Revista mensual de publicación en Internet
Número 79º - Diciembre 2.006


Secciones: 

Portada
Archivo
Editorial
Quiénes somos
Entrevistas
Artículos
Crítica discos
Conciertos
Web del mes
Buscar
 

 

Un zumo ruso

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

El amor de tres naranjas. Música de Sergei Prokofiev. Libreto del compositor basado en la fábula de Carlo Gozzi. Reparto: Alexei Tanovitski, Andrey Iluyshnikiv, Nadezhda Serdiuk, Eduard Tsanga, Sergey Semishkur, Vladimir Tyulpanov, Pavel Shmulevich, Ekaterina Shimanovich, Anna Kiknadze, Natalia Evstafieva, Julia Smorodina, Yuri Vorobiev, Alexander Gerasimov, Ekaterina Tsenter, Nikolai Kamenski, Guzmán Hernando. Jean-Luc Revol. Coro y Orquesta del Teatro Real. Director musical: Tugan Sokhiev. Director de escena: Philippe Calvario. Escenografía: Jean-Marc Stehlé. Figurinista: Aurora Popineau. Iluminador: Bertrand Couderc. Coreografía: Sophie Tellier. Directod del Coro: Jordi Casas Bayer. Nueva producción del Teatro Real y el Festival de Aix-en-Provence. Teatro Real de Madrid, del 31 de octubre al 16 de noviembre de 2006.

El Teatro Real apuesta en firme por la ópera del siglo XX. Tras inaugurar la temporada con Strauss, ha llevado a escena El amor de las tres naranjas, ópera escrita por Sergie Prokofiev en 1919, con un libreto del propio compositor basado en la fábula de Carlo Gozzi. La obra es divertida y tiene un ritmo trepidante que se ha puesto de relieve al optar esta producción, del Teatro Real y del Festival de Aix-en-Provence, por ofrecer la función sin descansos. La dirección de escena de Philippe Calvario es divertida, aunque recurre innecesariamente a los tópicos gays tan de moda en la ópera: travestís, uniformes, drag queens, boys… Algunas bromas están bien, pero otras rozan el mal gusto y contravienen el tono exquisito de la obra. Otros aspectos de la dirección, como los movimientos de grupos y personajes, o las coreografías de Tellier, resultan excelentes. El decorado giratorio de Stehlé es estupendo, está lleno de posibilidades muy bien aprovechadas que subrayan el diálogo entre lo antiguo y lo moderno. Prokofiev escribió una ópera innovadora, pero emparentada con el pasado dieciochesco y barroco. Su preocupación principal era renovar un género decadente reestableciendo la comunicación con el público a través del humor, del ritmo y de la claridad narrativa. La historia es absolutamente fantástica, incluso inverosímil, pero está expuesta con un trazado narrativo tan impecable, que le garantiza una perfecta coherencia dentro de los convencionalismos teatrales. El elenco, que canta en ruso, es muy equilibrado y profesional. Todos los cantantes debutan en el Real con esta actuación. El coro del teatro tiene un gran protagonismo que sabe defender con holgura. La orquesta también juega un papel central, en una exuberante participación que conduce con talento el joven director Tugan Sokhiev. Es una función espléndida en su conjunto. 

(Foto: Javier del Real)