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Número 15º - Abril 2.001


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EL CLAVE EN BRASIL

Por Calimerio Soares. Lee su curriculum.

 

            Nunca dos instrumentos musicales de teclado tuvieron juntos tantas afinidades prácticas, principalmente para la utilización del Basso Continuo, como el Clave y el Órgano.

            Originado del Clavicembalum[i] (Padova, ca. 1397: primitivo instrumento que tenía las cuerdas pellizcadas mecánicamente), el clave ha continuado su marcha evolutiva, pasando de la spinetta al virginal y, por último, completando su forma y disposición de teclados definitivamente durante el siglo XVII. Surgieron artesanos que hicieron la combinación del clave y del órgano en la construcción de los diversos Claviorgani.

            Al igual que el órgano, el clave tiene de uno a dos teclados que accionan conjuntos de cuerdas afinados en diferentes octavas, principalmente, en las básicas de 8 y 4 pies. Tenían también claves con el registro grave de 16 pies; era agregado a tales instrumentos otro conjunto de cuerdas accionadas por un tercer teclado (Hieronymus Albrecht Hass, 1740).

            Para la práctica organística en las casas de algunos músicos de la época (con la finalidad usual de escapar al intenso frío de los templos y catedrales europeas), juntaron al clave otro clave en forma de pedalera (el Clave de Pedales). De esa manera, los organistas/clavecinistas podían mejorar su técnica dentro de sus propias casas.

            Para el acompañamiento musical, ambos instrumentos eran comúnmente utilizados: el clave para la música profana y el órgano para la música sagrada. En la época de las Sonata da Camera y de la Sonata da Chiesa, uno u otro instrumento ejecutaba la parte del  continuo. También ocurrían excepciones: dependiendo de los aspectos interpretativos de determinadas obras instrumentales y vocales, ambos instrumentos eran utilizados de manera alternada con otro instrumento melódico-armónico: la Tiorba (o Laúd Barroco).

            En Brasil tenemos noticias sobre la existencia de spinette desde los tiempos del descubrimiento del país. Recientes fuentes bibliográficas determinan la utilización de claves durante el período colonial, principalmente, en las ciudades mineiras durante el Siglo del Oro, así como en las ciudades más importantes del litoral, como Recife, Salvador y Río de Janeiro. Desafortunadamente, esos instrumentos no resistieron la acción roedora de los insectos, como tampoco resistieron el fuerte clima tropical. Por suerte, algunos órganos se adaptaron en las regiones más frías de Minas Gerais, tales como los preciosos instrumentos existentes en la Catedral de Mariana, en la Iglesia Matriz de San Antonio en Tiradentes y en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en la ciudad de Diamantina. Cabe también recordar el Órgano de la Corona (Monasterio de São Bento, Rio de Janeiro), instrumento muy bien conservado gracias al extremado cuidado de los monjes benedictinos.

            La spinetta portuguesa (construida por Mathias Bostem en 1785) es tal vez hoy día el único ejemplo histórico de ese instrumento encontrado en Brasil, perteneciente al acervo del Museo Imperial de Petrópolis.

 El Pionero

            Desde el resurgimiento del clave a principios del siglo XX (gracias a los obstinados esfuerzos de Wanda Landowska), tardó en aparecer en Brasil alguien verdaderamente interesado tanto en la ejecución como en la construcción de claves. Roberto de Regina[ii] fue el pionero. Durante los años 60 lo encontramos en las oficinas de Franck Hubbard  (en los Estados Unidos), donde adquiere todo un know how en el arte de la construcción de claves. Además de eximio clavecinista y dueño de numerosa discografía, Roberto de Regina es considerado el primer constructor de claves en Brasil.

 Artesanos del clave

Por los años 70, aparecen los artesanos José Masano (1907-1984), en São Paulo, y Hidetoshi Arakawa, en Campinas. Los instrumentos construidos por el italiano José Masano carecían de un verdadero know how por parte de dicho artesano; se destacan sus habilidades como carpintero (principalmente, en el escogimiento de las maderas de ley) muestran bien delineadas en los pocos instrumentos que ha construido. Algunos de sus claves, al ser restaurados, presentan buena calidad sonora.

El japonés Hidetoshi Arakawa es un verdadero maestro en físico-acústica. Aliando sus profundos conocimientos científicos con sus habilidades en trabajar con la madera, construye su primer clave, tras haber montado otro proveniente de un kit importado de los Estados Unidos por la UNICAMP (Universidad Estadual de Campinas). Sus instrumentos presentan un profundo know how del arte de la manufactura de claves junto al perfeccionismo de todas las medidas. La sonoridad de sus instrumentos es excelente.

