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       ¿LA MEJOR QUINTA DE BEETHOVEN? 
      Por 
      Angel Riego 
      Cue. Lee su 
      
      Curriculum. 
                
        
      Con notable 
      retraso respecto a su lanzamiento en Alemania (más de un año) ha llegado 
      por fin a España la primera entrega de la serie Eloquence-Dokumente, en la 
      cual los sellos DG, Decca y Philips reeditan grabaciones históricas del 
      fondo de su catálogo a un precio muy económico. Entre ellas figura una 
      versión legendaria de la 5ª sinfonía de Beethoven que hasta el 
      momento no se había publicado en Europa en CD, a excepción de una edición 
      especial para la tienda alemana "Zweitausendeins". Nos referimos, claro 
      está, a una de las grabaciones que ha dejado de esta obra el gran director 
      alemán Wilhelm Furtwängler, de quien recientemente se ha cumplido el 50º 
      aniversario de su desaparición. 
       
      El Beethoven de Furtwängler es la culminación de una tradición 
      interpretativa que inició Wagner en el siglo XIX, considerando que el 
      Beethoven que se ofrecía en su época, tocando la partitura literalmente, 
      sonaba demasiado frívolo; en su lugar, proponía una interpretación que 
      buscara las emociones fuertes, el contraste máximo, que expresara todo el 
      lirismo y toda la fuerza sobrehumana de estas obras, aunque fuera 
      tomándose libertades sobre el texto de la partitura para conectar con el 
      "espíritu" de la obra. Este concepto ha sido a menudo atacado por los 
      partidarios de la fidelidad literal hacia lo escrito, que sólo admiten 
      tocar las obras lo más parecido posible a como se hubiera hecho en vida 
      del autor; sin embargo, basta la audición de discos como el presente para 
      darse cuenta de que nunca nadie ha calado tan a fondo en las sinfonías de 
      Beethoven ni ha extraído tanta riqueza de ellas como Furtwängler. 
       
      A la hora de elegir una versión "de referencia" de una sinfonía de 
      Beethoven muchas veces la alternativa es cuál elegir de las de 
      Furtwängler, pues a veces (aunque se puedan reconocer características 
      comunes) son muy distintas entre sí, no en vano el maestro se pasó toda su 
      vida volviendo una y otra vez sobre estas partituras. En el caso que nos 
      ocupa, la Quinta Sinfonía del 27 de mayo de 1947 pertenece al 
      segundo concierto que daba después de la guerra, tras dos años en los que 
      estuvo apartado de la dirección debido a la relación que se le achacaba 
      con el régimen nazi.  
       
      Entre las diversas Quintas de Beethoven que han aparecido de 
      Furtwängler (13 hasta el momento, entre grabaciones "oficiales" y 
      "piratas") habrá quien prefiera la de 1943, más trágica, más profunda, y 
      con una transición del tercer al cuarto movimiento como nunca se ha 
      escuchado ni se escuchará; o la de 1954 para EMI, con mejor sonido y mayor 
      perfección orquestal, de un carácter hondo y "elegíaco". Sin embargo, esta 
      de 1947 tiene algo que no tienen las demás, puede decirse que es la más 
      original de todas, una continua fuente de sorpresas para el oyente, y 
      consigue interesar incluso al más reacio, al que diga que la Quinta 
      de Beethoven le aburre. 
       
      Así, ya el primer movimiento sorprende por sus continuos cambios de 
      "tempo", haciendo que nunca sea rutinaria ni monótona la continua 
      repetición del famoso tema de cuatro notas; el segundo también sorprende 
      por su carácter tan rítmico, tan "sincopado", parece estar dicho a 
      tirones, pero el efecto que provoca es increíble; si se nos permite la 
      expresión, casi da la sensación de estar presenciando un desfile a 
      caballo. El tercero corre como un río torrencial, poniendo a prueba la 
      capacidad de la Filarmónica de Berlín para tocar a esas velocidades, y el 
      último es realmente al galope tendido, a su manera suena "triunfal" (más 
      que en otras interpretaciones de Furtwängler de esta obra) pero sin 
      ninguna solemne retórica, no da tiempo, dada la velocidad vertiginosa a la 
      que atraviesa los pasajes del final que tantas veces suenan retóricos. Y 
      el mayor elogio que se le puede hacer es que después de tantas 
      "originalidades", lo que se escucha no suena a un experimento o a una 
      visión muy personal, sino que la impresión que da es que esto "es" 
      Beethoven.. 
       
      ¿Podría acusarse a esta versión de "efectista"? Tal vez. También se ha 
      leído a veces que es "extravagante". También podría verse un reflejo del 
      momento personal que vivía el director, cuando se le ha levantado la 
      prohibición de dirigir, lo que para él supone un triunfo. En todo caso, si 
      hay una Quinta de Beethoven que llegue inmediatamente a cualquier 
      oyente es esta, de ahí que personalmente la tenga como "mi" versión de 
      referencia. 
       
       
      Como acoplamiento, el CD incluye la última de las cinco grabaciones 
      conservadas de Furtwängler dirigiendo el Concierto para violín de 
      Beethoven. A diferencia de las versiones con Menuhin, donde encontramos 
      una dirección de acentos terribles, casi de "novela gótica", o de la 
      versión de guerra (de una poesía conmovedora) con el concertino de la 
      orquesta berlinesa, Erich Röhn, la dirección aquí es más lírica y 
      relajada, posiblemente menos interesante que las citadas pero de un gran 
      belleza en todo caso. El solista es ahora Wolfgang Schneiderhan, en mejor 
      forma que cuando grabó esta misma obra con Jochum unos años después 
      (aunque en lo técnico nunca fue lo que se dice irreprochable), y también 
      con ese lirismo que hoy nos suena algo cursi. Al igual que en la grabación 
      de Jochum, también toca las cadencias escritas por el propio Beethoven 
      para la adaptación para piano y orquesta de este concierto. A pesar de no 
      ser una versión que elegiríamos como referencia, es de agradecer su 
      inclusión por la novedad que supone, ya que esta grabación no se había 
      publicado antes en CD excepto en Japón. 
       
       
      En fin, solamente por la Sinfonía, y pese a que el sonido (suficiente en 
      todo caso) no se pueda comparar con el de una grabación moderna, he aquí 
      una joya imprescindible de esas que hay que tener en la discoteca 
      particular de cada uno. Por si fuera poco, el precio al que se vende 
      (menos de 6 euros) hace que perderse esta grabación sea aún más 
      inexcusable. 
       
       
       
      REFERENCIAS: 
       
      BEETHOVEN: Sinfonía nº 5. Concierto para violín 
      Wolfgang Schneiderhan, violín 
      Orquesta Filarmónica de Berlín 
      Director: Wilhelm Furtwängler 
      DG 0028 477 5030 
  
        
        
        
        
        
        
        
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