Revista mensual de publicación en Internet
Número 72º - Enero 2.006


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EL INCOMPARABLE FRITZ WUNDERLICH 

Por Pilar Palacio y Herminio Malagás 


Este año se conmemora el 40 aniversario de la muerte de Fritz Wunderlich, el tenor que ponía el pensamiento y el corazón en cada nota. Bellísimo timbre de tenor lírico; graves viriles; agudos brillantes, fáciles, directos y abordados siempre “desde arriba”; gran volumen; larguísimo fiato; emisión libre, sin estrecheces, sin sonidos nasales ni guturales, siempre “horizontal”, que, negando el pasaje, hace sinónimas tesitura y extensión; total dominio de la media voz; control absoluto de los reguladores; articulación impecable de la lengua alemana; fraseo elegante, desprovisto de afectación; agilidades de ejecución perfecta; excepcional versatilidad estilística; prodigioso abanico de matices; estudio riguroso de las partituras, sin ceder jamás a la tentación del lucimiento injustificado; inmediata capacidad de comunicar. Una voz fresca, luminosa, que nunca acabamos de conocer por mucho que la escuchemos, tal es su riqueza de recursos. Un canto natural. Un artista que logró el perfecto equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales. Un hombre que contagiaba a los que lo rodeaban el entusiasmo por la música, el optimismo, la pasión por la vida. 

Friedrich Karl Otto Wunderlich nació el 26 de septiembre de 1930 en Kusel, una bella localidad del Palatinado (Alemania), en el seno de una modesta familia de músicos que regentaban un negocio de hostelería. Con su madre, Fritz aprendió a tocar el piano y el acordeón. En 1950 ingresa en el Conservatorio de Friburgo, donde comienza sus estudios de trompa, y pronto su voz llama la atención de la profesora Margarethe von Winterfeldt, de la que fue alumno hasta 1955. Sus comienzos fueron duros y, para ganarse la vida, formó una orquesta de jazz con la que recorría la comarca interpretando los temas de moda (una de sus aficiones era imitar a Louis Armstrong); tras unas pocas horas de sueño, estudiaba las obras de Monteverdi y Lully, lo que sería decisivo en su formación como cantante. Después de sus primeras actuaciones en conciertos y recitales en las que se incluyen, por ejemplo, el Oratorio de Navidad de Bach, así como sus primeras grabaciones, debutó en 1954 en el Conservatorio de Friburgo con el "Tamino" de La flauta mágica de Mozart, su compositor favorito. El éxito obtenido le proporcionó un contrato de cinco años con la Ópera Estatal de Stuttgart, a la que permanecerá muy ligado el resto de su vida. Su gran oportunidad llegó en 1956, con el mismo papel (primero y último que interpretó sobre un escenario), y, según cuenta el director musical de aquella representación, Ferdinand Leitner, “aquella noche cantó como si le fuera la vida en ello”.

A partir de este momento, comienza una fulgurante carrera artística que le lleva a las Óperas de Viena, Munich, Colonia, Berlín, Hamburgo, Londres, Bruselas, Buenos Aires…; a los festivales de Salzburgo, Aix-en Provence, Il Maggio Musicale Fiorentino, las Semanas Bachianas de Ansbach, Edimburgo, etc. Protagoniza estrenos mundiales de óperas de Werner Egk, Carl Orff y Leo Janácek. Realiza numerosas grabaciones para Emi, la Radio Bávara y la Radio de Stuttgart, Decca y Deutsche Grammophon.

Tuvo como compañeros, entre otros muchos, a cantantes de la talla de Christa Ludwig, Pilar Lorengar, Dietrich Fischer-Dieskau, Hermann Prey, Teresa Stratas y Joan Sutherland. Fue dirigido por maestros como Herbert von Karajan, Karl Böhm, Rafael Kubelik, Otto Klemperer o Zubin Mehta. 

