Revista mensual de publicación en Internet
Número 76º - Mayo 2.006


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UNA FLAUTA EN LA ESCUELA DE SABADELL

Por Ovidi Cobacho Closa, Historiador del arte (Catalunya). 

Ø      LA FLAUTA MÁGICA: música de W. A. Mozart sobre libreto de J. E. Schikaneder. Intérpretes: Laura Sabatel (Pamina), Marc Sala (Tamino), Joan S. Colomer (Papageno), Isabel Rodríguez (Papagena), Montserrat Melero (Reina de la noche), Hyung-Jin Jung (Sarastro), Ferran Campabadal (Monostatos), Alba Ballús (1ª Dama), Eugènia Montenegro (2ª Dama), Amàlia Medina (3ª Dama), Gergana H. Miltenova (1r Genio), Alba Bosch (2º Genio), Lídia Viñés (3r Genio), Marc Pujol (Sacerdot/2º Armado/Orador), Albert Deprius (1r. Armado/ 2º Sacerdote); Cor Amics de l’Òpera de Sabadell y Orquestra Simfònica del Vallès. Dirección musical: Daniel Martínez. Dirección escénica: Moquel Gorriz / Pau Monterde. Vestuario: Eva Selma. Iluminación: Nani Valls. Producción: Escola d’Òpera de Sabadell. Teatre La Faràndula, Sabadell, 4 – V – 2006.  

 Como ya viene siendo habitual, cada final de temporada de los Amics de l’Òpera de Sabadell podemos gustar del trabajo de la Escuela d’Òpera de Sabadell con la producción de una ópera que coincide con el título que cierra la temporada operística que organiza dicha entidad. Este año ha sido el caso de la última de las óperas de Mozart, su célebre flauta mágica.

Para ello, y aprovechando la labor de la misma producción con el reparto profesional, se han escogido un grupo de jóvenes cantantes capaz ( y numeroso para la ocasión) que han trabajado en diversos talleres la preparación de esta obra. Sobre la base de una ingeniosa y eficaz puesta en escena, la labor conjunta de los jóvenes intérpretes supo hacer justicia a la obra. En los papeles protagonistas, pudimos escuchar a una Pamina (Laura Sabatel) de deliciosa línea de canto y noble sentido musical, junto a un Marc Sala (Tamino) de voz bien timbrada y buena intención dramática. Muy notable el Papageno de Joan S. Colomer, tanto en lo vocal como en lo escénico, así como también la Papagena de la debutante Isabel Rodríguez, una grata y prometedora sorpresa. Montserrat Melero cumplió con dignidad ante el difícil papel de Reina de la noche y  Ferran Campabadal derrochó talento vocal y desenvoltura escénica como Monostatos. Las tres Damas cantaron con corrección salvo algún que otro desajuste concertante y los tres Genios cumplieron su papel con gracia y entrega. Hyung-Jin Jung  fue un Sarastro con intención pero insuficiente en el registro grave y Marc Pujol y Albert Deprius completaron el reparto con solvencia.

Daniel Martínez apuntó intenciones en la lectura de la partitura y la labor de la orquesta y coro fue ajustada aunque sin brillos especiales. Mención especial merece el vestuario de Eva Selma, de gran belleza y plasticidad escénica.