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       FURTWÄNGLER, 50º ANIVERSARIO 
      Por 
      Angel Riego 
      Cue. Lee su 
      
      Curriculum. 
                
        
      Con ocasión de 
      cumplirse en noviembre pasado los 50 años de la muerte de Wilhelm 
      Furtwängler, la Deutsche Grammophon ha publicado otra caja de 6 CD's con 
      interpretaciones en vivo del legendario director alemán, que viene a 
      sumarse a las otras tres ya publicadas, dos de ellas de grabaciones de la 
      época de guerra (5 y 4 CD's, respectivamente) y otra de 6 CD's, titulada 
      "Grabaciones en vivo, 1944-53", que fue comentada en esta revista en el 
      número de mayo de 2003. Esta nueva publicación, que no repite nada con las 
      anteriores citadas, completa prácticamente el recorrido por todas las 
      grabaciones en vivo de Furtwängler que publicó la DG, pues lo que ha 
      quedado fuera es mínimo: en la serie Eloquence-Dokumente puede encontrarse 
      la Quinta de Beethoven de 1947 y el Concierto para violín, 
      también de Beethoven, con Schneiderhan, comentados en este mismo número; 
      también en la misma serie se ha publicado (aunque en España aún no ha 
      salido) la Séptima de Bruckner de El Cairo-1951, y en la serie 
      conmemorativa de la Filarmónica de Viena aún se puede encontrar la 
      Novena de Beethoven de 1953. Para completar el cuadro faltarían 
      solamente la Cuarta de Bruckner, descatalogada en estos momentos, 
      la Gran Fuga que salió en la serie de la Filarmónica de Viena y 
      dos Concerti Grossi de Haendel, uno de ellos que ha salido en el 
      recopilatorio "The Fascination of Furtwängler" y otro que al parecer está 
      editado en CD solamente en Japón. 
       
      En este nuevo álbum encontramos desde grabaciones que suponen una novedad 
      absoluta, nunca antes habían estado publicadas en CD fuera de Japón, hasta 
      reediciones de viejos conocidos que en estos momentos estaban ausentes de 
      catálogo. Comenzaremos por estos últimos para seguir un cierto orden. 
       
      Cuando hicimos la crítica del álbum "Live Recordings 1944-53", ya 
      señalábamos ahí que contenía parte de varios discos publicados en la serie 
      "Dokumente", pero a todos les faltaba su complemento. Así, teníamos la 
      7ª sinfonía de Beethoven de 1953, pero no la 8ª que se tocó 
      en el mismo concierto (y que siempre fue su compañera de CD); las 
      Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms, pero no su 1ª 
      sinfonía (idem); la Incompleta de Schubert, pero no la 
      3ª de Brahms que se acoplaba con ella en el mismo disco... Pues bien, 
      este álbum completa al anterior, y aquí se hallan todos esos complementos.
       
       
      De las tres Octavas de Beethoven que se conservan de Furtwängler, 
      la más fiel al espíritu "haydniano" de la obra bien puede ser la de 
      Estocolmo-1948, elegida por EMI para completar su ciclo Beethoven, aunque 
      la orquesta y la toma de sonido son inferiores. La última, de 
      Salzurgo-1954 con la Filarmónica de Viena (editada por Orfeo) suena 
      demasiado relajada, casi lánguida... Quizás en conjunto pueda preferirse 
      esta de 1953 que edita DG, pues es la mejor grabada y posee un gran 
      rendimiento orquestal de la Filarmónica de Berlín, aunque su sonido pueda 
      pecar algo de "demasiado germánico", es decir, demasiado contundente. 
       
      La Primera de Brahms del 10 de febrero de 1952 pasa con justicia 
      por ser la mejor que las once que se conservan de Furtwängler, lo que es 
      tanto como decir la mejor Primera de Brahms de la historia; de 
      hecho, cuando la DG quiso publicar en 1976 una versión de esta obra por 
      Furtwängler y recurrió a la viuda del maestro para que seleccionara una de 
      las existentes en los archivos de radio, ella eligió sin dudar la de ese 
      día. Y con justicia, porque no se encontrará otra que hable mejor el 
      "idioma" brahmsiano: esos contrastes "dialécticos" del primer movimiento, 
      la nostalgia típicamente brahmsiana del segundo, con ese sonido del oboe, 
      la sencillez (tan difícil de conseguir) del tercero o el monumental 
      final... nunca han sonado tan a Brahms como aquí. Como esta versión estuvo 
      muchos años ausente del catálogo europeo (excepto en una caja publicada en 
      exclusiva por la tienda alemana "Zweitausendeins"), se consideraba 
      entonces como la mejor Primera de Brahms de Furtwängler la de 
      1951 con la orquesta de la NDR (Tahra); es una versión más crispada, más 
      incisiva y con un final aún más apoteósico, pero que en conjunto suena 
      menos a Brahms que esta de DG. 
       
