Revista mensual de publicación en Internet
Número 75º - Abril 2.006


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FARAÓN FÚTBOL CLUB

 Por Fernando López Vargas-Machuca.  Historiador. 

Jerez, Teatro Villamarta. 22 de abril de 2006. Lleó: La corte de Faraón. Emilio Sánchez, Mar Abascal, Ricardo Muñiz, Marta Sandoval, Luis Álvarez, Pilar Moro, Enrique Ruiz del Portal, Miguel López Galindo, Estrella Blanco. Coro del Teatro Villamarta. Orquesta Filarmónica de Málaga. Ángel Hortas, director musical. Francisco Matilla, director escénico. Coproducción de Ópera Cómica de Madrid y Teatro Villamarta.

Putifar, delantero en franca decadencia. El Faraón, Ramón Calasparra, especulador inmobiliario, presidente del club que lleva su apodo. La Faraona, Josefa de Triana, antigua folclórica, su esposa. Lota Dubay, famosa. Raquel Caminante, periodista rosa. Seti, Wolfgang Ariel Setinosky, director deportivo. Selha, Joseba Selhategui, entrenador de perfil bajo, futuro seleccionador nacional. José García, okupa familiar. Sel, Ral y Tal, viudas. Sul, cupletista. Periodistas, futboleros, animadoras, seguratas...

Lo que han leído es, sí, el dramatis personae de la particularísima lectura que el irregular director escénico Francisco Matilla, uno de los nombres habituales en las funciones zarzuelísticas del Teatro Villamarta, ha preparado de la divertida "opereta bíblica" de Vicente Lleó. La cosa funciona bastante bien: aquí Putifar no es un valiente guerrero egipcio asaeteado en el bajo vientre, sino una estrella del Faraón F. C. afectada por un inoportuno balonazo que le impide cumplir el deber conyugal con su mujer, una famosilla de la prensa del corazón con quien se casa por motivos meramente oportunistas. La historia, soñada aquí frente al televisor por un muy futbolero padre de familia que va a imaginarse a sí mismo como un nuevo fichaje del equipo -el Casto José- que tiene que sufrir el acoso de la insatisfecha esposa, sigue por lo demás fielmente el argumento elaborado por Perrín y Palacios, aunque obviamente ha habido que cambiar gran parte del texto.

Lástima que una inoportuna avería del aparato de sobretitulación del Teatro Villamarta -se intentó sin éxito reemplazarlo- impidiera entender gran parte de lo que allí se estaba diciendo, porque a la mayoría de los cantantes y al coro no se les entendía ni jota. De ahí quizá -puede que también por la novedosa propuesta escénica- la manifiesta frialdad del público tras el primer acto, afortunadamente desaparecida en la conclusión de la obra merced seguramente al desparpajo y la gracia con que conversó con el patio de butacas la divertida Estrella Blanco, encargada aquí de cantar -ejem- la celebérrima canción babilónica, coreada por el respetable para regocijo del personal.

Musicalmente hubo de todo, pero por desgracia se falló en papeles fundamentales: Lota, Raquel y Putifar no estuvieron nada bien. Por el contrario estuvo muy digno tanto en lo vocal como en lo escénico ese buen tenor que es Emilio Sánchez como José, a cuyo físico más bien regortede y bonachón se le sacó en lo escénico un estupendo partido. Lo mejor estuvo en los roles secundarios, donde se contó con admirables cantantes-actores ideales para el género: el notable Selha de Miguel López Galindo (¡esto es lo suyo, y no Don Basilio!), el magnífico Seti de siempre fabuloso Enrique Ruiz del Portal y, claro está, el divertidísimo Faraón de Luis Álvarez, un actorazo cómico como la copa de un pino. Qué lástima que sus papeles fueran tan breves. Muy flojitas, ay, las tres viudas.

Gratísima sorpresa la que nos dio en su primera actuación en el foso local quien desde hace ya casi una década es director del Coro del Villamarta, el jerezano Ángel Hortas, con una dirección que no sólo no cayó en ningún momento en lo vulgar ni en lo rutinario sino que alcanzó un vuelo lírico muy considerable en algunos números de la partitura, por cierto bastante más inspirada de lo que algunos piensan. Además valsea con mucho gusto. Lástima que no lograra obtener gran partido de la Filarmónica de Málaga ni del coro -el suyo propio-; quizá con más tiempo para ensayos hubieran sonado mejor, pero para eso hace falta, lo hemos repetido ya muchas veces, bastante más dinero. Y de eso sigue sin haber demasiado en el teatro jerezano.

 

Web del Villamarta: www.villamarta.com