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Número 58º - Noviembre 2.004


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BLANCAS, POR FIN

 

Sevilla, Teatro de la Maestranza. 31 de octubre de 2004. Debussy: Pelléas et Mélisande. Gerad Theruel, Ángeles Blancas Gulín, Christian Treguier, Annie Vavrille, Brunella Bellome,  Franck Ferrari, David Rubiera, Jesús Becerra. Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Marc Soustrot, director musical. Versión de concierto.

Por Fernando López Vargas-Machuca.

En un lapso de dos semanas ofrecía el Teatro de la Maestranza, con el imprescindible de concurso de quien es su forzosa pareja de hecho, la Sinfónica de Sevilla, sendos espectáculos sacados de su contexto natural: un Pelléas et Mélisande en versión de concierto y una selección de la música de la trilogía fílmica de El señor de los anillos transformada en sinfonía. Esta última la comentamos en este mismo número de FILOMÚSICA. Aquí nos toca hablar de las virtudes que atesoró la interpretación de la bellísima e insólita ópera de Debussy, aunque se presentara sin contar con su correspondiente puesta en escena. Bueno, en realidad esto no supuso tan sólo algunos inconvenientes, sino también una notable ventaja: sacar a primer plano la prodigiosa escritura orquestal de su autor, quien se lució más aún en los fascinantes interludios sinfónicos entre sus numerosos cuadros que en las partes vocales propiamente dichas.

Precisamente lo mejor de la velada fue espléndido trabajo que realizó Marc Soustrot con la orquesta. Al maestro ya le escuchamos en un espléndido Lohengrin y en una más irregular pero aún así sólida Walkyria. No ha defraudado en esta ocasión: obtuvo un rendimiento magnífico de la ROSS en todas sus secciones y condujo la extensa partitura con pulso sostenido y un notable sentido del color, ofreciendo un Debussy ortodoxo pero no tópico, es decir, de sonido "francés" pero no blando ni carente de grandes momentos de tensión y dramatismo. Gracias precisamente a Soustrot, pues fue él quien la dirigiera en el mismo papel en La Fenice y ahora la ha reclamado para esta representación, ha realizado Ángeles Blancas su debut operístico en el Maestranza. Un debut bochornosamente tardío, toda vez que pese a sus conocidas irregularidades vocales la soprano es una de las voces españolas importantes del momento, amén de un animal escénico de primerísima fila.

El rol de Mélisande no sólo no exige a la Blancas ningún tipo de demanda técnica que ponga en evidencia sus limitaciones (vamos, que no hay en él sobreagudos ni agilidades), pero sí le permite desplegar sus mejores armas. Por ello estuvo realmente sensacional. Haciendo gala de un canto mórbido y sensible, de cuidado legato, ofreció una recreación irreprochable y muy matizada vocalmente de la misteriosa e infortunada heroína, recreación que subió muchos enteros, como era de esperar, merced a una presencia escénica subyugante. Blancas puede resultar mejor o peor cuando se la escucha -en esta ocasión no hubo peros que ponerle-, pero lo que está claro es que se mete en la piel de sus personajes como nadie. Ella fue Mélisande desde que su escultural figura hizo lenta y solemne entrada en el escenario del Maestranza hasta que se retiró a un lado en la escena de la muerte. ¡Y eso que era en versión concierto! Esperamos con ansiedad su Poppea del próximo febrero.

En el resto del elenco hubo buen nivel. Lo más flojo fue el rutinario Pelléas de Gerard Theruel (que tiene grabado el papel en el sello Naxos), pero al menos cumplió con dignidad. Mucho mejor Franck Ferrari en el rol de su hermano Golaud: a despecho de algún enturbiamiento de la emisión, fue la suya una recreación con toda la rusticidad y el desesperado dramatismo que exige su atormentado personaje. Voz espléndida la de Christian Tréguier para el breve pero decisivo papel del viejo rey Arkel (quizá el único que llega a comprender a Mélisande), como lo es también la de Annie Vavrille para Geneiève. Solventes Brunella Bellome como el pequeño Yniold y el prometedor David Rubiera en el rol del médico. En fin, una velada operística más que notable en la que hubo sólo un reparo serio: las deserciones entre el público antes de que acabara la función. Si esto sucede con Debussy, ¿qué no ocurrirá cuando hagan a finales de noviembre la de Sciarrino?

 

Web del Maestranza: www.teatromaestranza.com

Web de Ángeles Blancas: http://www.angelesblancas.com/