Revista mensual de publicación en Internet
Número 68º - Septiembre 2.005


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EL CANTO DEL VIOLÍN

Por Rubén Flórez Bande

          

EMI nos remite un cuádruple álbum, de cierto interés, en el que se hace un recorrido por el repertorio violinístico (no son todos los que están, ni están todos los que son, léase épocas y estilos) a cargo de los solistas de más nombre "de la casa", desde los históricos (Menuhin, Milstein, Rabin, Oistrakh...) a las nuevas generaciones (Vengerov, Capuçon, Chang...) pasando por el controvertido Kennedy o el mismo Lorin Maazel, más conocido como director. Las obras son las más populares y accesibles. Un producto, destinado para el público en general, para todas las edades. En él hay obras enteras, y fragmentos de otras muchas, siendo esto último un handicap, al menos para quien esto escribe.

Empezaremos por orden (según cantidad) de los intérpretes. Seguramente el más representado sea Menuhin: de él podemos escuchar, un "Allegro apassionato" del Concierto Op.64 de Mendelssohn junto con Kurtz, en el que el violinista ya estaba algo limitado técnicamente, pero donde recrea una versión con garbo. Con Kurtz también interpreta el "Pas de deux" de El lago de los cisnes de Tchaikovsky, este sí, más delicado, más melódico, donde las limitaciones no se perciben, y sí la capacidad melódica. De Youmans interpreta el famoso Tea for two junto con Grappelli y sus amigos, en un repertorio que no es el suyo, pero que atrae por su curiosidad. Lo peor de Menuhin como muestra quizá sea "La Campanella" del Segundo Concierto para violín de Paganini, junto con Alberto Erede, donde técnicamente es lamentable escucharle, y se nota que la obra se le hace grande.

Itzhak Perlman se marca una Fantasía de Carmen de Sarasate, con un inspirado Foster, tan virtuosística como sin idioma; una muy recomendable, Havanaise de Saint-Saëns, con el gran Martinon a la batuta; una Schön Rosmarin de Kreisler que ha tenido mejores versiones que esta, donde Perlman quizá peque de demasiado "sutil"; y un interesante y para mí desconocido Perpetuum mobile de Novacek.

De las nuevas generaciones el que más veces aparece representado es Renaud Capuçon, que interpreta junto al también joven pianista Braley, el "Blues" de la Sonata para violín y piano de Ravel, una versión muy nostálgica. Junto con Daniel Harding, interpreta una Introduction & Rondo capriccioso de Saint-Saëns muy chispeante, se pasa en un suspiro. Al lado de su hermano, el violonchelista Gautier Capuçon interpreta el arreglo de un Passacaille muy poco "ortodoxo" pero que sorprende por la compenetración de los dos músicos. Por último, otra vez junto con Braley, interpreta la Letanei de Schubert, ya comentada en esta revista, muy íntima y recogida, con el lirismo justo.

También de las nuevas generaciones, en este caso, algo mayor, aparece también Christian Tetzlaff, uno de los más interesantes violinistas del momento, aunque algo relegado por su compañía. Por él se nos ofrece el último movimiento del Concierto de Sibelius, junto con Dausgaard. Una lectura hiriente, objetiva, no cae en el romanticismo, interesante al menos, lástima de la batuta que no está a la altura, demasiado rutinaria. También Tetzlaff nos ofrece una selección de las Partitas nº 2 y nº 3 para violín solo de Bach, a las que intenta aplicar en un instrumento moderno algunos de los conceptos historicistas, también una lectura interesante.

Frank-Peter Zimmermann quizá ya no entre en el catálogo de los jóvenes, pero las grabaciones que aquí se incluyen son de la época en la que aún era un "chaval" como por ejemplo, dos Caprichos de Paganini, el primero, y el último (nº 1 y nº 24). Su sonido es muy pequeño y su virtuosismo, limitado, pero aún así, con ese toque de "inocencia" tienen su encanto, no es el arrebato que muchos le dan. Se incluye también una muy buena interpretación del "Presto" de la Sonata para violín y piano K.526 de Mozart, esta sí muy idiomática, y donde el "violín pequeño" de Zimmermann está en su salsa.

Del gran David Oistrakh se nos ofrecen dos interesantes documentos, uno de ellos es el movimiento final de el Concierto de Brahms, junto con Szell, aquí Oistrakh ya estaba algo mayor, y técnicamente se nota, pero aun así consigue una interpretación que ya quisieran hoy en día muchos jóvenes. Szell se pasa en ocasiones de algo "machacón". La otra obra de Oistrakh que aparece en estos volúmenes es el "Rondo" del Tercer Concierto para violín de Mozart, junto con la Filarmónica de Berlín y haciendo él también las labores de director; es su Mozart algo rudo y contundente, pero que no deja mal sabor, una forma de tocar que ya no queda.

Nathan Milstein, interpreta un interesante último movimiento del Concierto de Beethoven, junto con Steinberg, y muy vitalista, y ensoñadora es su Poupée valsante de Poldini.

Nigel Kennedy, el "alumnísimo" apreciado de Menuhim, también aparece aquí suficientemente (para mí, erróneamente) documentado. Interesante, por dulce sobre todo, la "Canzonetta" del Concierto de Tchaikovsky, junto con Kamu, el resto es totalmente "prescindible": una "hortera" interpretación de "El Verano" de sus "archivendidas" Cuatro Estaciones de Vivaldi, y un Vuelo del moscardón de Rimsky, ¡¡pesante!!

También hay un apartado "historicista" breve, pero lo hay, con un muy buen Concierto para violín BWV 1056 de Bach, con la Europa Galante, y al violín y dirección un fogoso Fabio Biondi.

El resto del volumen lo forman un "Intermezzo" de la Sinfonía Española de Lalo, por una algo insípida Mutter, los Aires bohemios de Sarasate, por el malogrado Rabin, más concentrados que virtuosísticos, el también malogrado Ferras nos acerca un Tzigane de Ravel más romantizante que otra cosa, pero al menos tiene algo que decir, la gran (y olvidada) Patrice Fontanarosa, interpreta un arreglo (de Joachim) de la Danza Húngara nº 1 de Brahms de gran envergadura, Zukerman nos deleita junto con Barenboim con un muy buen "Adagio sostenuto" de la "Kreutzer" de Beethoven...

En resumen, volumen interesante para quien le guste "el canto" del violín, para regalar, ahora que ha empezado el curso, aquellos que han elegido violín en el Conservatorio, también para los que se acerquen a la música clásica... pero, claro está, no apto para aquellos que quieran encontrar algo nuevo.



REFERENCIAS:

"LE CHANT DU VIOLON":
EMI 586885 ( 4 CD´s )