Revista mensual de publicación en Internet
Número 43º - Agosto 2.003


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Y llegó ella...
Sección del apócrifo (humor-tragedia)

Por Antonio Pérez Vázquez. Lee su curriculum.
Sin avisar, cuando estaba desprevenido, cuando pensaba que no iba a llegar ya. Cuando pensaba que llegaría tarde. Cuando había perdido la esperanza, que era lo último que me quedaba por perder. Entonces llegó ella, la inspiración.

"Nunca había tenido un periodo tan grande de sequía como éste". Me comentaba un amigo mientras tomábamos un café. La verdad es que la situación era para estar preocupado, en más de tres meses no había conseguido componer ni una sola obra. Y eso no era normal en él, que nunca había tenido dificultades en el plano de la creación artística.

Dentro de lo poco que entiendo de este tipo de temas intenté quitarle un poco de hierro al asunto refiriéndome en tono irónico a su problema con la ausencia de inspiración. "A lo mejor se te ha caído y tú no te has dado cuenta. En estos casos dicen que tarda una temporada en volver a crecer." Pero lejos de ayudarle lo único que conseguí fue deprimirlo un poco más.

No contento con esto, seguí haciendo méritos para convertirme en el peor amigo del aZo. La gota que colmó el vaso fue la frase: "Quizás con un trasplante se arreglaría el problema".

Pasé tres semanas sin saber nada de él. Pare ser sincero tenía un cargo de conciencia muy grande por no haberle podido ayudar y, aún peor, hacer que se sintiera mal. Cuando estaba a punto de llamarle para preguntarle por la salud, el teléfono sonó. Era él. Afortunadamente, el motivo por el que no habíamos hablado en las últimas tres semana no era otro que el de haber sufrido un repentino ataque de inspiración desbordada que lo tenía preso de un frenesí creador totalmente imparable.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijo que le había sido de gran ayuda la conversación que habíamos mantenido en el café y que en un futuro podía contar con él si era yo el que necesitaba ese tipo de ayuda. La agradecí profundamente el gesto, pero sinceramente no creo que la inspiración tenga mucho que ver en mi trabajo. Y no saben ustedes lo que me alegro de ello, seguro que esa seZorita no quiere tener nada que ver conmigo.

Tras reflexionar unos minutos sobre la inspiración y sus ciclos vitales llegué a la conclusión de que la inspiración puede tener periodos en los que desaparece. Pero cuando hace su reaparición lo hace por la puerta grande.

NOTA: Siento haber faltado en el número anterior, pero compromisos profesionales me impidieron cumplir con el plazo de entrega. Feliz aZo nuevo a todos.