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Número 87º - Enero-febrero 2.008


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ENTREVISTA A MANUEL GUILLÉN

Por Daniel Mateos Moreno.

Día 22 de enero de 2008, entrevista realizada tras la participación del violinista Manuel Guillén en el ciclo de música contemporánea de Málaga. 

Daniel Mateos: Me gustaría comenzar con sus tiempos de estudiante... ¿qué recuerda de su época de formación en el conservatorio superior de música de Madrid? 

Manuel Guillén: Entonces estaba en la Plaza Isabel II, lo que es ahora el Teatro Real. Empecé el violín a los 7 años, a los 6 el solfeo, gracias a mi padre que me apoyó para estudiar este instrumento. Tuve como profesor privado a uno de los grandes pedagogos que han existido de este instrumento en nuestro país: Antonio Arias, quien escribió varios libros sobre este tema. La etapa de la que guardo más cariño fue mis tiempos de estudiante del grado superior con Víctor Martín, que para mí ha sido uno de los más grandes violinistas de este siglo. También fue muy bonito el trabajo que realicé con Luis Rego en música de cámara, considerando que en aquella época la música de cámara recibía muy pocos apoyos. 

D.M.: ¿Habiendo estudiado también en Juilliard, qué recuerda de su época allí? 

M.G.: Juilliard es una de las escuelas más prestigiosas del mundo, como bien es sabido. Primero recuerdo la posibilidad de trabajar con la más famosa pedagoga en el mundo, Dorothy Delane, quien fue maestra de las grandes figuras como Midori, Isaac Perlman, etc. Ella me enseñó muchas cosas y me aclaró ideas. Ella estaba convencida que yo debería desarrollar el violín solista y la pedagogía en España al máximo de sus posibilidades. Por desgracia no pude informarla de mis progresos porque falleció tempranamente. En Juilliard fácilmente te podías encontrar como alumnos a primeros premios Tchaikovsky o Paganini, estudiando allí, no dando clases, siendo ya grandes violinistas. Esto puede parecer absurdo o no tener sentido en nuestros país, pero en EE.UU. hay un nivel de contratación y de apoyo tan enorme y diferente a lo que ocurre en España... en nuestro país los managers no se preocupan de apoyar a los jóvenes salidos del conservatorio, mientras que en EE.UU. por el mero hecho de estudiar en Juilliard ya recibías apoyos de muchos tipos como tocar en determinadas orquestas, poder grabar discos, poder tocar en conciertos, etc. Existía un departamento dedicado exclusivamente a buscarte conciertos y compromisos profesionales. Había también mucha competitividad y la gente que iba allí quería sacar el máximo de las posibilidades. Es una escuela muy cara y tuve la suerte de tener apoyos institucionales en España que me permitieron estudiar allí. Guardo tan buen recuerdo de Juilliard como de mi tiempo en Wisconsin, en Madison, con el profesor Vartan Manugian. Tanto en Madison como en Juilliard gané la prueba de concertino. En mi época apenas había orquestas de estudiantes en España, así que la diferencia con EE.UU. era abismal. 

D.M.: Hoy en día usted es profesor de ese Real Conservatorio Superior de Música de Madrid donde estudió, ahora en Atocha, ocupando la cátedra de violín desde hace varios años. ¿Qué nos puede contar de su experiencia docente en esta institución? 

M.G.: Creo que es una experiencia muy buena, la mejor que se puede tener en Madrid a nivel de enseñanza. El conservatorio de Madrid no tiene la reputación que debería tener porque en él se encuentran grandes profesores. Lo que ocurre con la enseñanza es más problema de las leyes y los programas de estudio a nivel LOGSE que lo que enseñan los profesores. Pienso que hay un problema con el elevado número de asignaturas que hay y las pocas horas que los alumnos pueden dedicar a su especialidad, ya sea instrumento, composición, etc. Este problema no ocurre en otros países y debería solucionarse aquí. Además, sigue existiendo el problema de compaginar los estudios de bachiller con los de música, aunque se han puesto algo de medios por los conservatorios reglados para poder impartir bachiller y música compartidos pero aún no ha tenido la repercusión que debería tener. En Madrid tengo una clase estupenda, conformada por un grupo de alumnos con los que puedo trabajar lo que considero más importante: En primer lugar que sean músicos, en segundo lugar que tengan una muy buena preparación técnica. En los últimos años ya llevo 15 alumnos que actualmente son profesores con plaza de funcionarios en España, lo que para mí es un orgullo muy grande porque veo el fruto de mi labor. Ahora estamos luchando en este país para que haya españoles que sean profesores (integrantes) de orquestas. De hecho también he tenido unos cuantos alumnos que ya han conseguido su plaza en orquestas como la ORTVE, la nacional o la de la Comunidad de Madrid. 