      Tras el concierto del 27 de abril de 1954, de donde está sacada la 
      Tercera de Brahms incluida en este álbum, el propio Furtwängler 
      declaró que por fin había llegado a entender la obra, tras toda una vida 
      dirigiéndola. Comparándola con la grabación de 1949 editada por EMI, no 
      cabe duda que esta de DG suena a un Brahms más ortodoxo, consiguiendo 
      mejor características típicamente brahmsianas como la placidez del 1er 
      movimiento o la efusividad lírica del 2º. La de EMI, en cambio, tiene un 
      "tempo" más acelerado (también en los dos últimos movimientos, que suenan 
      más sosegados en la de DG) y suena más crispada, lo que parece "raro" en 
      esta obra, aunque por su originalidad acabe convenciendo plenamente, es 
      más, muchos críticos la consideran de referencia incluso por encima de 
      esta de DG. En todo caso, para esta sinfonía no se pueden olvidar otros 
      directores como Walter o Giulini. 
       
       
      Para acabar con lo publicado en discos de la serie Dokumente, y 
      actualmente descatalogado, la Sinfonía nº 39 de Mozart etiquetada como de 
      "1942/43" estuvo acompañada de oberturas de Mozart y la Pequeña 
      Serenata Nocturna, todo ello grabado en estudio antes de la guerra, y 
      la Obertura de Rosamunda de Schubert acompañaba a la conocida 
      grabación en estudio de 1951 de la Sinfonía nº 9 "La Grande" del 
      mismo autor. Esta Rosamunda es una de las grandes versiones 
      conocidas de la pieza, aunque quizás tenga demasiada carga dramática para 
      la obra de que se trata; podría preferirse por ello la grabada en estudio 
      para EMI. 
       
      Lo de la 39 de Mozart es un caso un tanto extraño, pues mientras 
      que en la otra toma conocida de Furtwängler (1944, en las cajas DG de 
      grabaciones de guerra) se reconoce perfectamente el estilo del director 
      (dramatismo desbordado, nerviosismo hasta el desquiciamiento, cambios de 
      "tempo" que crean tensión en el oyente) en esta de 1942/43 encontramos 
      otro mundo, una serenidad que no parece verse afectada por las 
      preocupaciones de la guerra, con un Minueto algo pesante. Aunque nunca se 
      ha cuestionado que sea auténtica de Furtwängler, la verdad es que 
      escuchándola nos entra alguna duda. En todo caso es, en su estilo, una 
      bella versión. 
       
       
      Publicada con anterioridad, pero no en la serie Dokumente sino en los 
      "Double" de la DG francesa es una de las más famosas grabaciones 
      brucknerianas de todos los tiempos, la Novena del 7 de octubre de 
      1944. Desde el tétrico comienzo, seguido por un desarrollo rapidísimo 
      hasta el primer clímax, luego cambiando el tempo por uno muy lento para 
      crear desasosiego en el oyente... todo se une para que asistamos a la 
      versión más tensa que se pueda imaginar, una tensión que estalla hacia el 
      minuto 13:44, en una explosión de rabia como nunca se ha oído en esta 
      Sinfonía. El 2º movimiento es enloquecido, y el 3º lleno de angustia, que 
      no desaparece ni siquiera en el tantas veces plácido final, como si ni 
      siquiera la muerte trajera el descanso. Puede objetarse que esta versión 
      difícilmente se podría tomar como referencia (para eso elegiríamos a 
      Giulini en DG), porque suena más a "experimento" que a Bruckner, y de 
      hecho preferimos la Octava grabada una semana después como "el 
      mejor Bruckner de Furtwängler"; en todo caso, estamos ante una grabación 
      absolutamente imprescindible. 
       
      Y también publicada antes pero no en DG, sino en Decca y Orfeo, es la 
      Sinfonía nº 1 "Primavera" de Schumann del 29 de octubre de 1951, una 
      versión noble y llena de brío, aunque también febril y enloquecida, hasta 
      caer en el descontrol. Tampoco sería la "Primavera" que 
      elegiríamos como referencia (para eso, Klemperer) pero merece un puesto 
      entre las grandes versiones de esta sinfonía. 
       
       
      El resto de las interpretaciones contenidas en este álbum son, como se 
      dijo, novedad absoluta en CD en el mercado europeo. Siguiendo un orden 
      cronológico, comenzamos por la Suite para orquesta nº 3 de Bach 
      del 22 de octubre de 1948: un Bach totalmente romántico, nada que ver con 
      lo que se hace hoy, ni siquiera con interpretaciones con instrumentos 
      modernos tipo Marriner, Leppard, etc. Aunque está de moda descalificar hoy 
      en día este tipo de aproximaciones a Bach, tachándolas de "desfasadas", si 
      se escucha con mente abierta el Bach de Furtwängler, admitiendo que no 
      vamos a oír a Bach como sonaba en su época, sino un "experimento", la 
      verdad es que aún puede proporcionar muchas satisfacciones: encontramos un 
      concepto "religioso" de Bach, que explica la veneración que se le 
      profesaba en los tiempos en que Albert Schweitzer escribió su famosa 
      biografía, y con una belleza verdaderamente paradisíaca en su famosa Aria. 
       
