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Número 34º - Noviembre 2.002


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WILHELM FRIEDEMANN,  OTRO GRAN BACH AL DESCUBIERTO

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.



Wilhelm Friedemann Bach (1710-1784) es el mayor de los hijos de Bach nacido de su primer matrimonio con Maria Barbara. Considerado un virtuoso del órgano, su padre le dedicó obras como el Orgelbüchlein, las Invenciones y Sinfonías, los Pequeños Preludios BWV 924-931 y parte del Clave Bien Temperado. Trabajó durante dieciocho años como organista en la Liebfrauenkirche de Halle. Tan larga estancia al corriente de los deberes musicales de esa y otras iglesias de la ciudad le valieron el sobrenombre de "el Bach de Halle". De los hijos de Bach que han pasado a la historia, Friedemann es el menos conocido y es probable que por su propia dejadez mucha de su música se haya perdido. Fue un músico indisciplinado con fama de holgazán y murió sumido en la pobreza y el olvido.  

Junto a Carl Philipp Emanuel, Friedemann es representante del llamado empfindsamer Stil (literalmente estilo sensible) aunque muchas de sus obras rindan homenaje al carácter conservador de su padre. Su obra, catalogada por M. Falck, incluye bastante música instrumental para teclado además de conciertos para uno o dos claves y sinfonías. A la música sacra dedicó una treintena de cantatas y una Misa. También se le atribuye la autoría de la Obertura en Sol menor (catalogada en el Bach-Werke-Verzeichnis como BWV 1070) para flauta, cuerdas y bajo continuo de la que Musica Antiqua Köln hiciera una extraordinaria grabación a comienzos de los ochenta calificada por su director R. Goebel como “un pecado de juventud”. 

El hecho de que en los últimos tiempos hayan aparecido varios discos dedicados a su figura le han devuelto un merecido protagonismo sacándole así de un olvido injustificado. Uno de los primeros y absolutamente imprescindible fue el firmado por Musica Antiqua Köln y R. Goebel (ARCHIV) en 1985 que incluye su Concierto para dos claves en Mi bemol mayor y una sonata amén de otro concierto para clave de C.Ph.E. Bach. Desde entonces han ido apareciendo con cierta regularidad grabaciones de sus obras aunque pocas se han centrado exclusivamente en su figura. HARMONIA MUNDI, FRANCE publicó en su día un disco monográfico protagonizado por Christophe Rousset con diversas obras para clave y posteriormente otro (hoy descatalogado) con varios de sus conciertos para clave a cargo de Richard Egarr y London Baroque. Ahora, es la Akademie für Alte Musik Berlin quien en el mismo sello le dedica un programa con varias sinfonías, el Adagio y fuga en Fa menor y el Concierto para clave y orquesta en Mi menor

Con este aparente espíritu de difusión por parte de músicos y discográficas parece que por fin le está llegando la hora a la música de W.F. Bach así como ocurriera la década pasada con la de su hermano, Carl Philipp Emanuel. 

Las sinfonías son quizás las obras que más llaman la atención de este disco. Su condición de estilo puente entre dos periodos, el barroco y el clásico -que el compositor presenta no tanto como fusión de ambos sino en separada exposición- las convierten en piezas originales y de enorme interés musical. La Sinfonía en re mayor es una obra alegre y festiva con trompas en el primer movimiento, juguetonas flautas en el segundo y un animado y contagioso tercer movimiento. 

Debemos destacar la Sinfonía en Re menor posiblemente los dos últimos movimientos de una sinfonía: el primero, marcado por el protagonismo de las flautas que recuerda al Telemann más sombrío y el segundo, con una fuga de extraordinaria factura y de ecos handelianos. Su profundidad y serenidad unidas a su riqueza musical la convierte en una obra maestra no sólo por su capacidad de síntesis del estilo barroco sino por su alcance que la lleva a emparentarse con el último Mozart. Sólo por esta obra merecería la pena hacerse con el disco interpretada aquí de un solo trazo: un adagio recogido, apolíneo y de texturas transparentes y una fuga brillante y entusiasta llevada con gran precisión rítmica. Obra de obligado conocimiento en una versión redonda.

El Adagio y Fuga en fa menor es otra obra llamativa por su sorprendente parecido con algunos de los divertimentos para cuerdas de Mozart. De hecho, la comparación con el salzburgués no es ociosa. A petición del Barón van Swieten, Mozart llegó a realizar una transcripción de la pieza añadiendo una introducción a la fuga. Como reza en una de las cartas a su padre fechada en abril de 1782: “Todos los domingos a las 12 voy a casa del Barón Van Swieten y allí no suena más que Bach y Handel. Estoy haciendo una colección de las fugas de Bach, tanto de Sebastián como de Emanuel y Friedemann”.

Raphael Alpermann es el solista en el concierto para clave, parte central del disco aunque no la de mayor interés. La interpretación de “Akamus” es enérgica y fogosa. Su sonido rico y denso, con una cuerda bien empastada y sin excesos en la afinación, resulta convincente aunque en el segundo movimiento la orquesta resulte algo agresiva en los ataques. El instrumento se acopla bien con la orquesta y su lectura es intensa y contrastada. La larga cadencia del segundo movimiento no resulta particularmente inspirada. Da la impresión de que el solista no sabe salir de donde se ha metido. Por lo demás, Alpermann resuelve bien demostrando su apabullante virtuosismo y siempre arropado por el contundente acompañamiento de la orquesta.

Salvo pequeños detalles, estamos ante un disco sensacional que supone un paso adelante en la recuperación de este compositor y que hará las delicias de los amantes del barroco alemán. 

20 años de la Akademie für Alte Musik Berlin

Harmonia Mundi ha apostado fuerte por esta agrupación alemana que tiene sus orígenes en el Berlín oriental y que con grabaciones como el Oratorio de Navidad de Bach, oberturas de Telemann y recitales con Andreas Scholl, Cecilia Bartoli y Dorothea Röschmann se ha colocado en lo más alto en cuanto a conjuntos barrocos alemanes se refiere. De organización democrática (al estilo de la Orpheus Chamber Orchestra) los miembros de la orquesta tocan generalmente sin director salvo las colaboraciones casi en exclusiva con René Jacobs. Tras unos discretos comienzos en la Universidad de Humboldt pronto empezaron su asociación con René Jacobs que se ha convertido en su mejor avalista y el que seguramente les abriera las puertas en 1995 a su contrato en exclusiva con la discográfica de Bernard Coutaz. 

El catálogo francés cuenta ya con más de una veintena de títulos protagonizados por Akamus centrados mayormente en el repertorio barroco alemán. La mayoría de sus discos han sido acogidos con entusiasmo por la crítica internacional. Ahora, celebran sus 20 años de existencia con conciertos y galas en Berlín. Con motivo de este aniversario HARMONIA MUNDI lanza -junto al disco comentado en primer lugar- un disco sampler que recoge extractos de algunas de sus últimas grabaciones. El disco no tiene desperdicio y a buen seguro abrirá el apetito al aficionado inquieto por algunas grabaciones completas de las obras representadas.

 

REFERENCIAS:

W. F. BACH: Sinfonías, Adagio & Fuga en Fa menor, Concierto para clave. R. Alpermann, clave. Akademie für Alte Musik Berlin.  HMC 901772

20 Años de la Akademie für Alte Musik Berlin. Extractos de obras de Telemann, Keiser, Bach, Porpora, Müthel, etc. Dorothea Röschmann, Vivica Genaux, Peter Bruns, etc. HMX 2901795.

E-mail: info.iberica@harmoniamundi.com
Página web: www.harmoniamundi.com