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Número 78º - Noviembre 2.006


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MOZART, BACH, RESPIGHI

 

Por Fernando López Vargas-Machuca. 

Jerez, Teatro Villamarta. 2 de noviembre de 2006. Mozart: Pequeña Serenata Nocturna. Concierto para piano nº 13. J. S. Bach: Concierto para violín, oboe y orquesta en Re menor, BWV 1060. Respighi: Danzas y arias antiguas, suite nº 3. Orquesta de Cámara de Dresde. Eldar Nebolsin, piano. Undine Röhner-Stolle, oboe. Gaetano d’Espinoza, violín y director.

Sin ser una formación de primera línea -el empaste y la precisión en los ataques dejaron a veces que desear-, la Orquesta de Cámara de Dresde ofreció en el Teatro Villamarta un buen concierto en el que fue determinante la dirección del napolitano Gaetano d’Espinoza, que trazó versiones ágiles, intensas y luminosas, aunque quizá en algún momento en exceso nerviosas y faltas de vuelo lírico, de la celebérrima Pequeña Serenata Nocturna de Mozart, del Concierto para piano nº 13 del salzburgués, del Concierto para violín, oboe y orquesta en Re menor de Bach -más conocido en su versión para dos claves- y de la musicalmente mucho menos interesante pero siempre agradable suite nº 3 de las Danzas y arias antiguas de Respighi.

Resultó personal y atractiva la aportación al teclado de Eldar Nebolsin -triunfador hace años del Concurso Internacional de Santander y firmante de un par de discos para Decca-, quien ofreció un Mozart marcadamente rococó, en el buen sentido del término. Extrajo así del excelente Steinway del Villamarta una sonoridad fortepianística, limitó considerablemente el uso de los pedales, fraseó con nervio y mostró un notable sentido de la elegancia, la chispa y la coquetería. Por fortuna no cayó en la blandura, en la superficialidad ni en la falta de carácter que semejante tipo de aproximación produce en otros pianistas, si bien puede resultar preferible un enfoque más profundo y reflexivo, con mayor vuelo poético y con la vista más atenta al futuro. En todo caso su labor fue notable y estuvo en perfecta consonancia con la batuta.

Lo mejor de la velada vino con la obra de Bach, pues aquí Gaetano d’Espinoza -discípulo de Salvatore Accardo- mostró una gran habilidad al violín, del que extrajo un sonido bello al tiempo que afilado, mientras que Undine Röhner-Stolle -que como la mayor parte de sus compañeros en esta velada procedía de la plantilla de la Filarmónica de Dresde- se mostró como una oboísta de sólida técnica y muy elevada musicalidad; además el primero de los citados, en su faceta de director, obtuvo de la orquesta una sonoridad muy sensata para el repertorio barroco, si bien aquí se echó de menos la presencia de un bajo continuo. Lástima que la propina, la repetición del último movimiento de la Pequeña Serenata Nocturna, nos dejara un mal sabor de boca por su fraseo precipitado desde el podio y una escasa conjunción entre los miembros de la orquesta.

 

ENLACES RECOMENDADOS

Web del Villamarta: http://www.villamarta.com/

Web oficial de Eldar Nebolsin: http://www.eldarnebolsin.com/