Revista mensual de publicación en Internet
Número 55º - Agosto 2.004


Secciones: 

Portada
Archivo
Editorial
Quiénes somos
Entrevistas
Artículos
Crítica discos
Bandas sonoras
Conciertos
El lector opina
Web del mes
Tablón anuncios
Suscribir
Buscar
 

 

OPORTUNIDAD PERDIDA

Por Fernando López Vargas-Machuca

Hace año y medio comentábamos en FILOMÚSICA el primer disco de Ilya Gringolts. Elogiábamos entonces el hermoso sonido que obtiene de su violín, la notable técnica de que hace gala y su sensibilidad para la poesía íntima y delicada. Pero también hacíamos constar que ni su virtuosismo es comparable al de los más grandes ni su personalidad interpretativa se pliega con facilidad a la amplia gama de facetas expresivas que demandan las partituras de Tchaikovsky y Shostakovich a las que entonces se enfrentaba. La dirección de su mentor, nada menos que Itzhak Perlman, era además bastante desigual, por lo que aquél lanzamiento servía para descubrirnos a un joven y prometedor artista, pero no para contar en nuestra discoteca con interpretaciones de referencia. Quedábamos así a la espera de que Deutsche Grammophon le ofreciera una nueva oportunidad para exhibir, a ser posible con una batuta de mayor inspiración, sus mejores virtudes. Nuestras expectativas se han visto frustradas.

El joven músico, volvemos a insistir en ello, obtiene una bella -más bien bonita- sonoridad de su magnífico Stradivarius, y sin duda es ya todo un triunfo poder abordar con soltura una página de tan terrible dificultad como el Concierto de Sibelius. Pero no es suficiente. Tanto en la obra del finés como en la del ruso hemos escuchado ejecuciones de mayor agilidad y limpieza en los pasajes más complicados, y a violinistas capaces de extraer una más amplia gama de colores. Resulta paradójico que en las notas que acompañan a la grabación Gringolts realice muy certeras observaciones acerca de las partituras y luego se quede corto a la hora de llevar las mismas a la práctica, no se sabe muy bien si por la falta de robustez de su sonido, por escasez de recursos expresivos o por verse lastrado por un temperamento timorato a la hora de asumir hasta al fondo el más dramático contenido de las obras.

La batuta no ayuda. Jarvi ha sido uno de esos directores (como Gergiev, Pletnev o Minkowski) aupados por la industria discográfica y por cierto sector de la crítica a una posición que por sus propios méritos no les corresponde. Claro que hay quienes acuden al razonamiento según el cual más vale la "honrada artesanía" presuntamente ajena a los intereses económicos de estos artistas que el "brillo comercial" de las estrellas de siempre, así que seguidores no les falta. Prokofiev y Sibelius pasan por ser dos de las especialidades del director estonio, pero éste sólo acierta a ofrecer una imagen tópica de los mismos: incisivo y vivaracho el uno, robusto y poderoso el otro. Pero al primero le falta vuelo lírico y emoción sincera, mientras que al segundo le sobra tosquedad y carece de garra y de tensión interna. La Sinfónica de Gotemburgo, por su parte, es una muy notable orquesta de segunda fila, pero su veterano titular (lleva veintidós años a su frente) no logra extraer de ella gran refinamiento ni las ricas y variadas texturas que demandan las obras.

En definitiva, lecturas muy dignas en su conjunto que andan lejos de ser una posible referencia. Así las cosas, el disco quizá sólo merezca la pena por las hermosas Humoresques III-VI, op. 89 de Sibelius (faltan las dos primeras de las seis que componen la colección, incluidas en el op. 87): una algo superficial y pimpante pero notable interpretación que no conoce demasiada competencia discográfica. Sí las otras dos piezas, claro está. Para Prokofiev podemos recomendar las opuestas y complementarias de Mintz/Abbado y Vengerov/Rostropovich (D.G. y Teldec, respectivamente), aunque hay muchas otras de gran nivel. Para Sibelius, las de Zuckerman y el citado Vengerov, ambos con Barenboim (de nuevo D.G. y Teldec). Y ahora a ver si Gringolts logra por fin grabar un disco realmente importante.

 

REFERENCIAS

PROKOFIEV: Concierto para violín nº 1. SIBELIUS: Humoresques III-VI, op. 89, para violín y orquesta de cuerda; Concierto para violín.
Ilya Gringolts, violín.
Orquesta Sinfónica de Gotemburgo, Neeme Järvi. 69'18''.
Deutsche Grammophon, 474 814-2

Página web del lanzamiento: http://www.deutschegrammophon.com/special/index.htms?ID=gringolts-sibelius

Página de Neeme Järvi: http://www.neemejarvi.com/