Revista mensual de publicación en Internet
Número 49º - Febrero 2.004


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THE SALIERI ALBUM

 Por Fernando López Vargas-Machuca.

 Este disco repite la misma fórmula de aquel estupendo lanzamiento dedicado a Vivaldi que tan lustrosos beneficios reportara a Decca, y que ya diera lugar a una no menos admirable secuela consagrada a Gluck (comentada en FILOMÚSICA por Pedro Coco). Vuelve así Cecilia Bartoli a unir sus fuerzas a las de una reputada agrupación historicista, en este caso la espléndida Orchestra of the Age of Enlightenment, para ofrecernos todo su muestrario de agilidades y expresividad en un repertorio escasamente conocido pero lleno de bellezas, envolviendo el producto con una presentación de lujo que ha de hacer las delicias de los numerosísimos fans de la mezzo (o soprano, o lo que se quiera), a la que se retrata revestida de una aureola de diva que entra en contradicción con su imagen de italiana simpática y campechana como pocas, siempre dispuesta a agradar a sus admiradores y a disfrutar de la otra gran pasión de su vida, que no es otra que el más puro baile flamenco.

Pues bien, lo cierto es que no se alcanzan ahora resultados tan admirables como en las dos ocasiones anteriores. Huelga decir que Bartoli no sólo resuelve con singular maestría las agilidades a las que se enfrenta, sino que ofrece una espectacular exhibición de dominio de la coloratura que despierta todo nuestro entusiasmo. Tampoco hace falta señalar que su voz pastosa y sensual, la morbidez de su fraseo y su acariciante legato, en conjunción con la fresca y extrovertida comunicatividad de la intérprete, logra estremecer lo más profundo de nuestra sensibilidad por encima de ciertas desigualdades vocales, como pueden ser sus emblemáticos cambios de color.

El problema es que en este registro se hace demasiado presente su tendencia, en aumento desde hace algunos años por el contacto con determinados directores (ahí está su discutibilísima Donna Elvira con Harnoncourt en DVD), a anteponer una hiperexpresividad rayana en el histrionismo, recurrente a una serie de tics ya convertidos en marca de la casa, por encima de la relativa contención que pueden demandar determinadas partituras. Y si Vivaldi o el Gluck anterior a la reforma soportan bastante bien el desmelene de la cantante, en Salieri la cosa cambia. Repásense si no las bellísimas esculturas de Antonio Canova escogidas para ilustrar el libreto del disco por su casi exacta coincidencia cronológica con la vida del compositor, para reparar en que la estética del Neoclasicismo exige una moderación y un equilibrio entre forma y contenido (lo que no ha de confundirse con blandura, distanciamiento o frialdad) que la cada día más narcisista Bartoli no siempre se halla dispuesta a respetar.

Punto y aparte merece la labor de Adam Fischer (hermano de Iván, otro conocido director). El maestro húngaro ha ido descubriendo a lo largo de la pasada década las posibilidades que el movimiento historicista ofrece para la interpretación del repertorio clásico, circunstancia que se evidencia en la integral de sinfonías de Haydn grabada entre 1987 y 2001 para Nimbus (ahora baratísima en Brilliant Classics), en la que usando siempre una formación de instrumentos modernos va aplicando conforme pasan los años criterios más "filológicamente rigurosos". En esta ocasión, ahora con una orquesta de instrumentos originales a su servicio, se lanza de lleno a ofrecer unas lecturas en las que hace gala de un instinto teatral, una incisividad, un instinto para el color y un sentido de los contrastes que casan a la perfección con las pautas seguidas por la cantante. Claro que su labor tampoco resulta convincente al cien por cien, pues se echa de menos un fraseo más cantabile y no tan pimpante como en ciertas ocasiones en las que llega a ser un poco frívolo y superficial.

Sea como fuere, este en todo caso muy bien interpretado disco merecería la pena aunque fuera sólo por la música, una apretada selección de las treinta y nueve (!) óperas compuestas por Antonio Salieri. Y es que, con todas las pegas que les queramos poner, Bartoli y Fischer nos descubren unas partituras (el noventa y cinco por ciento de ellas conocen aquí su primer registro mundial) escritas con estupendo oficio y una nada desdeñable inspiración, en las que el en su momento prestigioso Kapellmeister de la corte de Viena evidencia un sólido conocimiento de la tradición y deja plantadas algunas semillas para el futuro. Que Salieri no es Mozart ya lo sabemos. Lo que no conocíamos es que su música vocal resultara, dentro de sus limitaciones, tan hermosa y digna de atención. Compacto recomendabilísimo, pues, que también se encuentra disponible en formato Super Audio CD. 

 

REFERENCIAS

The Salieri Album.
Obras de Antonio Salieri.
Orchestra of the Age of Enlightenment.
Adam Fischer, director. 68'
Decca 475
100-2.