría interminable recoger las numerosas tradiciones navideñas, muchas de las cuales son conocidas y practicadas por todos nosotros: Decorar el árbol, poner el Belén, cantar villancicos... Sin embargo, ¿sabemos realmente el significado y el origen de estas tradiciones que, por ser practicadas en tiempos remotos o en países lejanos, las hemos incorporado a nuestra rutina festiva? 

Durante estos días los grandes éxitos musicales dejan cabida a esas “cancioncillas” que año tras año se tararean y cantan durante las Navidades. Canciones populares cuya existencia data de tiempos remotos pero que mantienen toda su frescura y sabor. Se trata de los villancicos: Construcciones poéticas y musicales de carácter popular y de estructura sencilla que forman parte de la cultura literaria y musical de los pueblos. 

El villancico es “la canción de la villa” y en sus orígenes sirvió para registrar la vida cotidiana de los pueblos. Se remonta al siglo XIII, siendo muy difundido en España en los siglos siguientes. En el siglo XV se consagraría como una peculiar forma de entender las tonadillas populares de la España Medieval, dando origen y asentándose la costumbre de entonar villancicos durante las fechas navideñas, señalándose como el primer villancico "Puer Natus Est".

Algunas de las melodías europeas de los villancicos formaron parte de los misterios y representaciones teatrales medievales del Ciclo de Navidad. Al prohibirse éstas en los templos, quedaron como cantos sueltos que se ejecutaban con motivo de la Navidad. Pronto los villancicos se trasladarían del pueblo a la Corte, convirtiéndose en los siglos XV y XVI —junto con el romance—, en las composiciones poético-musicales profanas más interpretadas. 

El villancico, que en sus inicios fue una forma poética española, significa como hemos mencionado con anterioridad "canción de la villa", o "canción campesina" ya que, al parecer, fue un canto rústico de villanos o aldeanos en sus fiestas; su estructura musical fue más bien sencilla y utilizada, a manera de cronismo musical, para registrar los principales hechos de una comarca. 

Sin embargo, esto no impidió que, más tarde, el villancico no solo se consolidase como género, sino que se convirtiera en el arquetipo de la "canción de Navidad", hasta llegar a nuestros días como un complejo y vasto repertorio de canciones (de diferente origen) que se entonan, casi universalmente, en la época navideña. 

La música de los villancicos aparece – en la historia occidental – hacia la época medieval, aproximadamente en el siglo XIII y en sus orígenes estuvo conformado por un refrán que se repite como en las obras en forma de "rondó". Surge como una monodía (línea melódica sola) con Alfonso X, convirtiéndose en los siglos XV y XVI en una composición de estilo madrigalesco (a dos, tres y hasta cinco voces), llegando por último a ser una especie de cantata para solos, coro y acompañamiento instrumental. En la Europa de los siglos XVI y XVII se registra una extraordinaria vigencia de este género.

Los primeros villancicos en España fueron composiciones polifónicas a tres y cuatro voces que se encuentran recopiladas en los cancioneros españoles de la época: en el "de Palacio", el "de Medinaceli", el "de Upsala" (editado en Venecia en 1556 y denominado "de Upsala" porque el único ejemplar conocido se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de dicha ciudad sueca), en el "de Sablonara", en el "de la Colombina", el "de Stúñiga", etc.

Estos cancioneros contienen buena cantidad de villancicos polifónicos cortesanos que poéticamente derivan del "zéjel" y de los géneros italianos "virelai" y "ballata", todos ellos conformados formalmente por estribillo (A), seguido de copla en dos partes (mudanza: bb - y vuelta: ba), al final de la cual se repite el estribillo (A) y sigue otra copla. Paralelamente al villancico polifónico se cuenta ya en el siglo XVI con el villancico a una voz y acompañamiento de vihuela que, a partir del siglo XVII, se acompañaría de guitarra.

Desde fines del siglo XIX el nombre ha quedado exclusivamente para denominar a los cantos populares – religiosos o profanos – que aluden al misterio de la Navidad y que se cantan con el acompañamiento de instrumentos musicales populares. A partir de esta época, el villancico sufre grandes cambios pues su temática se va concentrando hacia la referencia de los elementos que intervienen en la fiesta de Navidad.

Pero la utilidad del villancico, no sólo se centra en aludir a la Navidad, para los especialistas de Lengua Extranjera es un gran recurso didáctico para unir las dos culturas: la nativa y la del idioma aprendido.

Por medio del villancico, fomentamos el desarrollo de numerosas capacidades: captación rítmica y melodía, captación del pulso y el acento musical, expresión de matices, expresión a través del movimiento corporal...

A través de las canciones, se establece un contacto directo con los elementos básicos de las culturas; por este motivo, nunca será excesivo el cuidado que se ponga al seleccionar el material de enseñanza.

Puede decirse que una canción debe responder a las necesidades musicales y espirituales más auténticas del niño. Cuando cumple estas condiciones, el pequeño la acepta y la hace suya, entrando en ese mismo momento a formar parte de su mundo interior, abriendo así el camino para la enseñanza del segundo idioma.

Las canciones, y en concreto los “carols”, es una actividad muy apreciada entre el alumnado. En general, están dispuestos a escuchar e incluso a entonar una misma canción repetidas veces. Esto contribuye al propósito de practicar la comprensión auditiva, así como memorizar textos y fijar vocabulario, giros y estructuras gramaticales. Entre algunas actividades para fomentar la mencionada destreza, destaco: rellenar espacios en blanco, ordenar las estrofas cambiadas, escuchar y actuar, inventar un título para la canción, inventar un diálogo basado en el contenido, escribir un verso nuevo...

La voz es un vehículo de comunicación que puede constituir un estímulo para las posibilidades expresivas de la voz humana y su desarrollo, en cuanto a timbre, volumen, matices... Haciendo uso de este instrumento, los maestros podemos llevar a nuestro alumnado multitud de posibilidades rítmicas y melódicas, no solo en la lengua materna, sino en la lengua extranjera que enseñemos.

Debemos de hacer de cada canción que enseñamos, una experiencia viva. La letra y el contenido poético han de adquirir realidad, vida, importancia. El niño ha de sentir la letra y la melodía, cada una por separado, y luego las dos combinadas, como una unidad. Si nos sentimos implicados, los maestros debemos buscar la fantasía de los niños y que interpreten la canción, en este caso el villancico. Este tipo de canciones resulta muy motivadoras, ya que por medio de ellas no sólo enseñamos el segundo idioma, sino que nos sirve de vehículo para conectar la cultura materna con la extranjera.

Estas breves consideraciones sobre el origen y desarrollo del villancico en el pasado, pueden ayudarnos a comprender la celebración en el presente de las fiestas de Navidad.

La tradición de los villancicos, basados en las tonadillas populares, se transmitió de boca en boca, hasta que en los siglos XIV y XV se comenzara con una verdadera producción, asentándose definitivamente esta tradición de estructuras poéticas de contenido alegre y sencilla composición en la que se alterna un estribillo con estrofas de diferente forma, ritmo y medida, que no solo sirve para amenizar las fiestas, sino que también nos sirve a los profesores de Lengua Extranjera a entrelazar las culturas.