      Las oberturas de Alceste de Gluck (5 de septiembre de 1951) y 
      Euryanthe de Weber (concierto en París del 4 de mayo de 1954) fueron 
      también grabadas en estudio por Furtwängler para EMI. Entre ambas 
      versiones, puede preferirse la de EMI para Gluck por su clasicismo de 
      "severidad marmórea" en lugar de la mayor tensión y angustia de la versión 
      DG en vivo, pero en el caso de Euryante la interpretación en 
      vivo, mucho más impetuosa, resulta más atractiva que la de estudio, y 
      además su toma de sonido no es inferior. 
       
      De Beethoven se incluyen tres novedades: las oberturas de Egmont 
      y Leonora II y la Gran Fuga en versión para orquesta de 
      cuerdas. La de Egmont procede del concierto del 27 de mayo de 1947 que dio 
      origen a la Quinta de Beethoven que se comenta en este mismo 
      número, y siempre estuvo publicada como complemento de ella (primero en 
      LP, luego en la caja de CD's editada por "Zweitausendeins", pero nunca 
      tuvo una edición en CD de distribución internacional). Se trata de una de 
      las más grandes versiones de esta obertura, que comienza con aliento 
      trágico, haciendo enormes pausas y sigue con un desarrollo que llega a 
      tener momentos enloquecidos. Por su parte, la Leonora II del 18 
      de octubre de 1949 es realmente electrizante, aunque con todo podría 
      preferirse aquí su grabación para EMI, con mayor hondura y mejor toma de 
      sonido. Y la verdadera joya de todo el álbum, entre las novedades, es la
      Gran Fuga del 10 de febrero de 1952 (mismo concierto que la 
      Primera de Brahms mencionada antes): un concepto "visionario" de la obra, 
      que explica por qué Beethoven se adelantó a su tiempo en muchas décadas, y 
      que elegiríamos como referencia para esta pieza por encima de la claridad 
      más "científica" de un Klemperer y de la elegancia más "distante" de un 
      Karajan. 
       
      Junto con la Gran Fuga, la otra novedad que había levantado gran 
      expectación en este álbum habían sido las Metamorfosis de Richard 
      Strauss de un concierto del 27 de octubre de 1947. Y la verdad es que 
      vuelven a confirmar que para Furtwängler, Strauss no era "lo suyo". 
      Tocadas a una velocidad vertiginosa (22 minutos, cuando lo normal es 
      26-27), de un lirismo romántico exaltado, apasionado, que suena a Brahms, 
      estas Metamorfosis son una versión muy "sui generis", que están 
      entre las que hay que tener aunque sólo sea por la personalidad del 
      director, pero que no serían las que elegiríamos como referencia (en este 
      caso volveríamos a Klemperer). 
       
       
      El último CD no incluye música sino la voz de Furtwängler hablando sobre 
      música en diversas conversaciones en la Hochschüle für Musik de Berlín y 
      en el Festival de Salzburgo (estas últimas a propósito de las obras que 
      dirigía allí, Otello y Freischütz). El documento estuvo 
      publicado en CD también en la mencionada caja publicada por 
      "Zweitausendeins", y aunque no se discute su interés, es una lástima que 
      no se haya incluido una traducción de lo que dice, ni siquiera la 
      transcripción del texto alemán original. 
       
      Queda por hablar de los nuevos reprocesados de estas grabaciones: en 
      general parece que se ha buscado un sonido más liviano, con mayor claridad 
      y menos distorsión, lo que puede hacer que se eche de menos una mayor 
      presencia orquestal. 
       
      En resumen, una caja que completa la colección de grabaciones en vivo del 
      "más grande director de todos los tiempos" y que contiene algunas 
      versiones absolutamente imprescindibles, como la Primera de 
      Brahms o la Novena de Bruckner. Incluso para el que ya repita 
      algunas de las versiones contenidas en el álbum, la parte que es novedad 
      puede ser suficiente para que merezca la pena hacerse con él, pues todas 
      las interpretaciones de Furtwängler (incluso aquellas que no se hallarían 
      entre las mejores versiones de la obra) merecen atesorarse. 
       
       
       
      REFERENCIAS: 
       
      "WILHELM FURTWÄNGLER: An Anniversary Tribute" 
      DG 477 006-2 (6 CD's) 
  
        
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