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LAS ESCUELAS PIANÍSTICAS DE INTERPRETACIÓN EN LA ACTUALIDAD (III). Por Daniel Mateos Moreno. Con este artículo finaliza la saga de escuelas pianísticas. Ahora analizaremos las escuelas pianísticas de los siglos XIX y XX. Nunca nos cansaremos de repetir la artificialidad de estas divisiones y la imposibilidad de enumerar a todos los pianistas relevantes de la historia en estos artículos. Pues bien, empezaremos donde lo dejamos: Liszt (escuela de la técnica) "versus" Leschetitzky (escuela de la expresividad). De la escuela Lisztiana derivan (alumnos del propio Liszt) Tausig, Rosenthal, D'Albert, Emil Sauer y Siloti. Precisamente Emil Sauer y Siloti son el germen de lo que clasificaríamos como "escuela rusa moderna". Igumov heredaría de Siloti su técnica rusa tradicional, y posteriormente el gran pianista Lev Oborin haría lo mismo al ser alumno de Igumov. Oborin fue el profesor de los actuales Vladimir Ashkenatzy, Berman y Nikolaieva, constituyentes en nuestros días de esta escuela rusa. Por su parte Igumov tendría como alumno a Fliére, quien a su vez tendría como alumno reconocido al actual Bella Davidovich. Dicha escuela rusa tradicional basa su técnica en la apertura de la mano lo máximo posible, conceptuando los saltos como simples estiramientos, y a la vez confiriendo una mayor autonomía individual de cada dedo para realizar melodías independientes. Los pianistas pertenecientes a esta escuela buscan la imaginación dentro de los límites del equilibrio formal, sin dejarse llevar por florituras o elementos superficiales. De esta rama inicial de alumnos de Liszt, nacería Bollet, recibiendo clases de Rosenthal. Y de aquí se derivarían muchos pianistas actuales, como Edwin Fischer, C. Arrau, Donnayí, Willem Backhaus y Willem Kempff. Fischer fue un gran didacta, comparable a Liszt en cuanto a alumnos conocidos, que derivarían directamente de él: el "loco" Badura Skoda (cuyas interpretaciones pasan de la genialidad a las payasadas), Demus, Alfred Brendel (gran pianista Brendel, muy equilibrado en el repertorio clásico) y Baremboin (¿quién no conoce a Daniel Baremboin y su manida integral de las sonatas de Beethoven?). Perteneciente a esta escuela aparecería Cziffra, alumno de Donnayí. Volviendo a Liszt: no olvidemos otra rama de alumnos de Liszt, probablemente no tan prolífica, pero con nombres muy conocidos: Bussoni (quizás uno de los pianistas con más técnica de la historia). Se decía de Bussoni que estudiaba los conciertos de piano en sus viajes, y los practicaba al piano cuando la orquesta hacía los Tutti (!!). De Bussoni deriva el polifacético Egon Petri. Interesante pianista Petri, que consiguió la misma fama tocando el violín. Colaboró con Bussoni en muchas de sus transcripciones, y tristemente ha sido olvidado del panorama pianístico, aunque en su época gozó de la misma fama que el propio Bussoni (existen grabaciones actuales de Petri y Busoni que podríamos llamar "de coleccionistas", una pena que no sean populares estos Cds). De manos de Petri nacería John Ogdon, acabándose ahí la escuela de Bussoni. Remontémonos de nuevo al siglo XIX, a la época Liszt-Lechetitzky, y analicemos ahora a los alumnos de Lechetitzy. Destacaríamos a nombres tan afamados como Safonov, Ignace Paderewsky, Arthur Schnabel, Horszowsky y Brailowsky. De la semilla de Safonov nacería la futura "escuela norteamericana". Safonov tendría como alumno al conocido Josep Lhévinne, y este a su vez a los no menos conocidos: Glen Gould, Van Cliburn, Browning y Watts. Esta sería la ramificación que denominaríamos "escuela norteamericana moderna". La técnica de Gould es ciertamente envidiable, y sus grabaciones de Hindemith y Bach son, como mínimo, originales (aunque en ningún caso recomendables para el estudiante dado su excentricidad). Y de Cliburn no podremos olvidar nunca su elegante expresividad, su portentosa técnica, ese toque tan delicioso, y la fuerza y el magnetismo de su personalidad. De otro de los muchos alumnos de Leschetitzky, Paderewsky, nacería nuestro Arthur Rubinstein. Nos