Revista mensual de publicación en Internet
Número 42º - Julio 2.003


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EDUCACIÓN AMBIENTAL EN INFANTIL CON LA MÚSICA

Por Cristina Isabel Gallego García. Lee su curriculum.

 

 

 

En la  infancia el medio ambiente juega un papel fundamental dentro del proceso educativo.  La interacción niño – medio comienza en los primeros momentos de la vida, y es en este intercambio donde van desarrollándose las potencialidades humanas.

 

El niño recibe del medio impresiones, sensaciones y percepciones, agradables o desagradables, que a la vez que las va procesando, le impulsan a desarrollar una exploración activa del mismo como respuesta a estos estímulos, constituyendo así, poco a poco, su experiencia personal.

 

Al trabajar la educación ambiental con la música, favorecemos la curiosidad y el interés natural de nuestro alumnado hacia la naturaleza, los iniciamos en la observación del medio que los rodea, en la construcción de sus conocimientos a partir de la experimentación...

 

En nuestra comunidad autónoma existe la Red Andaluza de Ecoescuelas, que depende del programa de Educación Ambiental "Aldea” (resultado de la colaboración entre la Consejería de Educación y Ciencia y la de Medio Ambiente).  

 

Algunos de los objetivos que este programa pretende son: impulsar el desarrollo de la educación en valores para una sociedad democrática en los centros escolares, hacer del centro educativo un proyecto susceptible de cambios y mejoras, desarrollar en el alumnado capacidades para conocer, interpretar e intervenir en el entorno, favorecer el intercambio de experiencias y el establecimiento de vínculos entre centros, profesorado y alumnado...

 

Con la música podemos potenciar los valores cívicos que promueve este programa como una dimensión del currículum.  Ésta enfatiza la experimentación, de forma natural y sencilla, la creatividad, el juego, ayuda a realizar aprendizajes contextualizados y significativos a través de experiencias motivantes que, por sí mismas, interesan a los niños y niñas. 

Los maestros de infantil solemos comenzar cada jornada  con actividades comunes: rutinas – saludo, fijación del calendario, repaso de las normas de comportamiento, planificación de la jornada; reparto de responsabilidades... Existen muchos cuentos instrumentales donde se refleja la educación ambiental, y que a su vez motivan el trabajo durante toda la jornada.  

El cuento del pequeño tulipán rojo les encanta a los niños. Éste tulipán vivía  bajo tierra en su casa. Un día se acercó a visitarlo la lluvia, pero no le dejó entrar. Otro día fueron el sol, el viento... pero sólo los dejó pasar cuando vinieron los tres juntos. Abrió la puerta muy despacito, y los tres lo llevaron hasta la superficie del jardín.  

Cada personaje que va apareciendo en el cuento se asocia a un instrumento musical. Cuando el tulipán asoma la cabeza y se encuentra en medio del jardín, sus amigas las flores le hacen compañía, los pájaros lo saludan con  su alegres cantos y los niños  palmotean con alegría cantando una canción. El pequeño tulipán rojo se siente muy feliz. 

Con la canción del tulipán los infantes realizan movimientos libres a partir del ritmo, exploran las propiedades sonoras de su cuerpo y de los instrumentos, interpretan ritmos sencillos, discriminan el sonido en contraste con el ruido... 

La música favorece la creación de un clima afectivo dentro del aula cuando construimos todos juntos nuestros propios instrumentos musicales para sonorizar los cuentos, cantamos canciones...  

La educación ambiental también la trabajamos con la música cuando: 

-                 comparamos distintos sonidos de la naturaleza.

-                 imitamos el sonido del viento (soplar), las gotas de lluvia al caer (chasquear  la lengua contra la parte interna de los dientes superiores).

-                 inventamos diálogos cantados: entre varias flores de un jardín, entre una flor y un jardinero, entre un niño y un árbol, etc.

-                 imaginamos que somos árboles que movemos nuestras ramas al compás de una bonita melodía.

-                 con las rodillas flexionadas y los pies juntos, nos cogemos de las manos y nos dejamos caer hacia delante, simulando flores cerradas; luego nos echamos hacia atrás, estirando los brazos como flores que se abren.

-                 representamos con gestos diversas tareas relacionadas con el cultivo y recolección de frutas y verduras (arar la tierra, sembrarla, plantar, regar, segar, recoger frutas)...

          La música de “La Primavera” (Vivaldi) nos encanta. Toda la orquesta anuncia gozosa la llegada de la primavera: los pájaros la saludan con sus cantos, el agua de las fuentes suena como un susurro... Truenos y relámpagos anuncian una tormenta, pero cuando esta pasa todo vuelve a la calma y los pájaros inician de nuevo sus cánticos y trinos. Con la alegría de la primavera, los pastores danzan en el campo al son de la gaita. Los niños pueden identificar el tema que se repite, buscar las pulsaciones del tema y marcarlas con palmadas, inventar una letra para este tema...

 Al trabajar la educación ambiental a través de la música llevamos al niño a un desarrollo completo de sus capacidades. Ésta facilita la integración de todos, respeta los diferentes ritmos madurativos, atiende a la diversidad... El niño se convierte así en protagonista de la educación y alcanza las metas educativas propuestas de una manera constructiva y feliz.