Revista mensual de publicación en Internet
Número 76º - Mayo 2.006


Secciones: 

Portada
Archivo
Editorial
Quiénes somos
Entrevistas
Artículos
Crítica discos
Bandas sonoras
Conciertos
Web del mes
Suscribir
Buscar
 

 

RATTLE LLEGA A SCHUBERT

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.


Después de una temporada en que parecía que los discos de Rattle se iban espaciando hasta llegar poco más que a una grabación por año, ahora parece que las cosas vuelven a su cauce, y pese a la crisis general de las discográficas, al menos el director titular de la Filarmónica de Berlín sí graba discos (si él no grabara, ¿quién lo haría?).

Ahora aparece la Sinfonía nº 9 "La Grande" de Schubert (que ahora se nombra como "nº 8", aunque en el CD se respeta la numeración antigua), poco después de discos dedicados a obras orquestales de Debussy y poemas sinfónicos de Dvorak, y poco antes de un Heldenleben de Strauss y unas Sinfonías 1 y 14 de Shostakovich. Parece que poco a poco Rattle va incorporando el "gran repertorio" a sus registros, y va acercándose a autores clásicos muy frecuentados en disco aunque para él sean relativa novedad.

Es el caso de esta Sinfonía final de Schubert, obra muy llevada al disco y de la que existen unas cuantas versiones realmente grandes, con lo que uno podría preguntarse, de entrada, qué aporta esta nueva grabación de Rattle. Tal vez podría pensarse en una aproximación a las versiones historicistas, que eliminara el peso de la tradición wagneriana (o más bien bruckneriana, en este caso) y restituyera a esta música su estilo original, y no el que la posteridad quiso ver en ella, muchos años después. Y algo de eso hay, cuando escuchamos unos acordes tan suavizados, tan poco contundentes, que dan la impresión (seguramente falsa) de estar escuchando a una orquesta mucho menos nutrida de lo habitual. Pero, por otro lado, encontramos características bien poco historicistas, como un tempo lentísimo (la obra le dura más que a Giulini y más que a Celibidache en sus últimas grabaciones, por citar a dos directores con fama de lentos) o un sonido neblinoso, "elgariano", que puede dar la impresión de lejanía.

En la interpretación de Rattle lo mejor, como tantas veces en él, son los pasajes "lúdicos" o humorísticos, más que los momentos supuestamente trascendentales. En general, los dos movimientos intermedios parecen más logrados que los dos extremos. El Andante, aunque no sea muy profundo, hecho así es agradable de escuchar y tiene su poesía. El Scherzo tiene su pintoresquismo y en el Trío (como antes en la conclusión del Andante), Rattle muestra toda su capacidad de "lejana ironía", esa impresión de ser la mirada de alguien que está "de vuelta de todo" y que nos recuerda a su interpretación de la Octava Sinfonía de Beethoven (seguramente la más lograda de su ciclo).

Menos logrados nos parecen, como se ha dicho, los movimientos extremos, debido a la manía de Rattle de confundir la delectación poética con lo simplemente mustio, en muchos pasajes parece que no transcurre el tiempo, la música queda en "éxtasis", pero eso hay que saber hacerlo bien, Rattle se eterniza y el oyente acaba pensando que esos desarrollos le duran demasiado, que no aportan ideas suficientes para justificar tanta duración. Por otro lado, el oyente acostumbrado a las versiones "románticas" echará en falta una mayor energía en muchos pasajes, como la coda del primer movimiento, que quedan aquí un tanto "light". La Filarmónica de Berlín, dentro de su gran nivel, tampoco es que suene en uno de sus días gloriosos, aunque parte de la culpa puede tenerla la frialdad habitual de las tomas de sonido de EMI.

En conclusión, estamos ante una versión que interesará a los seguidores habituales de Rattle y sus maneras, pero que para un público general sólo podría ser recomendable si se buscara una grabación digital y no se encontrara alguna de las alternativas más recomendables dentro de las DDD (por ejemplo, la de Solti). En grabaciones más antiguas, las alternativas preferibles son bastantes más, desde las de Barbirolli, Giulini, Szell o Argenta (casi todas descatalogadas o difíciles de encontrar menos la última, en la serie "Grandes Directores" de EMI) y sobre todo la grabación "mono" de 1951 de Wilhelm Furtwängler, que sigue siendo "la mejor".

REFERENCIAS:

SCHUBERT: Sinfonía nº 9
Orquesta Filarmónica de Berlín.
Director: Simon Rattle
EMI 0946 3 39382 2 9