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Número 69º - Octubre 2.005


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EL "SOMBRERO" ORIGINAL

Por Fernando López Vargas-Machuca

Fue en 1916 cuando Manuel de Falla decidió escribir, contando con la inestimable ayuda del matrimonio Martínez Sierra, una pantomina sobre El sombrero de tres picos, el divertido relato de Pedro Antonio de Alarcón en torno al frustrado acoso de un libidinoso corregidor sobre una guapa y felizmente casada molinera. Se estrenaba en abril de 1971 en el Teatro Eslava de Madrid, contando con una orquesta de dieciocho músicos bajo la dirección de Joaquín Turina. Dada la insistencia de Serguéi Diaghilev, a la sazón de gira por España con sus ballet rusos, dos años después se presentaba una nueva versión como ballet, esta vez con riquísima orquestación para formación sinfónica; para la ocasión se pudo contar, como es bien sabido, con escenografía y decorados de Pablo Picasso y dirección musical de Ernest Arsermet. Es esta última versión la que ha pasado a la Historia como uno de los más grandes hallazgos del compositor gaditano.

Ahora bien, ¿hay mucha diferencia entre ambas versiones? Pues sí. Por descontado que en El Corregidor y la molinera está ya prácticamente todo el material melódico que conocemos en el genial ballet, pero además de poseer una orquestación mucho más reducida, el desarrollo de los temas es diferente, menos "sinfónico" y mucho más teatral, más atento a cada uno de los movimientos escénicos, hasta el punto de que se llega a echar de menos ver lo que está pasando en el escenario. Musicalmente no alcanza el estratosférico nivel de El sombrero..., eso desde luego, pero aún así merece mucho la pena conocerlo. La audición la amenizan algunas sorpresas, como por ejemplo los onomatopéyicos ronquidos del corregidor, un hermosísimo nocturno -desaparecido en el ballet- sobre la melodía de la canción del cuco, o una divertida cita de la Primera Sinfonía de Beethoven, que se une a la ya bien conocida a la Quinta del de Bonn.

La interpretación es muy sólida. A Josep Pons le recuerdo en directo un Sombrero más bien mediocre, pero a pesar de algunas salidas de tono su lectura discográfica de El Corregidor y la molinera está llena llena de teatralidad y sentido rítmico. La Orquestra de Cambra del Teatre Lliure, por aquél entonces en sus manos, es una formación más bien discreta (no hay más que escuchar la cuerda), pero aún así se beneficia de algunos buenos solistas que, sabiamente ayudados por el director, matizan con musicalidad y ácida ironía sus intervenciones. El disco se completa con once de las canciones populares recopiladas por Federico García Lorca, en curiosas versiones a cargo de Ginesa Ortega: ciertamente lo flamenco y lo popular son dos mundos distintos que no hay que confundir, pero el hecho de escuchar estas melodías en la voz de una cantaora nos permite disfrutarlas desde un nuevo y enriquecedor punto de vista; no más auténtico -ni menos- que si lo hacemos en la voz de -pongamos por caso- una Teresa Berganza, pero en todo caso igualmente válido. El sonido es excelente, pero en Lorca hay que subir bastante el volumen. Sea como fuere, un disco que al pasar ahora a serie barata, diez años después de su primera edición, se recomienda por sí solo.

REFERENCIAS

FALLA: El corregidor y la molinera. GARCÍA LORCA: Canciones españolas antiguas.
Olga Serra, soprano. Joanna Ximenis, tacón y palmas.
Ginesa Ortega, cantaora.
Orquestra de Cambra Teatre Lliure, Josep Pons
.
71'38''.
Harmonia Mundi France, HMA 1951520.


Web de Harmonia Mundi: http://www.harmoniamundi.com