            Por los años 80, encontramos el paulista Abel Santos Vargas empezando su carrera como constructor de claves en la ciudad de São Paulo. Salvo mejor juicio, creo  este debe ser el artesano que más claves y spinette construye de excelente calidad en el Brasil de este final de siglo.

Esperamos y deseamos que surjan nuevos artesanos en el panorama de la construcción de claves en Brasil como consecuencia del creciente interés por el estudio del instrumento, así como por el de la música antigua en general.

 Clavecinistas

Además de Roberto de Regina, podemos citar varios instrumentistas que se dedicarían al clave: Alda Hollnagel (1917-1970) también excelente organista. Recuerdo dos oportunidades que tuve de escucharla al clave y al órgano durante los conciertos que realizaba en su bellísima hacienda, situada en la municipalidad de Descalvado (SP), en 1968; su hija Helena Jank (discípula de Karl Richter, que fue un clavecinista de la Orquesta Bach de Munich), viene desarrollando una intensa carrera como concertista y, actualmente, como profesora del Instituto de Artes de la UNICAMP; Felipe Silvestre (residente en Portugal); Regina Schlochauer (también excelente pianista); Rosana Lanzelotte; Edmundo Hora (también organista); Ilton Wjuniski (residente en Francia); Marcelo Fagerlande; Pedro Persone (también fortepianista) y Maria Lúcia Nogueira, entre otros.

Repertorio de Música Brasileña para el clave

Aún es bien pequeño el repertorio de música brasileña escrita originalmente para clave. El preconcepto existente entre algunos instrumentistas en cuanto a una inadecuación del repertorio contemporáneo al lenguaje estético y formal del clave, ha contribuido a dificultar la inclusión de esa música en sus respectivos programas de concierto.

Compositores como Almeida Prado (1943-), Raul do Vale (1936-), Ernst Widmer (1927-90) y Ronaldo Miranda (1948-) escribieron obras de cámara incluyendo al clave. Los compositores Lourival Silvestre (1949-) y Willy Correia de Oliveira (1938-) escribieron obras originalmente para clave solo, respectivamente tituladas Monemas I e II (1974) y Claviharpsicravocembalochord (también fechada de 1974), dedicadas al clavecinista Felipe Silvestre. Es del compositor Osvaldo Lacerda (1927-) la pieza escrita y publicada para clave: una Sonata, fechada de 1975.

Como compositor, no podría dejar de mencionar dos piezas que he escrito para clave solo: Cravocembalada (1980) y Toccata de Roça (1982). Igualmente tengo otra, de cámara, titulada Instâncias (1989). En la condición de interprete, he ejecutado ambas piezas para clave solo en diversas ocasiones, incluyéndolas en varios programas de recitales de clave que presenté en Brasil y en el exterior, entre los años 1980 a 92. La clavecinista Lídia Guerberof Hahn los ejecutó en México.

Recientemente, los compositores Ernani Aguiar (1950-), Caio Senna (1959-) y Antonio Guerreiro (1949-) escribieron importantes obras para clave solo, tales como Peças de Ocasião (1994), Convulções Delicadas (1997) y Suite (1998) respectivamente, todas dedicadas a la clavecinista Rosana Lanzelotte.

 Conclusión

Del punto de vista de la creación musical, el actual desarrollo del interés por el estudio del clave en Brasil ha propiciado a los compositores brasileños un nuevo camino para ser explorado. Es verdad que, para escribir para clave (así como para órgano), es necesario un conocimiento preliminar de la estética y lenguaje del instrumento por parte del compositor, con la finalidad de que pueda crear nuevas obras idiomáticas y compatibles con la naturaleza estética del instrumento. En cuanto al instrumento propiamente dicho, es importante resaltar la relevante contribución de los constructores de claves, así como de los clavecinistas, que se dedican a la difusión del instrumento en nuestro país a través de cursos, ponencias, conciertos y grabaciones. Podemos decir que hoy día en Brasil existe un movimiento al rededor del instrumento en pleno desarrollo.



 [i] SADIE, Stanley. The Grove Concise Dictionary of Music. London, Macmillan Press Ltd, 1988.

 [ii] MINC/FUNARTE. O Cravo. Curitiba, 1986.