Revista mensual de publicación en Internet
Número 75º - Abril 2.006


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Buena música y buena causa

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

Recital de Hiro Kurosaki (violín barroco). Sonata núm. 2, Partitura núm. 2 y Partita núm. 3 de Juan Sebastián Bach para violín solo. Concierto organizado por el Grupo de Apoyo a Thomas Millar-El con la colaboración de la Comunidad Evangélica de habla alemana de Madrid. Iglesia de La Paz, Madrid, 25 y 26 de marzo de 2006.

El concierto tuvo aire clandestino. Fue insólito en todos sus aspectos: el intérprete, la música, la causa, el lugar. Hiro Kurosaki ofreció un extraordinario recital de violín en la Iglesia de la Paz de Madrid. Toca el violín barroco, pero es un virtuoso sin complejos que no tiene nada que envidiar a los violinistas “modernos”. Más conocido en Madrid por su discografía y enseñanzas que por actuaciones solitas (aunque nos haya visitado con algún grupo de fama), viene desde hace poco con regularidad a la ciudad donde ocupa una cátedra del Real Conservatorio Superior de Música. El programa fue largo e intenso. Estuvo formado por obras para violín solo de Juan Sebastián Bach: la Sonata núm. 2 en la menor, la Partita núm. 2 en re menor y la Partitura núm. 3 en mi mayor. Las versiones de Kurosaki fueron impecables tanto en lo técnico como en lo artístico. Desplegó un sonido dulce y pleno, una articulación exacta, contrastes sonoros coherentes y unos tempi expresivos, llenos de clara intención. Hubo momentos de una singular intensidad emotiva, acentuada por el carácter íntimo del concierto. La iglesia de la Paz se llenó de músicos y amigos. Es un pequeño templo neorrománico de la comunidad evangélica alemana que se haya, casi escondido, en pleno centro de Madrid. Tiene una excelente acústica, que el intérprete supo aprovechar al máximo. El concierto, que se repitió al día siguiente, estuvo organizado por el grupo de apoyo a Thomas Miller, un condenado que aguarda en las cárceles estadounidenses la ejecución, anunciada y pospuesta hasta ahora en once ocasiones. Su caso fue tratado en La espalda del mundo, una película de Javier Corcuera que motivó la formación del grupo malagueño organizador del concierto. Atendiendo a estas especiales circunstancias, Kurosaki presentó cada una de las obras destacando las referencias que contienen a la muerte, a la vida y a la esperanza. El recital fue extraordinario y todos se marcharon con la impresión de haber asistido a un evento excepcional.