D.M.: Ya que has hablado sobre la educación, cuéntanos qué cambiarías para mejorar el sistema educativo español. 

M.G.: Es muy complicado. Por un lado la LOE que va a salir para reformar la LOGSE y reducir algunas clases u organizarlas mejor va a permitir que el alumnado no pase tres o cuatro días a la semana sin apenas tiempo para practicar su instrumento o poder componer o dirigir. Con esta norma se podrán distribuir mejor las clases, los horarios y los alumnos. Ahora tenemos una gran masificación de profesorado, por ejemplo en el Conservatorio Superior de Madrid hay alrededor de 200 y pico profesores, con un ratio de 10 alumnos por profesor en instrumento. 

D.M.: ¡Con ese ratio sois unos privilegiados en el Conservatorio Superior de Madrid! 

M.G.: Sí que es verdad, y además el horario del profesorado es muy bueno. No nos podemos quejar en ese sentido. Los alumnos reciben una hora y media de clase individual a la semana por alumno. La reforma que pueda haber debería ayudar a reducir el número de horas de otras asignaturas, que no quiere decir que estas asignaturas no sean tan valiosas, sino por ejemplo en vez de hacer todo el curso de estas asignaturas utilizar sólo un cuatrimestre, o si la orquesta en vez de ser toda la semana, sea por encuentros. De lo que se trata es de mirar por el bien del alumno, no el del profesor. 

D.M.: Con su carrera internacional, habiendo actuado en salas de EE.UU., Canadá, Japón, Suiza, Holanda, etc. ¿Qué le ha llevado a decidir vivir de la docencia y no dedicarse de lleno a la carrera solista? ¿Es una cuestión de vocación o de necesidad? 

M.G.: En España no se vive de la carrera solista; se puede vivir pero con riesgos. Hoy en día cualquier músico quiere tener un puesto fijo, que no tiene por qué ser funcionario, sino un contrato en una orquesta por ejemplo. En mi última etapa en EE.UU., primero estuve en Wisconsin y luego en Juilliard, y recuerdo que en mi última clase con el maestro que estuve trabajando me dijo que era el momento para dedicarme a concursos internacionales. Mi respuesta fue, por el contrario, irme a España a hacer las oposiciones de conservatorio, porque yo quería tener algo fijo que me permitiera vivir dignamente y aparte dar formación al alumnado, que para eso había salido al extranjero, para prepararme y poder transmitir mis conocimientos. Para mí la enseñanza es muy importante, pero no es fundamental; ante todo soy músico y solista, lo que pretendo es tocar en conciertos. El trabajo en el Conservatorio de Madrid me da bastante libertad para tener actividad. El horario me permite desarrollarme como músico y me da una independencia económica. Me decían, en una entrevista que me realizaron hace unos años, que soy un todo-terreno porque me muevo en todos los aspectos de la música: Saco discos, doy conciertos como solista, participo en agrupaciones de cámara, orquesta de cuerdas, imparto clases. En realidad abarco todo lo posible porque me gusta y puedo permitírmelo con mi trabajo de profesor en Madrid. Nunca sabré qué hubiera pasado si me hubiera quedado en EE.UU. pero desde luego no me pesa. Como muchos sabemos en España se vive muy bien; a nivel social es una vida mucho más agradable que en cualquier país del mundo. No es que conozca todo el mundo, pero he estado ya en muchos países y tengo claro que como aquí difícilmente se vive en otro lugar. 

D.M.: Recientemente grabó un CD con música contemporánea de autores españoles. ¿Cómo surgió la idea? ¿Por qué ese interés en la música contemporánea? 

