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Número 63º - Abril 2.005


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¿LA MEJOR QUINTA DE BEETHOVEN?

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

Con notable retraso respecto a su lanzamiento en Alemania (más de un año) ha llegado por fin a España la primera entrega de la serie Eloquence-Dokumente, en la cual los sellos DG, Decca y Philips reeditan grabaciones históricas del fondo de su catálogo a un precio muy económico. Entre ellas figura una versión legendaria de la 5ª sinfonía de Beethoven que hasta el momento no se había publicado en Europa en CD, a excepción de una edición especial para la tienda alemana "Zweitausendeins". Nos referimos, claro está, a una de las grabaciones que ha dejado de esta obra el gran director alemán Wilhelm Furtwängler, de quien recientemente se ha cumplido el 50º aniversario de su desaparición.

El Beethoven de Furtwängler es la culminación de una tradición interpretativa que inició Wagner en el siglo XIX, considerando que el Beethoven que se ofrecía en su época, tocando la partitura literalmente, sonaba demasiado frívolo; en su lugar, proponía una interpretación que buscara las emociones fuertes, el contraste máximo, que expresara todo el lirismo y toda la fuerza sobrehumana de estas obras, aunque fuera tomándose libertades sobre el texto de la partitura para conectar con el "espíritu" de la obra. Este concepto ha sido a menudo atacado por los partidarios de la fidelidad literal hacia lo escrito, que sólo admiten tocar las obras lo más parecido posible a como se hubiera hecho en vida del autor; sin embargo, basta la audición de discos como el presente para darse cuenta de que nunca nadie ha calado tan a fondo en las sinfonías de Beethoven ni ha extraído tanta riqueza de ellas como Furtwängler.

A la hora de elegir una versión "de referencia" de una sinfonía de Beethoven muchas veces la alternativa es cuál elegir de las de Furtwängler, pues a veces (aunque se puedan reconocer características comunes) son muy distintas entre sí, no en vano el maestro se pasó toda su vida volviendo una y otra vez sobre estas partituras. En el caso que nos ocupa, la Quinta Sinfonía del 27 de mayo de 1947 pertenece al segundo concierto que daba después de la guerra, tras dos años en los que estuvo apartado de la dirección debido a la relación que se le achacaba con el régimen nazi.

Entre las diversas Quintas de Beethoven que han aparecido de Furtwängler (13 hasta el momento, entre grabaciones "oficiales" y "piratas") habrá quien prefiera la de 1943, más trágica, más profunda, y con una transición del tercer al cuarto movimiento como nunca se ha escuchado ni se escuchará; o la de 1954 para EMI, con mejor sonido y mayor perfección orquestal, de un carácter hondo y "elegíaco". Sin embargo, esta de 1947 tiene algo que no tienen las demás, puede decirse que es la más original de todas, una continua fuente de sorpresas para el oyente, y consigue interesar incluso al más reacio, al que diga que la Quinta de Beethoven le aburre.

Así, ya el primer movimiento sorprende por sus continuos cambios de "tempo", haciendo que nunca sea rutinaria ni monótona la continua repetición del famoso tema de cuatro notas; el segundo también sorprende por su carácter tan rítmico, tan "sincopado", parece estar dicho a tirones, pero el efecto que provoca es increíble; si se nos permite la expresión, casi da la sensación de estar presenciando un desfile a caballo. El tercero corre como un río torrencial, poniendo a prueba la capacidad de la Filarmónica de Berlín para tocar a esas velocidades, y el último es realmente al galope tendido, a su manera suena "triunfal" (más que en otras interpretaciones de Furtwängler de esta obra) pero sin ninguna solemne retórica, no da tiempo, dada la velocidad vertiginosa a la que atraviesa los pasajes del final que tantas veces suenan retóricos. Y el mayor elogio que se le puede hacer es que después de tantas "originalidades", lo que se escucha no suena a un experimento o a una visión muy personal, sino que la impresión que da es que esto "es" Beethoven..

¿Podría acusarse a esta versión de "efectista"? Tal vez. También se ha leído a veces que es "extravagante". También podría verse un reflejo del momento personal que vivía el director, cuando se le ha levantado la prohibición de dirigir, lo que para él supone un triunfo. En todo caso, si hay una Quinta de Beethoven que llegue inmediatamente a cualquier oyente es esta, de ahí que personalmente la tenga como "mi" versión de referencia.


Como acoplamiento, el CD incluye la última de las cinco grabaciones conservadas de Furtwängler dirigiendo el Concierto para violín de Beethoven. A diferencia de las versiones con Menuhin, donde encontramos una dirección de acentos terribles, casi de "novela gótica", o de la versión de guerra (de una poesía conmovedora) con el concertino de la orquesta berlinesa, Erich Röhn, la dirección aquí es más lírica y relajada, posiblemente menos interesante que las citadas pero de un gran belleza en todo caso. El solista es ahora Wolfgang Schneiderhan, en mejor forma que cuando grabó esta misma obra con Jochum unos años después (aunque en lo técnico nunca fue lo que se dice irreprochable), y también con ese lirismo que hoy nos suena algo cursi. Al igual que en la grabación de Jochum, también toca las cadencias escritas por el propio Beethoven para la adaptación para piano y orquesta de este concierto. A pesar de no ser una versión que elegiríamos como referencia, es de agradecer su inclusión por la novedad que supone, ya que esta grabación no se había publicado antes en CD excepto en Japón.


En fin, solamente por la Sinfonía, y pese a que el sonido (suficiente en todo caso) no se pueda comparar con el de una grabación moderna, he aquí una joya imprescindible de esas que hay que tener en la discoteca particular de cada uno. Por si fuera poco, el precio al que se vende (menos de 6 euros) hace que perderse esta grabación sea aún más inexcusable.



REFERENCIAS:

BEETHOVEN: Sinfonía nº 5. Concierto para violín
Wolfgang Schneiderhan, violín
Orquesta Filarmónica de Berlín
Director: Wilhelm Furtwängler
DG 0028 477 5030