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 | EL CLAVE EN BRASIL Por Calimerio Soares. Lee su curriculum. 
                   
      Nunca dos instrumentos
      musicales de teclado tuvieron juntos tantas afinidades prácticas,
      principalmente para la utilización del Basso Continuo, como el
      Clave y el Órgano.            
      Originado del Clavicembalum[i]
      (Padova, ca. 1397: primitivo instrumento que tenía las cuerdas pellizcadas mecánicamente), el clave ha continuado su marcha evolutiva,
      pasando de la spinetta al virginal y, por último,
      completando su forma y disposición de teclados definitivamente durante el
      siglo XVII. Surgieron artesanos que hicieron la combinación del clave y
      del órgano en la construcción de los diversos Claviorgani.            
      Al igual que el órgano,
      el clave tiene de uno a dos teclados que accionan conjuntos de cuerdas
      afinados en diferentes octavas, principalmente, en las básicas de 8 y 4
      pies. Tenían también claves con el registro grave de 16 pies; era
      agregado a tales instrumentos otro conjunto de cuerdas accionadas por un
      tercer teclado (Hieronymus Albrecht Hass, 1740).             
                  
      Para el acompañamiento
      musical, ambos instrumentos eran comúnmente utilizados: el clave para la
      música profana y el órgano para la música sagrada. En la época de las Sonata
      da Camera y de la Sonata da Chiesa, uno u otro instrumento
      ejecutaba la parte del  continuo.
      También ocurrían excepciones: dependiendo de los aspectos
      interpretativos de determinadas obras instrumentales y vocales, ambos
      instrumentos eran utilizados de manera alternada con otro instrumento melódico-armónico:
      la Tiorba (o Laúd Barroco).             
      En Brasil tenemos
      noticias sobre la existencia de spinette desde los tiempos del
      descubrimiento del país. Recientes fuentes bibliográficas determinan la
      utilización de claves durante el período colonial, principalmente, en
      las ciudades mineiras durante el Siglo del Oro, así como en
      las ciudades más importantes del litoral, como Recife, Salvador y Río de
      Janeiro. Desafortunadamente, esos instrumentos no resistieron la acción
      roedora de los insectos, como tampoco resistieron el fuerte clima
      tropical. Por suerte, algunos órganos se adaptaron en las regiones más
      frías de Minas Gerais, tales como los preciosos instrumentos existentes
      en la Catedral de Mariana, en la Iglesia Matriz de San Antonio en
      Tiradentes y en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en la ciudad de
      Diamantina. Cabe también recordar el Órgano de la Corona
      (Monasterio de São Bento, Rio de Janeiro), instrumento muy bien
      conservado gracias al extremado cuidado de los monjes benedictinos.            
      La spinetta portuguesa
      (construida por Mathias Bostem en 1785) es tal vez hoy día el único
      ejemplo histórico de ese instrumento encontrado en Brasil, perteneciente
      al acervo del Museo Imperial de Petrópolis.  El
      Pionero            
      Desde
      el resurgimiento del clave a principios del siglo XX (gracias a los
      obstinados esfuerzos de Wanda Landowska), tardó en aparecer en Brasil
      alguien verdaderamente interesado tanto en la ejecución como en la
      construcción de claves. Roberto de Regina[ii]
      fue el pionero. Durante los años 60 lo encontramos en las oficinas de
      Franck Hubbard  (en los
      Estados Unidos), donde adquiere todo un know how en el arte de la
      construcción de claves. Además de eximio clavecinista y dueño de
      numerosa discografía, Roberto de Regina es considerado el primer
      constructor de claves en Brasil.   Artesanos
      del clave Por
      los años 70, aparecen los artesanos José Masano (1907-1984), en São
      Paulo,  El
      japonés Hidetoshi Arakawa es un verdadero maestro en físico-acústica.
      Aliando sus profundos conocimientos científicos con sus habilidades en
      trabajar con la madera, construye su primer clave, tras haber montado otro
      proveniente de un kit importado de los Estados Unidos por la
      UNICAMP (Universidad Estadual de Campinas). Sus instrumentos presentan un
      profundo know how del arte de la manufactura de claves junto al
      perfeccionismo de todas las medidas. La sonoridad de sus instrumentos es
      excelente.            
