Revista mensual de publicación en Internet
Número 65º - Junio 2.005


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MAAZEL VUELVE AL CONCIERTO DE AÑO NUEVO

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum. 

         

En 1980, Lorin Maazel dirigió por primera vez el tradicional Concierto de Año Nuevo en Viena, sustituyendo a Willi Boskovsky, quien se había retirado después de dirigirlo ininterrumpidamente durante 25 ediciones (1955 a 1979, ambas inclusive). Han pasado otros 25 años, y volvemos a encontrar a Maazel en el concierto del Primero de Enero; pero, a diferencia de Boskovsky, su "reinado" sólo duraría 7 años, pues en 1987 se inició con Karajan una nueva etapa en la que cada edición del Concierto tenía un director diferente. Desde aquel entonces, en los 18 años transcurridos, Maazel sólo a vuelto al podio del Concierto de Año Nuevo en cuatro ocasiones (1994, 1996, 1999 y este 2005).

Esta "rotación" de directores ha permitido que estuvieran a frente del Concierto de Año Nuevo grandes maestros como Kleiber o el mismo Karajan, pero en general parece que se habría mantenido un nivel medio mayor de haber seguido Maazel como fijo. Eso sí, para vender todos los años el disco del concierto (una práctica que comenzó precisamente en 1987, antes sólo se habían lanzado algunos aislados), nada mejor que ofrecer cada año un producto con envoltorio distinto, cambiando la cara del director que sale en portada.

Una muestra de lo dicho la tenemos comparando algunas de las interpretaciones de Maazel en este disco, con otras de los habituales en las últimas ediciones de los Conciertos de Año Nuevo; por ejemplo, Riccardo Muti, quien en 1997 hacía una desmayada Fata Morgana, en contraste con la vida que obtiene de ella aquí Maazel; también Muti aquel año hacía una Bajadere más suavizada y con menos vida que la de Maazel, a quien quizá en esta obra se le podría acusar de algo "charanguero". Por su parte, también quedaría por debajo de Maazel un Zubin Mehta, más "mecánico" en los Cuadros del Mar del Norte que hizo en 1998, comparados con los de esta edición; o que también hizo en 1995 una polca Electrisch (obra, por cierto, incluida ahora por aquello del Año de la Física) sin la vitalidad de esta de Maazel. En cuanto a Harnoncourt, su Polca campesina del concierto del 2003 parece demasiado sofisticada, Maazel es más brioso, nuevamente con más vida (y contribuyendo con su propia voz a los "la la la" de la orquesta).

No queremos decir con esto que Maazel en la música de los Strauss sea "la referencia". Antes nos seguiríamos quedando con un Boskovsky (la mayoría de cuyas grabaciones son, no se olvide, en estudio) para Las Emancipadas, A la caza o la famosa Polca pizzicato; al lado de Boskovsky, Maazel parece incluso demasiado solemne. O también para el Tren del Placer, que sólo ha sonado realmente a tren con Boskovsky (ni Karajan ni Kleiber lo consiguieron), o para la obertura de La Bella Galatea de Suppé (aún más elegante con Boskovsky).

En fin, entre los valses "grandes" hay logros memorables, aunque la competencia es también mucho mayor. Las Mil y una Noches, nuevamente muy vitalista, no desmerece de las mejores versiones, como la exquisita de Kleiber en 1992; Cuentos de los Bosques de Viena y El Danubio Azul suenan mucho menos enérgicas y más ensoñadoras que anteriores incursiones del propio Maazel (1999 en ambas, y 1996 en la segunda), quien en el Danubio se permite unos rubatos que tienen un inequívoco sabor a nostalgia.

¿Quizás sea esta la última vez que veamos a Maazel el Uno de Enero? La primera vez que dirigió este concierto (y que para quien esto escribe fue también la primera vez que lo contempló por TV) iba a cumplir los 50 años. Cuando dirigió esta última edición, estaba en camino de cumplir los 75. En ninguna parte se ha anunciado que este sea su último Concierto de Año Nuevo, pero dada su edad y el lapso que puede transcurrir hasta que repita de nuevo (desde la última vez fueron 6 años), entra dentro de lo posible que esta haya sido su despedida del evento.

Por todo ello, bien merece nuestra recomendación este concierto, pese al inconveniente de haber suprimido la tradicional Marcha Radetzky del final, con palmadas incluidas, como señal de duelo por las víctimas del tsunami que asoló el Sudeste Asiático a finales del 2004 (¿por qué quitar esta pieza y no cualquier otra?). Quede también para el anecdotario el que se recoja en estos CD's el discurso del presidente de la Filarmónica de Viena, Clemens Hellsberg, cuando entrega un cheque con destino a los afectados por el tsunami, así como la felicitación de Año Nuevo que dirige Maazel en multitud de idiomas, incluyendo el español. A despecho de lo que puedan hacer otros directores (como Mariss Jansons, quien dirigirá la edición del 2006), es posible que este Concierto de Año Nuevo del 2005 siga siendo recordado durante bastante tiempo como "el más logrado del siglo XXI".


REFERENCIAS:

"CONCIERTO DE AÑO NUEVO 2005"
Orquesta Filarmónica de Viena
Director: Lorin Maazel
DG 00289 477 5366 (2 CD's)