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Número 72º - Enero 2.006


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JOSÉ CARERRAS EN GIJÓN

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.



Gijón, 17 de enero de 2006. Recital de José Carreras, tenor, con Lorenzo Bavaj, piano.


La expectación que había levantado el anunciado recital de José Carreras en Gijón hizo que el Teatro Jovellanos registrara un lleno histórico; no sólo estaban ocupadas el 100% de las localidades, sino que hubo que habilitar asientos sobre el propio escenario, a ambos lados del cantante, para alojar a más espectadores. Claro está que lo que se buscaba era el nombre del intérprete (el poder contar a los nietos que se asistió a un recital de Carreras...) más que los resultados artísticos que pueda dar en la actualidad, pues es de dominio público que la voz de Carreras acusa actualmente un deterioro que hace que apenas cante ya ópera, sino solamente recitales con canciones de autores como Tosti.

Y aún así, en la primera parte del recital (canciones de Costa, Tosti y Tirindelli) encontramos a un Carreras muy forzado, con un registro agudo algo estridente, denotando el esfuerzo que le suponía cantar incluso músicas como estas. La recepción del público no fue tampoco muy entusiasta, y lo más aplaudido fue la conclusión, el calderón final del O Primavera de Tirindelli, planteado con mejores intenciones que resultados.

En la segunda parte, la cosa fue a mejor, con dos canciones en catalán de Morera y un tango de Gardel que, aunque estuvo cantado sin propiedad estilística (ya se sabe cómo cantan los tangos los tenores), vocalmente estuvo por fin aceptable y fue la primera pieza que levantó una gran ovación del público. Tras ella vino la "Andaluza" de Granados (es decir, la Danza Española nº 5, a la que se se puso letra) que al menos estuvo bien cantada, y fue también muy aplaudida. A partir de ahí, el tenor (cuyos resultados, dado el estado actual de la voz, pueden discutirse, pero cuya entrega fue indudable siempre) conquistó al público, y remató el concierto con otra pieza española (de Tata Nacho), y tres en italiano, de Cioffi, Tagliaferri y Falvo, esta última el Dicitencello Vuie. Hubo dos propinas, la segunda cantada dirigiéndose al público sentado sobre el escenario.

En resumen, no fue un gran concierto, pero sí fue una oportunidad de poder ver a uno de los famosos "Tres Tenores", y de ello se trataba, y a ello iba el público. Tras el fiasco de Pavarotti en 1992 y el presente recital de Carreras, ya sólo nos queda que actúe aquí Plácido Domingo para completar el trío.