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Número 88º - Marzo-mayo 2.008


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MEIER EN SEVILLA: LA MALDICIÓN DE ISOLDA

 

Sevilla, Teatro de la Maestranza. 29 de abril de 2008. Wehmut D 772 – Fischerweise D 881 – Die Forelle D 550 – Gretchen am Spinnrade D 118 – Nachtstück D 672 – Der Erlkönig D 328, lieder de Franz Schubert Caecilie Op. 27/2 – Winterweihe Op. 48/4 – Wie sollten wir geheim sie halten Op. 19/4 - Morgen! Op. 27/4 – Die Nacht Op. 10/3 – Befreit Op. 39/4 – Zueignung Op. 10/1 –

Vier Letzte Lieder, lieder de Richard Strauss. Joseph Breinl, piano Waltraud Meier, mezzo. 

 

Por Gonzalo Pérez Chamorro.

Hablaba en el núm. 87 de la Isolde de Waltraud Meier en Milán, de aquel extraordinario Tristan con Barenboim y Chéreau. Si lo recordáis -y si no os lo refresco-, el grisáceo de aquella puesta en escena contrastaba con el rojo del vestido de Isolde, especialmente una vez tomado el filtro en el primer acto. Curiosamente Waltraud Meier, que es Isolde para mí (el verbo “ser” en toda su dimensión), vistió en Sevilla de azul turquesa, mientras que escenario, pianista y pasante de hojas de pianista era todo oscuro, como si Isolde, como si Meier, de nuevo hubiese tomado el filtro que la hacía destacarse cromáticamente por encima del resto. Tras esta tristanesca influencia, como “la maldición de Isolde”, que parece siempre conducir a una búsqueda de que hay del Tristan en cada cosa que haga Waltraud Meier (y a veces en cada cosa que uno escucha postwagner), me sorprendió que el aforo no llegara a llenarse, aunque es probable que sí se llenara de espectadores cada salón con televisión para ver la Champions League. Esta cantante es para no perdérsela, pues es única y grande donde las haya, y aún más me entristece pues el pasado recital de la Bartoli se agotaron todas las entradas habidas y por haber.

Meier, que hasta ahora no frecuentaba las salas de concierto con la canción de cámara (si así se le puede llamar a lo que ella hace), presenta un repertorio donde no hay excusas: grandísima música se mire por donde se mire. Schubert y Strauss hoy, pero a buen seguro que Schumann, Brahms, Mahler o Wolf mañana tendrán su sitio. Y merece una breve reflexión: una (un) artista tan grande y en la parte final de su carrera, no puede ni debe hacer música menor, perdemos la oportunidad de conocer “su opinión” en lo que de verdad importa. Pues bien, en Schubert Waltraud Meier dicta una lección de interpretación en todos los sentidos. Todos sabemos que su voz, gelatinosa en ciertas zonas, tal vez no sea la más bella, ni la que más y mejor sube (a mí esto siempre me ha dado igual, no a todos los críticos…), pero expresa como pocas lo que canta, con una intensidad fuera de lo común, naturalidad en el fraseo, técnica prodigiosa que además, como los grandes, la usa para adaptarse a cada cosa que canta. La fluidez de su canto en Die Forelle te hace tan feliz como la absolutamente referencial Gretchen am Spinnrade, de la que me gustaría saber de quien fue la idea del tempo tan lento, si de ella o de un musicalísimo (en exceso tierno, tal vez) Joseph Breinl. Tanto Nachtstück como el monumental Erlkönig (su muerte era todo dulzura…) cerraron un Schubert emocionante, el más wagneriano que yo recuerde.

         Con Strauss todo iba bien hasta que la maldición de Isolde apareció como aparece Melot y se encarga de destrozarlo todo. En el segundo lied (September) de los Cuatro Últimos Lieder, su voz no pudo emitir la nota que buscaba y durante dos segundos, dos interminables segundos, Isolde moría antes que Tristan. Este deterioro momentáneo no fue el único, pues hubo frases más cortas de lo escrito, pero que el arte de esta mujer supo torear en la Maestranza. Pese a esto (no me convencen los Vier Letzte Lieder en su arreglo pianístico: la escritura original es muy densa, nada camerística, como sí ocurre en los lieder orquestales de Mahler) hubo lieder de ensueño, hasta los propios Cuatro Últimos (¿por qué aplaude el público nada más terminar? esta música necesita seguir flotando en el aire hasta desvanecerse), como Morgen!, Die Nacht o el no avisado Zueignung, que lo usó a modo de regalo como hizo lo mismo con Wolf, Mahler y Brahms. Las cosillas que a ella le gustan.

 

ENLACES RECOMENDADOS

Web de Waltraud Meier: http://www.waltraud-meier.com/

Web del Teatro de la Maestranza: http://www.teatromaestranza.com/