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Número 83º - Abril, mayo y junio 2.007


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LA OTRA CARA DE VOLODOS 

Úbeda, Iglesia del Hospital de Santiago. XIX Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda. 26 de mayo de 2007. Clementi: Sonata en Fa sostenido menor Op. 25, núm. 5. Brahms: Dos piezas de Klavierstucke, Op. 76, números 4 y 5. Variaciones sobre un tema original en Re Mayor Op. 21, núm. 1. Schumann: Waldszenen, Op. 82. Liszt: La lúgubre góndola, núm. 2. Funerales. Arcadi Volodos, piano.

Por Fernando López Vargas-Machuca.    

Gratísima sorpresa: hasta ahora se venía relacionando a Arcadi Volodos (San Petersburgo, 1972) con repertorios llenos de pirotecnia y con maneras de hacer más inclinadas al mero despliegue de virtuosismo que a la adecuación al estilo, a la profundización dramática o a la creatividad, pero en el recital ofrecido en la antigua iglesia del Hospital de Santiago de Úbeda, dentro del XIX Festival Internacional de Música y Danza, ha mostrado un rostro distinto tanto en la elección de repertorio como en la personalidad interpretativa, aun manteniendo siempre un nivel técnico de primera que a nadie a estas alturas se le ocurre regatearle.

Quizá el primer movimiento de la Sonata en Fa sostenido menor Op. 25, núm. 5 de Clementi pudiera resultar para algunos paladares excesivamente luminoso y extrovertido, incluso pimpante, pero en el Lento el pianista ruso destapó el tarro de las esencias para ofrecer una lectura tensa y visionaria que miraba sin rubor hacia Beethoven. El Presto final estuvo lleno de belleza y elegancia, y al igual que en el resto de la página, la transparencia y riqueza del sonido estuvieron garantizados. Admirable asimismo su Brahms, sobre todo unas Variaciones sobre un tema en Re mayor trazadas con admirable sentido de la unidad, pero atendiendo al mismo tiempo a cada uno de los estados anímicos propuestos por su genial autor.

Lo menos interesante fueron quizá las Escenas del Bosque, de nuevo un prodigio de limpieza y flexibilidad pero tendentes a priorizar el lado más amable y evocador de la música del compositor, siempre tan complicado de interpretar a plena satisfacción; como me decía un experto y sabio colega, Volodos parecía más bien estar abordando el mundo infantil de las Kinderszenen. En cualquier caso fue un Schumann atractivo por su sutileza y poesía. Con La lúgubre góndola, núm. 2 Volodos se sumergió en las densidades del Liszt más arriesgado, personal y visionario, realizando una lectura de sorprendente concentración interior y sentido dramático. Sin pausa entre las dos piezas, ofreció unos Funerales poderosos y de apabullante virtuosismo, eso es verdad, pero sin perder de vista la arquitectura de la pieza ni la sinceridad emocional. Lástima que la acústica de la sala y las condiciones del piano no fueran las mejores.

Entre las cinco propinas hubo de todo, y si convencieron por ejemplo un notable Rachmaninov y un magnífico Franck, en otros casos apareció el Volodos más exhibicionista y superficial. Fue éste el que arrancó las mayores ovaciones entre un público hasta entonces algo frío ante un recital tan admirable. En cualquier caso, una velada musical de profunda hermosura que nos hace albergar grandes esperanzas ante el futuro de un pianista aún joven que puede dar de sí mucho más de lo que hasta ahora nos hacía pensar. 

Web oficial de Arcadi Volodos: http://www.sonyclassical.de/arcadivolodos/

Web del Festival: www.festivaldeubeda.com