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Número 48º - Enero 2.004


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ANNE-SOPHIE
 

Por Rubén Flórez Bande

          

Nuevo disco del flamante matrimonio formado por Anne-Sophie Mutter y André Previn, que es ya el segundo de ambos como matrimonio, esta vez dedicado a obras del propio Previn y de Leonard Bernstein.

Si juntamos, por ejemplo, bastante Korngold, lo mezclamos con una buena dosis de grandes frases melódicas, le añadimos una pizquita de Bartok, otro poquito de Mahler, cierto aroma de jazz, lo sazonamos bien con una melodía alemana, y lo dejamos hervir, nos sale el Concierto para violín y orquesta "Anne-Sophie" que le dedica Previn a su Sra. Un concierto, claro está a la medida de la violinista, grandes frases melódicas, donde ella puede rubatear, frasear, detenerse... a su gusto, no tiene grandes dificultades técnicas, en cuanto a virtuosismo se refiere. Un concierto asequible al oído, en el que ella se lo pasa "pipa".

El primer movimiento nos traslada al Concierto para violín de Korngold, con ese toque mahleriano-misticista. El segundo es una gran cadenza con un leve acompañamiento orquestal y el último, quizás el más conseguido de los tres, es un Andante, que parte de una melodía alemana popular (los dos son alemanes, Previn al menos de nacimiento) y se va transformando, hasta terminar en una simple nota tenida, con el "vibrato" tan caraterístico de la violinista, en pianísimo, quizás el pasaje más conseguido del Concierto, por el efecto que produce. No creo que este concierto pase al gran repertorio, pero que sí es entretenido de escuchar.

La Orquesta Sinfónica de Boston es una muy buena acompañante, más aún si el que la dirige es el propio compositor. Eso sí, manteniéndose en un segundo plano, para no perjudicar a la protagonista de la obra.


La siguiente obra que interpretan quizás no esté en el gran repertorio, pero sí puede ser la obra más conseguida de Leonard Bernstein fuera del campo de la música para teatro, la Serenata, de 1954, para violín, cuerdas, arpa y percusión, basada en "El Banquete" de Platón.

El propio compositor cuenta con tres grabaciones de esta obra, la primera aún en "mono", de 1956, junto con Isaac Stern y la Sinfónica del Aire (antigua Sinfónica de la NBC), donde los dos intérpretes no se creen, o no se quieren creer, la valía de esta pieza, muy poco convencidos e inspirados, una versión muy dejada y descuidada. La segunda vez que Bernstein abordó esta obra fue en 1965, esta vez al violín estaba el hoy poco conocido violinista francés, y creador de escuela, Zino Francescatti, junto a la Filarmónica de Nueva York. Es raro escuchar a Francescatti en estos repertorios, pero sin duda dignifica la obra, y la hace grande, quizás no posea la vena jazzística de Stern, y tenga el sonido algo "rancio" para estas músicas, pero sin duda se implica en ella y la lleva a buen puerto, cosa de la que debe darse cuenta Bernstein, que le hace uno de sus más conseguidos acompañamientos. Volvería otra vez Bernstein a grabar esta pieza en los años 80, esta vez con Gidon Kremer y la Filarmónica de Israel. Kremer, con un sonido demasiado hiriente e impulsivo, hace una versión quizás demasiado "expresionista" y ciertamente fría. Bernstein no tenía su día, y brinda un acompañamiento de lo más chapucero, con una orquesta descompensada y sin empastar.

Pues bien, esta versión de la Mutter quizás se asemeje más a Francescatti que a los otros dos violinistas. Claro está que la Mutter no se cree la trascendencia y la valía de esta música, cosa que si hacía Zino; sí toca muy bien, por ejemplo los pasajes bartokianos, y juega muy bien con las sutilezas tímbricas, pero pasa por los guiños jazzísticos como si eso fuera demasiado vulgar para ella, haciendo una lectura intrascendente, todo lo contrario que pasa en el Adagio, que lo hace demasiado trascendente y se pasa con la vena romántica. Versión quizás demasiado personal, que no agradará a todo el mundo. Mucho mejor Francescatti.

Previn, al igual que la Mutter en su Concierto, aquí está en su salsa, mucho más que el propio compositor, dignificando la obra (que no le hace falta, por otra parte) con una Sinfónica de Londres dúctil, una lectura sutil, con todos los guiños a Bartok, a Shostakovich, al primer Copland... muy buena.

Se agradecen los acercamientos de la Mutter a estas músicas, pero si los hiciera con más credibilidad... mejor que no hubiera salido del "gran formato".


REFERENCIAS:

PREVIN: Concierto para violín y orquesta "Anne Sophie"
BERNSTEIN: Serenata para violín, cuerda, arpa, y percusión.
Anne-Sophie Mutter, violín.
Orquesta Sinfónica de Boston (Previn). Orquesta Sinfónica de Londres (Bernstein).
André Previn, director.
DG 474 500-2