Revista mensual de publicación en Internet
Número 47º - Diciembre 2.003


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Brendel cirstalino  

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

Recital del pianista Alfred Brendel. Beethoven: Bagatelas, rondós y Sonata num. 11 en si bemol mayor. Mozart: Sonata en la mayor K 331, "Alla turca". Schubert: Sonata núm. 17, en do mayor, "Inacabada". Octavo Ciclo de Grandes Intérpretes. Fundación Scherzo. Auditorio Nacional de Madrid, 25 de noviembre de 2003.

Alfred Brendel volvió a ofrecer en Madrid un recital insuperable; entusiasmó al público que tuvo la fortuna de disfrutar de su gran sabiduría artística. Brendel es un pianista al servicio del piano y de la música, concentrado en lo que hace, casi ajeno al público, salvo para agradecer con alguna mirada furtiva y humilde las ovaciones que al final le dedican. Cuando aparece en escena se dirige presto al piano y suele atacar inmediatamente, salvo que se produzca alguna distracción entre las butacas. Su sonido es perfecto desde el primer acorde, siempre justo y exquisito, de una dulzura e intensidad que reclama en el acto toda nuestra atención hacía el discurso musical. En sus versiones no falta nada ni sobra nada. El sonido, la articulación, la dinámica, la plasticidad de sus interpretaciones, todo está al servicio de la música que toca en cada momento, transmitiendo la emoción de la composición en estado puro, sin adulterarla con los caprichos personales a los que tanto se inclinan otros grandes divos. Las únicas picardías que Brendel se permite son la demora de algunos sonidos, el sutil retardo en ciertos acordes cuya ejecución finalmente cuadra, sin descomponer la métrica general. Con esos tenues suspiros deja un vilo a los oyentes y recalca el pasaje escogido en su momento justo. Son gestos casi inadvertidos, fugaces, pero rebosantes de intención e inteligencia musical. Fuera de esas concesiones, Alfred Brendel despliega un trazado ceñido a la arquitectura musical de la partitura, desde una perspectiva celeste, límpida, cristalina. Es por eso que alcanza sus cumbres más altas con la música clasicista de finales del XVIII y principios del XIX (Beethoven, Mozart, Schubert) donde la emoción nace de la forma. Para este intérprete no hay obras menores ni mayores. El mismo rigor interpretativo se aplica y advierte en las bagatelas de Beethoven, como las sonatas de mayor envergadura. La calidad no es cuestión de escala, sino de actitud. La pulcritud es fuente de una emoción genuina y contenida, pero muy honda. Todo ello otorga una insólita frescura al oficio de este veterano músico, que aborda el arte con una honestidad y profesionalidad incontrovertibles. Brendel retorna a Madrid y su visita nos rejuvenece cada año, con su lozanía y claridad. 

Próximos recitales del Ciclo de Grandes Intérpretes

19 de enero                      Christian Zacharias

5 de febrero                     Grigori Sokolov

2 de marzo                       Andras Schiff

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