M.G.: Es cierto que estoy bastante dedicado últimamente a la música actual. Me gusta más llamarla música actual que contemporánea, porque hay gente que asemeja la música contemporánea a cosas que no son. Se trata de la música de hoy en día. Curiosamente, el primer contacto serio que tuve con la música actual fue en Málaga, con el estreno de la música para violín de Gabriel Fernández Álvez en este festival. Yo he estrenado 8 conciertos de violín de autores españoles, lo cual es un récord. Después de este primer concierto, hice otros de David del Puerto, Mario Gonçálvez, Tomás Marco, Brotons y últimamente dos conciertos de Zulema de la Cruz. Ayer en el festival de música contemporánea de Málaga interpreté un concierto de Zulema de la Cruz; con este ciclo de Málaga guardo muy buenas relaciones.

En el 2002 el CDMC me pidió que hiciera un recital de violín solo, y ahí estrené en un mismo concierto siete obras de compositores actuales españoles. El enfrentarse en un escenario a tantas obras nuevas es bastante complicado, pero me pareció una idea genial el entrar por ese camino que prácticamente nadie ha tocado porque hay muy poquita música para violín solo. A partir de ahí pensé que este proyecto había que seguir con él. Tuve contacto con otros compositores que no conocía que me hicieron obras para violín solo. De esta manera llegué a hacer estrenos de hasta 20 obras solísticas en conciertos que luego acabé grabando en disco, y así nació el CD por el que me pregunta. Quiero resaltar que hay obras de cuatro generaciones de compositores diferentes. En este disco abarco desde grandes personalidades de la composición de cerca de 80 años hasta gente de 24 años. Este doble CD tiene la particularidad de que compagino los estilos; es decir, un autor que ha escrito una obra de carácter lento y melódico que suele gustar al público, la interpreto rodeada por otra obra con un carácter diferente. Esto en un programa de una hora de duración con 6 ó 7 obras queda un programa precioso y la gente sale encantada de la sala. La gente puede estar asustada de escuchar un concierto de violín solo de música contemporánea y sin embargo sale encantada por la variedad y el estilo.  

D.M.: Dado que esta entrevista se realiza concretamente tras el estreno en España de la obra de Zulema de la Cruz titulada Concierto Americano para Violín y Orquesta de Cuerdas, ¿puedes contarnos cuáles han sido tus sensaciones en esta obra? 

M.G.: Primero quisiera resaltar las grandes facultades como compositora que tiene Zulema de la Cruz. La conozco ya desde hace bastante tiempo y me ha escrito varias obras. Hace años me escribió otro concierto titulado Pacífico, que estrenamos en Alicante, con la misma formación. En diciembre de este año está previsto el estreno del concierto “de las tres culturas” con la ORTVE. Zulema es una gran compositora que este año cumple su 50 aniversario y se le va a dedicar una serie de homenajes. Éste concierto que he interpretado hoy fue creado por la petición de un violinista de la Universidad de Madison-Wisconsin, Vartan Manugian. Él le pidió que tuviera influencias de Jazz y música americana. Por desgracia, Manugian falleció en julio y no pudo ver este concierto de violín. Zulema realizó el movimiento lento muy sentimental, con una gran fuerza, inspirado en temas armenios. Fue estrenado en Estados Unidos el 1 de noviembre, y ayer en Málaga. Al igual que este concierto, está la obra Feelings de Zulema con una maravillosa escritura y de una fácil transmisión.

D.M.: Cuéntame cuáles son tus proyectos para el futuro. 

M.G.: Ahora dentro de unos meses voy a grabar un disco de música española. Aparte de la música actual, estoy bastante centrado en el repertorio español de los siglos XIX y XX. Entre los discos que tengo grabados está la obra integral de Joaquín Nin, Jesús de Monasterio, Joaquín Turina, y este disco que voy a grabar ahora de Sarasate. Hay compositores que me han querido escribir obras de violín y piano con temas populares de Sarasate para mezclarlas en conciertos con obras originales de Sarasate. Además, como decía antes, tengo el concierto con la ORTVE sobre Zulema de la Cruz. Tengo bastantes conciertos para violín solo como promoción del CD que he sacado. A partir de julio tengo una serie de giras por sudamérica y EE.UU. con conciertos de música actual y música tradicional española, en festivales de Caraca, Chicago, Cuba, etc.

A partir de septiembre hay una serie de compromisos de cursos y festivales de verano está previsto repetir los conciertos que he hecho últimamente y unas posibles grabaciones en discos, y el próximo año hacer varios conciertos con la orquesta de Granada y en Málaga y en Granada en el 2009 el concierto de Brotons de violín.