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Número 78º - Noviembre 2.006


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MAHLER OTOÑAL

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

Mucho ha tardado Claudio Abbado en volver a grabar la Cuarta Sinfonía de Mahler, dentro del ciclo de nuevas grabaciones que está realizando de las sinfonías del compositor bohemio. Si hace años ya que de la Primera, Segunda, Tercera, Séptima o Novena se podían encontrar 2 grabaciones digitales distintas por Abbado, de la Cuarta la única disponible seguía siendo la toma analógica de 1976, que no en vano muchos considerábamos como el mejor Mahler de su ciclo, pese a la fama que tuvo su primera grabación de la Tercera con Jessye Norman.

El pasado año 2005 se decidió por fin a volver a grabarla, para tener todas las sinfonías de Mahler registradas en sonido digital, y el resultado es muy distinto de aquella grabación de hace 30 años, pero tan satisfactorio, o incluso más.

La sensación predominante de esta nueva Cuarta de Mahler es la de cierta sutil lejanía, como el distanciamiento que da la edad; aquí no encontraremos el ímpetu "juvenil" de la grabación del 76, todo es suave, "otoñal"... una "neblina" tal vez debida en parte a la toma de sonido. Los detalles están mucho más cuidados. No hay aquí ese final casi "mecánico" del primer movimiento que había en el 76. Ni tampoco la exquisitez tan vienesa que tenía entonces el segundo, que hacía que no sonara mucho a una "Danza macabra" (que es a lo que en teoría debe sonar); por el contrario, en esta nueva grabación, el segundo movimiento aporta una visión con cierta ironía, contemplada desde la lejanía como si un hombre mayor recordara los sucesos de su niñez. Haciendo un símil cinematográfico podría decirse que es una visión "felliniana". No es que tampoco cargue las tintas en lo "macabro", pero queda así mucho más coherente.

Los puntos más altos de la versión de 1976 se alcanzaban en los dos últimos movimientos, con un sensacional Ruhevoll, estirado al máximo (23 minutos y medio), y un movimiento final urgente, expresionista, angustiado, con una conmovedora Frederica Von Stade. En esta nueva grabación, el Ruhevoll es más humano, menos "impactante", no llega por poco a los 20 minutos; hace honor a su nombre, "lleno de paz", y a pesar de su placidez consigue emocionar más de lo que lo hacía el de 1976. Por último, el movimiento final conserva algo de la urgencia de la primera grabación, pero por desgracia Renée Fleming está muy por debajo de la Von Stade; aunque el nombre de la diva ayudará sin duda a las ventas del disco, aquí está fuera de lugar, su sofisticación suena demasiado retórica para su personaje (un niño que ha entrado en el Cielo).

En resumen, si uno no rechaza este concepto "otoñal" de Mahler (que puede haber oyentes que deseen una visión más enérgica, no lo discuto), esta versión sería en conjunto preferible a la primera de Abbado salvo por la cantante del último movimiento, y merece un puesto entre las grandes versiones de la era digital, al lado de Chailly o Salonen (esta última al parecer ya inencontrable), y por encima de otras tan elogiadas en su día por la crítica como Solti o Maazel. Si de lo que se trata es de elegir las más grandes de todos los tiempos, como referencias pondríamos en primer lugar las dirigidas por Paul Kletzki y George Szell, siendo también imprescindibles las de los "discípulos" de Mahler (Mengelberg, Klemperer, Walter - menos la oficial de Sony de este último) y de enorme interés muchas más: Neumann, Kubelik, Horenstein, Reiner... o, por qué no, la primera de Abbado.


Como complemento se nps ofrece el ciclo de las 7 canciones tempranas de Alban Berg, escritas en 1907 (en vida de Mahler, a quien Berg admiraba profundamente) y orquestadas en 1928. Aquí la Fleming está algo más acertada, y también la competencia es menor, no obstante continúa apareciendo esa "retórica sofisticada" que hace que añoremos las versiones de grandes liederistas como Jessye Norman (con Boulez), Anne Sofie von Otter (con el propio Abbado) o incluso Barbara Bonney con Chailly (mismo acoplamiento que este disco). El acompañamiento de Abbado continúa aquí en la línea de suavidad y lejanía que mostraba en la sinfonía de Mahler.



REFERENCIAS:

MAHLER: Sinfonía nº 4
BERG: 7 canciones tempranas
Renée Fleming, soprano
Orquesta Filarmónica de Berlín
Dir. Claudio Abbado
DG 00289 477 5574