Revista mensual de publicación en Internet
Número 75º - Abril 2.006


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Reposición exitosa

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

La Bohème. Ópera en cuatro actos. Música de Giacomo Puccini. Libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica basado en la novela de Henri Murge, Scènes de la vie bohème. Reparto: Norah Amsellem / Inva Mula / Ángeles Blancas (Mimì); Maya Dashuk / Laura Giordano (Musetta); Roberto Aronica / Aquiles Machado (Rodolfo); Manuel Lanza / Fabio Maria Capitanucci (Marcello); David Menéndez (Schaunard); Luca Pisaroni / Felipe Bou (Colline); Gonzalo Fernández de Terán (Parpignol); Juan Tomás Martínez (Alcindoro); Federico Gallar (sargento); Mario Villoria (aduanero); Francisco Pardo (vendedor). Coro y Orquesta Titular del Teatro Real de Madrid. Coro de Niños de la Comunidad de Madrid. Dirección musical: Jesús López Cobos / David Jiménez. Dirección de escena: Giancarlo del Monaco. Escenógrafo y figurinista: Michael Scott. Teatro Real de Madrid, del 17 de marzo al 6 de abril de 2006. Producción del Teatro Real (1998).

Volvió al Teatro Real una de sus producciones bandera: La Bohème puesta en escena en 1998 por Giancarlo del Monaco con una fastuosa y sólida escenografía firmada por Michael Scott, solo apta para un escenario como el del Teatro Real, por sus dimensiones y por la maquinaria empleada. La producción ha vuelto con el mismo éxito del estreno, con llenazo y 16 funciones, la mitad de las cuales se ofrecieron a precios reducidos. Han rotado los principales papeles así como la batuta. Las ocho primeras funciones fueron dirigidas por Jesús López Cobos y las ocho últimas por el joven maestro David Jiménez Carreras, con la lógica dificultad de incorporarse a una función ya montada, con unos tempi que no siempre eran los suyos ni estaban con él. La soprano Inva Mula hizo su debú como Mimì en las últimas funciones. Triunfó mostrando  su talento a la hora de encarnar a la enfermiza costurera, con un registro vocal amplio, brillante y seguro. Su entrega fue tan excelente como el resultado, ovacionado por el público madrileño. Aquiles Machado estuvo genial en el papel del voluble Rodolfo, un rol que le viene de maravilla a sus especiales cualidades vocales, más desde el punto de vista técnico que temperamental. Laura Giordano fue una Musetta con algunas desigualdades, pero con nervio y emoción. Supo evolucionar a través de los cambios de su personaje con gracia y sentido teatral. Fabio Maria Capitanucci trajo al Real un Marcello poderoso en presencia física y vocal. Compartió el triunfo con los otros solistas. Los demás cantantes y el coro estuvieron a la altura del montaje, atendiendo a sus partes de forma irreprochable, cosa que también podemos decir de la Orquesta del Teatro Real, entregada en intensas jornadas de trabajo a su quehacer en el foso. La puesta en escena fue la misma que realizó el Teatro Real de hace ocho años. Es una puesta en escena sabia y pragmática, intencionadamente espectacular y profundamente operística, con todos los méritos y embarazos que ello supone, con el artificio cómplice, con las candorosas incongruencias que el género requiere. Del Monaco añade pequeños detalles, siempre bien medidos, que no ponen el peligro el espectáculo y que añaden cierto toque de modernidad que el público acepta de buena gana. Así, todo arranca de un gramófono, Rodolfo escribe a máquina, escucha a Mimì de rodillas y Musetta monta en bicicleta. Hay dos transiciones vistas que asombran con los poderosos elevadores del teatro, capaces de mover todo el escenario en bloque. La buhardilla se hunde al final del segundo acto para dar paso a una calle de París que volverá a surgir en un inesperado cuadro final. Muchas de las soluciones no son redondas ni técnicamente perfectas, pero las intenciones son claras y eso gusta al público. Esas  pequeñas tosquedades pues contribuyen a preservar algo de la autenticidad teatral ante tantas maquinas, como ocurre con ciertas perspectivas obtusas. Entre los aciertos, sorprende el barullo que se forma con la acumulación confusa de los grandes grupos. Los decorados son realistas pero no exentos de cierto lirismo y desamparo, que evoca el punto de vista de antiguas fotografías. La Bohème es una ópera de que cuenta aquí con un montaje estupendo. Su reposición ha sido un acierto sin riesgo que el público ha premiado como cabía de esperar con muchos aplausos. 

(Foto de Javier del Real) 

Próximos espectáculos del Teatro Real

 

22 de abril de 2006                                                           Al compás de Bernstein

8 a 23 de mayo de 2006                                                    El rapto del serrallo de Mozart

18 a 22 de mayo de 2006                                                  Dulcinea de Sotelo

8 a 30 de junio de 2006                                                     Diálogo de carmelitas de Poulenc

26 de junio a 19 de julio de 2006                                        Luisa Fernanda de Moreno Torroba

7 y 9 de julio de 2006                                                        La conquista de Granada de Arrieta

 

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