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Número 61º - Febrero 2.005


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SERSE

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.

 
 

Serse, una de las últimas óperas de Handel, fue estrenada en el King's Theatre en 1738, año que vería el estreno de otra ópera, Faramondo, y la composición de dos grandes oratorios: Saul e Israel in Egypt. Con Serse Handel vuelve su mirada hacia el mundo de la antigüedad y recupera personajes históricos como el protagonista de la historia, el jefe persa, Jerjes. A menudo se ha calificado a la pieza de ópera cómica y, por ejemplo, en Elviro -uno de los poquísimos bajos bufos handelianos- se ha querido ver un precursor del Leoporello mozartiano. 

Por supuesto, si por algo es famosa esta ópera es por su bellísima primera aria, “Ombra mai fu”, tradicionalmente conocida como el “Largo de Handel” aunque en realidad el tempo indicado sea “Larghetto” y no “Largo”, y de la que hay todo tipo de arreglos. En realidad, tanto el recitativo que la precede como la propia aria son un canto a un árbol*.

Después de las versiones de Malgoire (Sony) y McGegan (Conifer), llega ahora la de William Christie grabada en directo en París en 2003 para probablemente convertirse en la mejor opción por su equilibrado y atractivo reparto y el olfato teatral y elegancia en las formas del director americano. 

En el papel protagonista nos encontramos a la gran mezzo sueca Anne-Sofie von Otter que una vez más demuestra su categoría de cantante handeliana. Sólo hay que escuchar como acomete la entrada del “Ombra mai fu” -en piano para ir aumentando con un magistral crescendo- para saber que estamos ante una interpretación con mayúsculas. A pesar de los años, von Otter sigue mostrando un buen estado vocal con su voz líquida, meliflua, justamente vibrada y de bello color. En “Se bramate d’amar”, un aria de bravura, von Otter saca su lado más combativo y hace todo un despliegue de recursos vocales apoyada por la acalorada dirección de Christie. De igual modo, su “Crude furie” resulta espectacular. En algún momento se le nota cierta fatiga vocal motivada por el directo pero su atención al detalle, su penetración y su línea de canto ponen el listón muy alto.

Lawrence Zazzo confirma la buena impresión que nos había causado en recientes grabaciones y se convierte en un serio competidor de su compatriota, David Daniels, aunque este último posea una voz más atractiva. Zazzo lo tiene todo para hacer de su parte una delicia. Sus tres intervenciones en el primer acto son reveladoras de un canto contrastado y expresivo, buen gusto, claridad en la dicción y dotes dramáticas. El resto de arias no hacen sino confirmar su categoría: escúchese “Quella che tutta fe” con ese instrumento teñido de tristeza y expresividad así como su valentía y seguridad en las agilidades en “Sì, la voglio e l’otterò”. 

Elisabeth Norberg-Schulz es la que menos convence de todo el reparto. Su voz, en exceso tremolante, resulta demasiado pesada para Handel y su línea de canto no es un modelo de precisión. En su descargo diremos que también sabe cantar con delicadeza y buen gusto como en “Nemmen coll'ombre”. Por su parte, Sandrine Piau muestra frescura, agilidad y transparencia vocales. Todas sus arias son una delicia. La española Silvia Tro Santafé ejecuta su parte con seguridad y sentido dramático. Su robustez no está reñida con la agilidad vocal tan necesaria en estos papeles handelianos. El papel de Elviro en la voz de Antonio Abete es todo lo cómico que se puede esperar. El barítono italiano trata de acentuar su comicidad pasando al falsete en la escena del Acto II. Puede que este tipo de recursos se agradezcan más en el teatro que en casa especialmente tras varias escuchas. Aunque de voz algo nasal Giovanni Furlanetto cumple con creces en el papel de Ariodate. 

William Christie dirige con mucho sentido dramático, sabe amoldarse bien al carácter de cada escena, y plantea unos tempi juiciosos. Los recitativos están llevados con toda la teatralidad necesaria. El caballero Christie es la elegancia personificada pero, muy importante, también sabe espolear a sus músicos para que sean punzantes e incisivos cuando lo pide la ocasión. Pocos podrán tacharle a estas alturas de afrancesado pues su Handel, que siempre fue bueno, va mejorando con los años. La orquesta está espectacular en todas sus secciones especialmente la cuerda que, según el momento, lo mismo parece echar fuego que acariciar suavemente. La toma de sonido es modélica y aunque se noten las idas y venidas sobre el escenario y las risas del público nunca resulta molesto. 

Por tanto, recomendación sin reservas para esta nueva contribución handeliana de William Christie y Les Arts Florissants. Toma de sonido y presentación están a la altura. 

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* Jerjes se encuentra bajo la sombra de un plátano y canta: “Ombra mai fù di vegetabile cara ed amabile soave più” (Jamás ha existido sombra vegetal tan querida y amable). Al término del aria, el personaje permanece inmóvil admirando el árbol.



REFERENCIAS:

G.F. HANDEL: Serse, HWV 40. Anne-Sofie von Otter, mezzo-soprano. Lawrence Zazzo, contratenor. Elisabeth Norberg-Schulz, soprano. Sandrine Piau, soprano. Silvia Tro Santafé, mezzo-soprano. Antonio Abete, barítono. Giovanni Furlanetto, bajo. Les Arts Florissants. William Christie, director. VIRGIN VERITAS 5 45711. 3 CDs.

Página web: www.virginclassics.com