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Número 62º - Marzo 2.005


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REFLEXIVO MORK

Por Rubén Flórez Bande.

          

Hace ya algunos años, pude ver y escuchar el Concierto para violoncello en La menor Op.129 de Schumann a Truls Mork. En aquella ocasión era con la Orquesta Sinfónica de la BBC y Andrew Davis dirigiendo. Fue la suya una interpretación contenida, intimista... como bien pide este concierto, muy poco dado a las interpretaciones contundentes. Pues bien, ahora nos llega la grabación de dicho concierto, pero esta vez los acompañantes son la Orquesta Filarmónica de la Radio de Francia, a las ordenes de Paavo Järvi.

Me vuelvo a encontrar aquí con un Mork contenido, intimista, que deja de lado ese toque virtuosista, del último movimiento por ejemplo, en el que muchos colegas suyos caen. El no, va más al lado "humano" de la obra, intenta jugar con efectos dramáticos, muchas medias voces por ejemplo, un sonido algo oscuro, pareciendo más estar incorporado dentro de la orquesta que haciendo su labor de concertista. Pero algo no acaba de "cuadrar", ese intento de humanización de intimismo no es del todo creíble, le falta ese toque de "personalidad".

Este mismo concepto de interpretación "reflexiva" se le puede escuchar a un Casals o a una Du Pré, esta quizás con algo más de ímpetu y osadía al final. No voy hablar maravillas de estos dos instrumentistas, todo lo que pudiera decir es poco. Pero ellos sí imprimen esa personalidad, Casals parece venir de vuelta de todo, y la Du Pré se muestra dócil, "casera" hasta poco antes del final, donde se rebela. Mork, si bien tiene ese toque "camerístico", carece de esa personalidad propia. No voy a decir que sea la suya una lectura plana, ni mucho menos, pero a la larga le acaba faltando algo.

Paavo Järvi, a cargo de la Filarmónica de Francia, acompaña sin aportar nada nuevo, nada que ver con Bernstein acompañando a Rostropovich con la misma orquesta (entonces llamada Nacional de Francia), en el que la compenetración es pasmosa, o la de un inspirado (aquí sí) Ormandy acompañando a Casals con la Orquesta del Festival de Prades.

El resto del disco lo conforman dos obras de temática judía: el Kol Nidrei de Max Bruch, y el Schelomo de Ernest Bloch.

En ese "gran Adagio" que es el Kol Nidrei, Mork intenta explayarse a gusto, y vuelve otra vez aquí a darnos una interpretación intimista más que ensoñadora, reflexiva más que llevada por el sentido romántico. Muchos ven en esta obra la sombra de Brahms; para quien esto escribe, esa sombra no aparece por ningún sitio. Sí hay ese toque de otoñalidad en la obra, pero más por el carácter de la misma, que por el del compositor. Obra más melódica que expresiva. Järvi acompaña otra vez, sin molestar a nadie.

En el Schelomo la sorpresa no nos la da Mork, sino que aquí el que verdaderamente se luce es Paavo Järvi, con una dirección incisiva, introspectiva, emocionante, incluso virtuosística en ese Allegro, en el que se enfrentan el orador (el cello) y la orquesta. Mork peca aquí de demasiado comedido, o de demasiado retórico, su cello no se lamenta de este mundo, no es enamoradizo, no tiene fe. Su cello es más racional, más metódico, más puntilloso. Parece más un profesor, que un filósofo. Eso sí, el sonido sigue sin perder ese toque "aterciopelado" tan característico. Mucho más creíble es la versión de Rostropovich, más entregado que Mork, otra vez aquí con Bernstein.


REFERENCIAS:

SCHUMANN: Concierto para violoncello y orquesta en La menor Op.129
BRUCH: Kol Nidrei Op.47 BLOCH: Schelomo.
Truls Mork, violoncello.
Orquesta Filarmónica de la Radio de Francia.
Dir: Paavo Järvi.
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