      Por los años 80,
      encontramos el paulista Abel Santos Vargas empezando su carrera
      como constructor de claves en la ciudad de São Paulo. Salvo mejor juicio,
      creo  este debe ser el
      artesano que más claves y spinette construye de excelente calidad
      en el Brasil de este final de siglo.  Esperamos
      y deseamos que surjan nuevos artesanos en el panorama de la construcción
      de claves en Brasil como consecuencia del creciente interés por el
      estudio del instrumento, así como por el de la música antigua en
      general.  Clavecinistas Además
      de Roberto de Regina, podemos citar varios instrumentistas que se dedicarían
      al clave: Alda Hollnagel (1917-1970)
      también excelente organista. Recuerdo dos oportunidades que tuve de
      escucharla al clave y al órgano durante los conciertos que realizaba en
      su bellísima hacienda, situada en la municipalidad de Descalvado (SP), en
      1968; su hija Helena Jank (discípula de Karl Richter, que fue un
      clavecinista de la Orquesta Bach de Munich), viene desarrollando
      una intensa carrera como concertista y, actualmente, como profesora del
      Instituto de Artes de la UNICAMP; Felipe Silvestre (residente en
      Portugal); Regina Schlochauer (también excelente pianista); Rosana
      Lanzelotte; Edmundo Hora (también organista); Ilton Wjuniski (residente
      en Francia); Marcelo Fagerlande; Pedro Persone (también fortepianista) y
      Maria Lúcia Nogueira, entre otros. Repertorio
      de Música Brasileña para el clave Aún
      es bien pequeño el repertorio de música brasileña escrita originalmente
      para clave. El preconcepto existente entre algunos instrumentistas en
      cuanto a una inadecuación del repertorio contemporáneo al lenguaje estético
      y formal del clave, ha contribuido a dificultar la inclusión de esa música
      en sus respectivos programas de concierto. Compositores
      como Almeida Prado (1943-), Raul do Vale (1936-), Ernst Widmer (1927-90) y
      Ronaldo Miranda (1948-) escribieron obras de cámara incluyendo al clave.
      Los compositores Lourival Silvestre (1949-) y Willy Correia de Oliveira
      (1938-) escribieron obras originalmente para clave solo, respectivamente
      tituladas Monemas I e II (1974) y Claviharpsicravocembalochord
      (también fechada de 1974), dedicadas al clavecinista Felipe Silvestre. Es
      del compositor Osvaldo Lacerda (1927-) la pieza escrita y publicada para
      clave: una Sonata, fechada de 1975.  Como
      compositor, no podría dejar de mencionar dos piezas que he escrito para
      clave solo: Cravocembalada (1980) y Toccata de Roça (1982).
      Igualmente tengo otra, de cámara, titulada Instâncias (1989). En
      la condición de interprete, he ejecutado ambas piezas para clave solo en
      diversas ocasiones, incluyéndolas en varios programas de recitales de
      clave que presenté en Brasil y en el exterior, entre los años 1980 a 92.
      La clavecinista Lídia Guerberof Hahn los ejecutó en México. Recientemente,
      los compositores Ernani Aguiar (1950-), Caio Senna (1959-) y Antonio
      Guerreiro (1949-) escribieron importantes obras para clave solo, tales
      como Peças de Ocasião (1994), Convulções Delicadas
      (1997) y Suite (1998) respectivamente, todas dedicadas a la
      clavecinista Rosana Lanzelotte.   Conclusión Del
      punto de vista de la creación musical, el actual desarrollo del interés
      por el estudio del clave en Brasil ha propiciado a los compositores
      brasileños un nuevo camino para ser explorado. Es verdad que, para
      escribir para clave (así como para órgano), es necesario un conocimiento
      preliminar de la estética y lenguaje del instrumento por parte del
      compositor, con la finalidad de que pueda crear nuevas obras idiomáticas
      y compatibles con la naturaleza estética del instrumento. En cuanto al
      instrumento propiamente dicho, es importante resaltar la relevante
      contribución de los constructores de claves, así como de los
      clavecinistas, que se dedican a la difusión del instrumento en nuestro país
      a través de cursos, ponencias, conciertos y grabaciones. Podemos decir
      que hoy día en Brasil existe un movimiento al rededor del instrumento en
      pleno desarrollo. |