Su amplísimo repertorio incluye ópera, opereta, lied, oratorio, música sinfónica, canción popular, etc. Puso su arte al servicio de compositores como Monteverdi, Gluck, J.S. Bach, Händel, Haydn, Mozart, Rossini, Lehár, Richard Strauss, Mahler, Smetana, Lortzing, Schubert, Schumann, Beethoven, Tschaikowsky, Verdi, Puccini, Wagner, Pfitzner…

En tan solo diez años de carrera, gracias a su inmenso talento natural, su excepcional musicalidad, su inteligencia, su enorme capacidad de trabajo, dejó registradas un total de 662 grabaciones, entre las que se encuentran auténticas joyas y en las que podemos comprobar su evolución hasta alcanzar la plenitud de un artista completo. ¿Qué decir de su Dichterliebe, sin duda una de las cimas de su arte, fusión perfecta de poeta, compositor e intérprete? Escuchar la grabación del que sería el último recital de su vida, el 4 de septiembre de 1966 en Edimburgo, es una experiencia inolvidable. Hubert Giesen, su pianista habitual, le confesó: “Has alcanzado la perfección. No sé qué más te puedo decir”. ¿Cómo describir el entusiasmo, la pasión y a la vez la seriedad con que aborda la opereta, haciendo del gran Richard Tauber un digno predecesor? ¿Cómo se las arregla para cantarnos Tosca o El barbero de Sevilla en alemán y hacer que suene a nuestros oídos como si fuera italiano? La jovialidad de su canto es un bálsamo contra la tristeza; su empuje, su garra, una invitación a disfrutar de la vida, un remolino del que no queremos salir. Admiramos a otros grandes tenores, pero de Fritz nos enamoramos.

Fritz Wunderlich murió el 17 de septiembre de 1966, a los treinta y cinco años de edad, como consecuencia de una caída, sólo unas semanas antes de su debut en el Metropolitan de Nueva York con el papel de "Don Ottavio" en el Don Giovanni de Mozart. Poco tiempo antes le había dicho a su compañero y amigo, el barítono Hermann Prey: “Los buenos tiempos están por llegar, un cantante no está formado hasta cumplir los cuarenta años.” Sus colegas recuerdan su buen humor, cómo contaba siempre el último chiste y las anécdotas más divertidas, su ausencia de presunción, su actitud colaboradora en los ensayos, su arrolladora personalidad.

Loek Laudy, autor de la excelente página web dedicada al artista www.fritz-wunderlich-ges.com y Presidente de la Sociedad Fritz Wunderlich en Kusel, localidad volcada en mantener vivo su recuerdo, dice: “Para mí, Fritz Wunderlich es EL cantante de Bach, EL cantante de oratorio, EL cantante de Mozart, EL cantante de ópera y opereta, EL cantante de lied. No conozco a ningún artista contemporáneo que sea mejor que él en todos estos campos”.

No hay quien dé más. Gracias, Fritz.

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Discografía seleccionada:

Grabaciones completas:

- W. A. MOZART: Die Zauberflöte Berliner Philharmoniker. Karl Böhm, dir. Deutsche Grammophon, 1965.
- R. SCHUMANN: Dichterliebe. F. Schubert. L. Beethoven: Lieder. Fritz Wunderlich, tenor. Hubert Giesen, piano. Deutsche Grammophon, 1966.
- F. SCHUBERT: Die schöne Müllerin3 Lieder. Fritz Wunderlich, tenor. Hubert Giesen, piano. Deutsche Grammophon, 1966.
- G. MAHLER: Das Lied von der Erde. Otto Klemperer, dir. Emi, 1967
- J. HAYDN: Die Schöpfung. Wiener Singverein. Wiener Philharmoniker. Herbert von Karajan. Deutsche Grammophon, 1965 (2 CDs)
- J. S. BACH: Weihnachtsoratorium BWV 248. Münchener Bach Chor und Orchester. Karl Richter, dir. Archiv Produktion, 1965 (3 CDs)
- F. SMETANA: Die verkaufte Braut. Fritz Wunderlich, Pilar Lorengar. Bamberger Symphoniker. Rudolf Kempe, dir. Emi, 1963.
- A. LORTZING: Zar und Zimmermann. Bamberger Symphoniker. Hans Gierster. Deutsche Grammophon, 1966.


Recitales y recopilaciones:

- Great Moments of…Fritz Wunderlich. Emi Classics, 2000 (3 CDs).
- Fritz Wunderlich Edition. Deutsche Grammophon, 2001
- Fritz Wunderlich: Arien und Duette. Deutsche Grammophon, 2003.
- The magic of Fritz Wunderlich. Deutsche Grammophon, 2005 (2 CDs + 1 DVD)
- Wunderlich. Artone, 2005 (4 CDs)
- Fritz Wunderlich: Der letzte Liederaben – The last recital. Fritz Wunderlich, tenor. Hubert Giesen, piano. Deutsche Grammphon, 2003