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Número 64º - Mayo 2.005


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LA HISTORIA DEL MUSICAL: LA CARIOCA

Por Carlos Infante.

El pasado mes nos ocupábamos de los Oscar’s musicales del año y hoy viajando al pasado nos vamos a la primera edición de los Premios de la Academia que incluían la categoría de ‘Mejor Canción’. Fue en 1935 y una de las canciones nominadas era “La Carioca” de VOLANDO A RIO DE JANEIRO.

Esta película ha pasado a la historia por muchas razones a cual más certera y justa. Su productor Merian C. Cooper quiso convertirla en la primera película en Technicolor antes de que se hubiese estrenado un corto, también producido por él, titulado LA CUCARACHA. No fue posible y hubo que esperar dos años más para realizar a todo color LA FERIA DE LA VANIDAD.

Pero posiblemente la circunstancia que más fama le ha dado radica en el hecho de ser la primera película que reunía a una de las parejas más memorables de la historia del cine, a Fred Astaire y Ginger Rogers que se convertirían en dúo cinematográfico a lo largo de toda la década de los treinta protagonizando ocho películas más.

Contra lo que se suele pensar la unión de Astaire y Rogers fue casual y VOLANDO A RIO A JANEIRO era una comedia musical de gran presupuesto a mayor gloria de sus protagonistas Dolores del Rio (Belinha) y Gene Raymond (Roger Bond). Rogers y Astaire ocupaban el cuarto y quinto lugar respectivamente en el reparto. Hoy nadie recuerda a los protagonistas y todo el mundo conoce a Astaire y Rogers, ironías del destino.

Una última anécdota: el director Thornton Freeland que logró un trabajo muy meritorio no volvió a dirigir ninguna película de cierto nivel. Hoy podemos recordar, ya para muy iniciados, OVER THE MOON, una de las primeras producciones británicas en Technicolor producidas por Korda a mayor gloria de su mujer, Merle Oberon.

Musicalmente la película se sustenta en tres números musicales más una canción titulada "Music Makes Me" interpretada por Ginger Rogers que repite una y otra vez ‘me gusta la música’. Particularmente mi número favorito en esta función de la RKO es “Volando a Rio de Janeiro” que da título a película, suena en una versión instrumental en los títulos de crédito de apertura y se desarrolla en un portentoso final con coreografías sobre aviones nunca vistas hasta la fecha.

Pero el número más famoso de la película es “La Carioca” que como he señalado anteriormente es el primer baile de Astaire y Rogers en el cine y el único que la celebérrima pareja comparte en esta cinta. Un grupo americano llega a Rio, para actuar en la inauguración de un hotel y antes de comenzar su trabajo acuden a la sala de moda para conocer los gustos autóctonos. El público del local jalea “La Carioca” y la orquesta decide interpretarla ante el asombro del grupo americano.

En un momento dado Astaire y Rogers deciden que ellos también pueden con el baile que junta las frentes de los participantes y se lanzan a la pista. La actuación parece entusiasmar a los presentes y cinematográficamente vemos algunos apuntes que se convertirán en el sello de marca de las coreografías de Astaire: Planos de cuerpo entero que muestran todos los movimientos y momentos aislados sin música donde sólo suena el sonido del zapateado de claqué.

Entra la coreografía muy inspirada en Berkeley y la letra hace acto de presencia: ¿Habéis visto la carioca? / No es foxtrot ni una polca / Tiene un ritmo nuevo, un espíritu nuevo que suspira / Tiene un compás complicado / E incluso algo raro y travieso / Pero cuando la bailéis con un nuevo amor habrá amor en sus ojos / Soñaréis con la nueva carioca / Su sintonía es un beso y un suspiro / Soñaréis con la nueva carioca / Cuando no haya música ni luces y nos digamos adiós / Dicen que dos cabezas juntas son mejor que una / Juntándolas es como empieza el baile / Dos brazos a tu alrededor y labios que suspiran “yo soy tuya” y “tu eres mío”.

Transiciones al estilo del coreógrafo de moda lanzado al estrellato con LA CALLE 42, distribución de los bailarines en la línea de TORERO A LA FUERZA y otra pausa para escuchar de nuevo de la canción y más coreografía. Con xilófono como base sonora Astaire y Rogers aparecen de nuevo en escena sobre una plataforma giratoria durante unos instantes para volver de inmediato con los bailarines y la letra de cierre:

Ahora que habéis bailado la carioca no os molestaréis en bailar la polca / Y os daréis cuenta de que se han terminado el hula y el bambula / Y mañana descubriréis que os encanta la carioca / Y cuando la bailéis con un nuevo amor habrá amor sólo para vosotros / Soñaréis con la nueva carioca / Su sintonía es un beso y un suspiro / Soñaréis con la nueva carioca / Cuando no haya música ni luces y nos digamos adiós.

Son casi 12 minutos de ensueño, de fantasía, de un erotismo a flor de piel con el que se bromea en la película (“No me extraña que en esta país siempre haga calor”). Si TORERO A LA FUERZA y LA CALLE 42 marcaron el camino a seguir por el musical, el número de LA CARIOCA define definitivamente lo que se entiende como número coreográfico en una película. Es un manual teórico hecho realidad.

El tercer número que les citaba es “Orquídeas a la luz de la luna” un magnífico e inmortal tango que se apunta en la película en la ‘isla’ para un desarrollo en todo su esplendor en los ensayos del nuevo hotel. Influencia geométrica en las tomas, figuras casi calidoscópicas y decenas de parejas bailando al unísono son las características de de esta pieza que como epílogo ofrece una parte cantada con un fondo cambiante a modo de fantasía que va desde las playas hasta el calidoscopio a base de orquídeas. Particularmente no conozco precedente cinematográfico alguno de este recurso narrativo.

He visto dos veces la película para este análisis más unas siete u ocho veces cada número musical y les aseguro que he descubierto matices que aún no había apreciado en las múltiples ocasiones que había visto VOLANDO A RIO DE JANEIRO. La película tiene más de 70 años y si exceptuamos alguna carencia técnica de la época mantiene plenamente su frescor y su vigencia. Es una comedia romántica esencialmente similar a las que seguimos viendo (o padeciendo) en los cines pero intercalando el componente musical que la convierten en una genialidad, en una obra maestra definitiva e imperecedera. La banda sonora creo que esta editada (yo la tengo en vinilo) y la película creo que también está editada en DVD (en Estados Unidos aún no). Merece la pena que la vean, que la disfruten, que se acostumbren a su narrativa en sucesivos visionados.

¿No les he contado la historia? No, más que nada porque es la anécdota o disculpa para incluir lo que sí les he contado que es precisamente lo que tiene trascendencia. Tampoco les he dicho que el gran Steiner se ocupó de orquestar las composiciones musicales e incluso añadir algún pasaje incidental, da exactamente lo mismo. Lo importante es la coreografía y por supuesto Astaire y Rogers.