Revista mensual de publicación en Internet
Número 47º - Diciembre 2.003


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La música en el primer y segundo ciclo de Educación Infantil

Por Cristina Isabel Gallego García. Lee su curriculum.

      Desde el primer ciclo de Educación Infantil (de 0 a 3 años) podemos enseñar a los niños a escuchar, explorar el mundo sonoro que los rodea, hablar, cantar, experimentar con instrumentos musicales... 

A través del oído el recién nacido entra en comunicación con el mundo de los sonidos (de su propio cuerpo o del entorno próximo). Con el apoyo de la vista y el tacto, irá desarrollando un completo proceso de audiopercepción que le permitirá adquirir diferentes sensaciones referentes a su ritmo biológico, sus movimientos corporales, sus posibilidades de expresión sonora...   

Los niños desde pequeños poseen las bases de dos de los elementos fundamentales presentes en toda producción musical: el sonido y el ritmo. La educación musical en este primer ciclo se puede ocupar del desarrollo sensorial. Debemos favorecer la sensibilización y el interés de los niños por los sonidos y su identificación. Con sus propios cuerpos, objetos cotidianos, instrumentos sencillos pueden descubrir nuevas posibilidades expresivo-sonoras. Un ambiente estimulante favorecerá el descubrimiento, la exploración, la manipulación... 

También el silencio, como oposición al sonido, es importante trabajarlo desde el primer ciclo de Educación Infantil. Podemos ayudar a los pequeños a descubrir su voz, utilizarla en situaciones de imitación, improvisación, juego... La canción ocupa un destacado lugar. El desarrollo rítmico tiene lugar esencialmente, a través de la vivencia e interiorización del movimiento y del gesto que acompañan a las canciones. Los juegos de movimiento con diferentes agrupamientos y los desplazamientos en el espacio a tiempo de marcha permiten afianzar el desarrollo del pulso y posteriormente el acento. 

Como queda recogido en la Colección de Materiales Curriculares de Educación Infantil de la Junta de Andalucía, en el primer ciclo se puede trabajar la:  

o              Exploración de las propiedades sonoras de algunos objetos.

o              Discriminación de algunos sonidos de la vida cotidiana.

o              Diferenciación de sonido y silencio, ruido y música.

o              Imitación de sonidos y ruidos habituales en su entorno.

o              Interpretación de canciones sencillas con apoyos gestuales.

o              Participación en cantos colectivos.

o              Producción de ritmos sencillos con el cuerpo cuando se escucha una pieza musical, una canción.

o              Conocimiento de alguna canción.

o              Audición de piezas musicales cortas y adecuadas.

o              Preferencias por determinadas canciones.

o              Interés por oír canciones y piezas musicales.

o              Disfrute con actividades de cantar y expresarse mediante la danza.

 En el segundo ciclo (3 a 6 años) podemos plantear juegos y actividades que potencien los procesos de audiopercepción  iniciados en el ciclo anterior.  Aquí ya iremos atendiendo a los parámetros del sonido: timbre, intensidad, duración y altura, para la identificación y comparación de diferentes sonidos.  

La audición activa de diferentes y variadas obras con actitud relajada y atenta, irá aproximando a los niños a las distintas manifestaciones musicales y sus primeras valoraciones, expresando sus preferencias por escuchar determinadas piezas. 

El tratamiento de la voz, como hemos mencionado anteriormente, encuentra en la canción su principal marco de desarrollo. A partir de ella podemos trabajar la entonación, el control de la respiración, la vocalización... Las formas eco y obstinado podemos contemplarlas como dos recursos de fácil utilización, que potenciarán las actividades de expresión vocal, instrumental y de movimiento, ampliando considerablemente sus posibilidades. 

Al explorar, manipular y descubrir las  posibilidades sonoras y expresivas de los objetos del entorno, sus cuerpos y los instrumentos de clase potenciaremos la sensibilización, discriminación y memoria auditiva. 

Con las actividades de movimiento se favorecerá la adaptación de los movimientos corporales a los ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta forma a la potenciación del control rítmico corporal.  Ya en este segundo ciclo, el pulso y el acento se van a convertir en dos elementos claves para centrar nuestra atención. 

En el segundo ciclo, los contenidos que quedan recogidos en la Colección de Materiales Curriculares de Educación Infantil de la Junta de Andalucía son: 

o              Exploración de las propiedades sonoras del cuerpo, de objetos, de instrumentos musicales.

o              Discriminación de sonidos según su procedencia y naturaleza.

o              Diferenciación de ruido, música, silencio, canción, ritmo.

o              Interpretación de estribillos, estrofas, canciones, siguiendo el pulso de la melodía.

o              Participación en actividades de canto colectivo coordinándose con los compañeros.

o              Utilización de instrumentos musicales de percusión para acompañar el canto.

o              Improvisación de sonidos y ritmos con instrumentos musicales.

o              Audición atenta de piezas musicales seleccionadas.

o              Valoración de las producciones musicales.

o              Interés por cantar, bailar e interpretar.

           Para Montserrat Sanuy, el verdadero valor de la educación musical activa en la infancia es que hagamos música desde el primer momento, expresándonos a través de ella, aunque no sea todavía de una forma plenamente consciente. Por eso es tan importante que empecemos a trabajarla desde el primer ciclo de Educación infantil y se continúe durante todo el proceso educativo. Así nuestro alumnado vivirá la música y esta contribuirá a su desarrollo integral como personas.