Revista mensual de publicación en Internet
Número 76º - Mayo 2.006


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¿HOMENAJE O NEGOCIO?

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.


Todos los cantantes de ópera han grabado siempre discos de repertorios alejados de lo "clásico", en muchos casos por razones simplemente comerciales. En ocasiones, la intención se ennoblece en parte cuando estos discos (de un repertorio para el que se utiliza el término inglés "crossover") se presentan como un homenaje a músicas que el cantante escuchaba en su infancia, y que influyeron en su vocación.

Es el caso del tenor francés Roberto Alagna, que creció escuchando a Luis Mariano, un cantante al que el público español recuerda por sus películas de los años 50 junto a Carmen Sevilla, como "Violetas imperiales" o "La Bella de Cádiz", que a veces se reponen en espacios televisivos del estilo de "Cine de barrio". Luis Mariano, aunque desarrolló su carrera en Francia, era vasco, nacido en Irún, y triunfaba en los escenarios parisinos con operetas escritas para su voz por el compositor Francis Lopez, también de origen vasco, que luego eran llevadas al cine, de ahí que de las mismas canciones exista versión en francés y en español por el mismo cantante.

En el presente disco se ha elegido la versión en francés casi siempre, sólo hay un caso en el que Alagna canta en español, que es la Zambra Gitana, perteneciente a "Violetas imperiales", y donde al menos no se le nota acento extranjero, aunque tampoco da la sensación de entender del todo lo que canta (en cambio la canción que daba título a la película se escucha en francés, con el título L'Amour est un bouquet de violettes). Ciertamente, puede parecer un tanto extraño escuchar en francés el "Méjico, Méjicoooo" (aquí pronunciado Méksico), perteneciente a "El cantor de México", pero el idioma elegido en un recital no tiene por qué suponer un reparo.

El verdadero reparo que se le puede poner a este disco, y que es el habitual cuando los tenores abordan repertorios que no son los suyos, es otro: el exhibir vozarrón cuando no viene al caso, incluso yendo contra la propia música. En efecto, el homenaje de Alagna a Luis Mariano no implica imitar cómo cantaba su ídolo, Alagna canta siempre como Alagna, y lo malo es que estas músicas de Francis Lopez, muy endebles como obras, sólo se sostienen cantadas por la voz para la que fueron creadas. Luis Mariano, con mucha menos voz que Alagna, le daba a estas piezas una delicadeza, un "tacto" con el que esta música al menos funcionaba, lo que no ocurre con Alagna, cuyo vozarrón (que ya quisiéramos que exhibiera en la ópera, y no aquí) hace sonar estas músicas tan "ligeritas" con una retórica que hace que se caigan, literalmente, a pedazos. En todo caso puede salvarse La Belle de Cadix, la canción que da título a la obra que fue la primera colaboración de Luis Mariano con Francis Lopez, y de la que también se incluye en el disco la canción Maria Luisa, dedicada a la hermana del cantante.

Aparte de Francis Lopez a quien pertenecen 7 de las 12 piezas de este disco, se incluyen músicas de otros compositores que también gustaba de cantar Luis Mariano, de las cuales las de mayor enjundia pueden ser dos "hits" de Cole Porter, C'est magnifique (que da título al disco) y I love Paris, cantadas ambas en inglés en un estilo que recuerda a Plácido Domingo cuando canta el musical de Broadway, en todo caso pueden ser lo mejor del disco.

Los arreglos orquestales, dirigidos por Yvan Cassar, no son lo peor de este producto cuyo único interés puede ser el que mucha gente descubrirá con él al Luis Mariano "auténtico", desde luego muy preferible a "homenajes" de este tipo.



REFERENCIAS:

"C'EST MAGNIFIQUE"
Roberto Alagna canta a Luis Mariano
DG 00289 477 5569