Revista mensual de publicación en Internet
Número 34º - Noviembre 2.002


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La niña y el veterano

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

Sinfonía núm. 9 en mi menor, op. 95 y Concierto para violonchelo y orquesta en si menor, op. 104 de Antonin Dvořak. Orquesta Filarmónica “Arturo Toscanini”. Director: Andreas Weiser. Solista: Mstislav Rostropovich. Juventudes Musicales de Madrid. Auditorio Nacional, 25 de octubre.

En este concierto, que abrió la temporada de Juventudes Musicales en Madrid, se han dado cita una orquesta recién creada, una niña como quien dice, y un veterano del violonchelo. Mstislav Rostropovich es un músico excepcional y además un personaje con un gran carisma. El intérprete se movió como pez en el agua en su recorrido a través del Concierto para violonchelo y orquesta en si menor, op. 104 de Dvořak, disfrutando y haciendo disfrutar al público nota a nota, no solo desde su parte, sino también en los momentos orquestales en los que su instrumento calla: incluso sus silencios emanan una especial intensidad. A pesar de su virtuosismo, de su acentuada personalidad y de su propia luz, Rostropovich se integró plenamente con los demás músicos a quienes demostró una gran atención y respeto. La Orquesta Filarmónica “Arturo Toscanini” estuvo soberbia: es una recién nacida, con sede en Parma, que ha hecho su presentación este año. Ofreció una ejecución conjuntada con una precisión que no decayó en ningún momento y que estuvo pareja a su espectacular fuerza y seguridad. Todos los arcos se desplazaron con la sincronía de un ballet. El maestro Andreas Weiser dirigió de forma sobresaliente, con una depurada técnica al servicio de la partitura. Su exposición de Dvořak fue extraordinariamente clara en los ritmos, armonías y estructuras, enfatizando con severidad los bajos que sostienen el edificio orquestal y permitiéndose como único amaneramiento una exquisita atención a las resonancias finales. Este gesto dejó un excelente sabor al final de cada movimiento. Por el contrario, Rostropovich propuso una aproximación más lírica y romántica, generando un antagonismo cordial y sin rupturas. El sonido de su violonchelo es humano y cálido. Se proyecta con arrebatadora eficacia en toda la gama dinámica. Cada nota estuvo llena de emoción, dentro de un fraseo redondo, siempre equilibrado y con un despliegue de la justa energía necesaria. La Orquesta Filarmónica “Arturo Toscanini” ofreció como primera parte de la velada la Sinfonía núm. 9 en mi menor  “del Nuevo Mundo”, op. 95 de Dvořak en una versión nítida y deslumbrante: se distinguió un timbre sobrio pero potente; hizo un uso contenido y afortunado del vibrato; la cuerda estuvo en perfecta afinación; en los vientos destacaron las intervenciones solistas sobre el trabajo de las secciones. El maestro Weiser condujo a la orquesta por una ruta alejada de sentimentalismos y artificiosidad, huyendo del de los gestos melifluos, para enfatizar los trazos rectores de una obra contundente en su concepción y factura. La versión fue rigurosa y musical. Los oyentes, que acudieron atraídos por la celebridad del solista, salieron gratamente sorprendidos por la calidad de esta joven orquesta que ya podemos considerar situada entre las mejores de Europa. Todos recogieron unas merecidas ovaciones y Rostropovich repartió saludos y muchos besos (El 30 de octubre, Rostropovich retornó al Auditorio de Madrid al frente de la Orquesta de Lituania y con Maxim Vengerov como solista).

 

  Próximos conciertos de Juventudes Musicales de Madrid

 

  9 de enero                Violines de la Filarmónica de Berlín

  23 de enero                Camerata Salzburg. Director: Sir Roger Norrrington.

 

  http://www.juvmusicales-madrid.com/