sobran tantas palabras para hablar de Rubinstein que mejor dejarlo para otra ocasión y dedicar un artículo para él solo. Tan solo mencionar que se trata de uno de los poquísimos pianistas a lo largo de la historia que hacía cantar al piano. Schnabel por su parte sería el creador de la "escuela centroeuropea". De Schnabel derivan Lili Kraus, Schröeder y Rudolf Firkusny. Quizás sea Firkusny uno de los pianistas con más fuerza y equilibrio en sus interpretaciones, con la elegancia de Rachmaninoff y la técnica de Schnabel. De Schröeder nacería Alex Weissemberg, cerrándose así esta escuela Centroeuropea. Horzowsky, alumno también de Lechetitzky, sería el profesor de Murray Perahia. Famosas son las interpretaciones de Perahia en numerosos conciertos para piano y orquesta. Entre tanto, y coetáneamente a los descendientes de Liszt y Lechetitzky, nacerían pianistas autónomos, que crearían sus propias escuelas, aunque guardando evidente relación con otros pianistas de su época, y recibiendo clases de profesores de diferentes escuelas, nacerían Blumenfeld y Marmontel. Blumenfeld es el fundador de la "escuela rusa independiente", y que tendría como "hijos" a Horowitz y Neuhaus. Neuhaus a su vez sería el mentor de Richter, Guilels y Radu Lupu. Marmontel, fundador de la celebérrima "escuela francesa", de la que somos herederos muchos pianistas actuales, tendría como discípulos a Cortot, Marguerit Long, Isidore Philipp, Lazare-Lévy, Ives Nat y Robert Casadesus. ¡Pues bien prolífica que fue esta escuela francesa! Quizás una de las escuelas que más haya fructificado en toda la historia. Innumerables son los nombres de famosos pianistas que se derivan de aquí: De A. Cortot nace Vlado Perlemuter, Dinu Lipatti, Samson François y Karl Engel. Y de manos de Karl Engel fructifica la actual Maria Joao Pires. En especial destacaría la imaginación, el talento, aún inigualado, de Cortot, y la fantástica técnica y creatividad de Robert Casadesus. Precisamente Cortot consideraba la música como poesía hecha con notas. Cortot es probablemente el mejor intérprete que haya existido de Chopin y la música francesa. Su prodigiosa técnica y su infinita expresividad compensaban algunos fallos de notas que aún podemos escuchar en sus discos que se conservan en la actualidad. Por otra parte, de Isidore Philipp serán descendientes Nikita Magalov y Marta Argerich. Monique Haas, ganadora de innumerables premios y concursos, seguirá los consejos de Lazare-Lévy. Y así podríamos cerrar esta escuela Francesa, que paradógicamente está totalmente abierta y es la actual dominante en toda Europa, nacida en realidad de la semilla de Chopin, que a través de muchos alumnos suyos, como Descombes, se inclinarían hacia la interpretación imaginativa, creativa, y no tanto perfeccionista y virtuosística. Por supuesto no podemos olvidar las escuelas "autónomas" actuales: la escuela Italiana de Casella, que tendría como descendientes a Benedetti y Pollini. Decía un crítico al escuchar a Pollini que su toque sonaba como si botáramos un balón de baloncesto. Esta técnica se caracteriza por un legatto muy "ligero", y por un toque algo percutante, muy preciso. Otra escuela independiente sería la de Polonia que, de la mano de Ekier, tendría un gran exponente en Krystian Zimerman. ¿Qué relevancia tienen en la actualidad las escuelas pianísticas? Si es cierto que ya no se encuentran en estado puro, como ya conté en el anterior artículo, sí que hay pianistas descendientes directos y que podemos comprobar en sus interpretaciones. Negar la pertenencia de Ashkenatzy a la escuela rusa de la "mano abierta", negar la pertenencia de la Pires a la escuela francesa clásica, negar la pertenencia de Pollini a la escuela de toque Italiano, es negar la diferencia abismal que existe entre estos pianistas y que hace que haya tantos y tantos pianistas diferentes. Las escuelas pianísticas aún siguen existiendo y las diferencias son realmente perceptibles. Insto a los lectores a escuchar a los pianistas citados y comprobar la certeza objetiva de las ramificaciones aquí expuestas. |