Revista mensual de publicación en Internet
Número 63º - Abril 2.005


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CONTENIDO SCHUBERT

Por Rubén Flórez Bande.

          

El (acertado) binomio Andsnes-Bostridge prosigue sus aproximaciones al mundo schubertiano. Este disco que nos llega, es el cuarto de este interesante recorrido, sumándose al Viaje de Invierno y a los otros dos que, como en este, combinan una sonata, con un grupo de lieder. Tras la D850 y la D959, ahora es la 960 y los lieder Der Winterabend D938 y Viola D786 además del melodrama Abschied von der Erde D829.

Sin hacer desprecio a Bostridge, el que lleva la "voz cantante" en este disco es Andsnes. Qué duda cabe, que desde aquel interesantísimo debut del pianista noruego con el Concierto para piano de Grieg, cuando contaba 19, han transcurrido ya unos cuantos años, donde la figura del extravertido pianista se ha ido moldeando hacia un intimismo y una personalidad más sosegada, como bien pudo apreciarse en su reciente grabación del mismo concierto con Jansons

En esa línea de profundidad, indagación, meticulosidad, sigue enfrascado Andsnes. Su traducción de la última sonata del compositor austríaco, es un cúmulo de todas esas características. Hay que partir de que la suya no es una lectura ominosa, como en su día hicieran un Richter, o un Arrau, y hoy en día haga una interesante Leonskaja. Su lectura, si cabe, es más resignada, no tan tremebunda, no es un "adiós" es un "hasta pronto"

El Molto moderato inicial transcurre tranquilamente, el pianista indaga más las cualidades tímbricas, las sonoridades "orquestales" sobre todo, la extracción del poder melódico de las notas graves, aquí perfectamente desgranadas. Sacrifica ese valor dramático de esta parte, como el Andante sostenuto posterior, por ese dominio técnico, pero no queda la lectura de Andsnes en eso, en dar las notas lo mejor posbile, le añade ese toque resignado, casi otoñal, más ligado si cabe ese calificativo a la música de Brahms que a la de Schubert. No quiere caer el pianista noruego en un patetismo exagerado, quizás (a mi modo de ver) por no poder mantener el ritmo constante a lo largo de la obra, así que no se lanza a los toros... quizás con el paso de los años se tire de cabeza a extraer todo el poder emocional que contiene esta partitura.

El Andante moderato, como se ha dicho se mueve en los mismos parámetros que el movimiento inicial, constante análisis de la partitura, con un gran dominio del color, pero que no se queda en la lectura fría, tiene ese calor que no le hace caer en una lectura rutinaria.

Los dos movimientos finales (Scherzo: Allegro-trio y el Allegro ma non troppo-Presto) quizás a simple vista puedan parecer una música más despreocupada que los dos movimientos anteriores, pero no es así, en ellos Schubert guiña un ojo a sus años de juventud, y a la larga se respira algo de nostalgia. Esto sí lo capta a la perfección Andsnes, no hay aquí una carga tan clara, así que las modulaciones, los rubatos, el carácter bailable de los movimientos es más patente... pero con la resignación, casi inevitable que empaña toda la interpretación.

Interpretación que quizás no pueda codearse con las grandes de Arrau o Richter, pero que en los tiempos que corren es una versión que habrá que mirar muy de cerca. No, vuelvo a decir, por su valor subjetivo, si se quiere, o expresionista, sino por su dominio técnico-colorístico, que lo ponen al lado, hoy en día, y sin (creo) exagerar, de Pollini o de Zimerman.

En los lieder, Andsnes intenta profundizar también en el lado dramático de los mismos, en todos los giros que esas partituras tienen, pero se queda, por suerte en el acompañamiento. Sí, ciertamente hay pasajes en los que el piano parece robarle algo de protagonismo a la voz, pero son los que menos. La voz de Bostridge, muy limpia y clara, con un alemán impecable, nos da unas interpretaciones muy sentidas, no excesivamente dramáticas ni retóricas. Es la suya una voz que se adapta muy bien a estos registros. Quizás el pero que se le puede poner es que en ocasiones suena demasiado "religiosa" como si de un oratorio se tratase, en ciertos pasajes donde se pide un poco de más calor. Hoy en día, este tenor que se adapta a todos los repertorios poca rivalidad puede tener (en cuanto a su cuerda, claro).



REFERENCIAS:

SCHUBERT: Sonata para piano en Si bemol mayor D960.
Viola D786+ Der Winterabend D938+ Abschied von der Erde D829
Leif Ove Andsnes, piano + Ian Bostridge, tenor.
EMI 5 57901 2