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Número 61º - Febrero 2.005


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IL CORSARO de Verdi

Por Ovidi Cobacho Closa, Historiador del arte (Catalunya).

Autor: Giuseppe Verdi, con libreto de Francesco Maria Piave.
Intérpretes:
José Cura, Josep Ribot, Marina Mescheryakova, Susan Neves, Carlo Guelfi, José Manuel Zapata. Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatre del Liceu.
Dirección musical: Marco Guidarini
Lugar y Fecha:
Gran Teatre del Liceu, 6- II- 2005.

Durante los primeros días del mes de febrero,  tuvimos ocasión de poder asistir a la estrena, en versión concierto, de Il Corsaro en el coliseo de Les Rambles de Barcelona. Esta ópera de Verdi, poco conocida y representada, cuenta con un libreto que parte del poema The Corsair de Lord Byron, dentro de la más específica corriente romántica. Aún a pesar de que ha sido tachada por muchos como una de las peores óperas de Verdi, a partir de las consideraciones de algunos autores como Francis Toye, lo cierto es que la obra, lejos de ser lo mejor de la producción verdiana, mantiene ciertos puntos de interés que no avalan su larga ausencia de los escenarios. Si bien es cierto que Verdi optó por ignorar en gran medida esta obra después del fracaso de su estreno en el Teatro Grande di Trieste, en 1848, y que fue escrita con cierta desgana por el compositor bajo la presión del editor Francesco Lucca, también lo es el interés que el compositor mantenía por musicar la historia de este héroe romántico y la experimentación, en esta ópera, con algunos recursos musicales y dramáticos que encontraran su fortuna en obras posteriores. Cabe, pues, considerarla un ejemplo prototípico de las obras de juventud del compositor y de ese período de ajetreo y gran número de encargos, que el mismo Verdi refirió como “los años en galeras de esclavos”.

La ópera está dividida en tres actos y en ella se nos narra la trágica aventura del corsario Corrado, personaje volcado a un funesto destino, que lucha por acabar con la tiranía del bajá Seid, desoyendo y desatendiendo las súplicas de su amada, quien acabará muriendo ante sus ojos, presa de su desolación amorosa. A pesar de no contar con un libreto muy bien trabado, volcado en exceso a perseguir un constante efectismo dramático, la partitura cuenta con algunos momentos de brillante resolución y deliciosa factura. Nada más iniciarse el primer acto encontramos una imponente aria de tenor para el protagonista, donde se perfila su carácter enfático y el empuje de sus principios. En contraste con ello, en el tercer acto, encontraremos uno de los momentos más logrados de la obra en la escena de la cárcel, en el conmovedor dúo entre Corrado y Gulnara, introducido por el canto desolador del violonchelo y la viola.

En la producción presentada en el Gran Teatre del Liceu, donde hay que lamentar la no escenificación de la obra, el reparto vocal hizo merecida justicia a la partitura. En el papel del corsario protagonista, tuvimos el placer de gozar con la poderosa voz de José Cura, que ya de buen principio, en su cavatina de entrada, nos ofreció una ejecución vigorosa y enérgica del personaje. A su intensa emisión vocal se sumó una entregada  expresividad escénica, que compensó algún momento de fraseo un tanto maleable. Con todo, su éxito fue rotundo. No menos afortunada estuvo Susan Neves en el papel de Gulnara, su deliciosa musicalidad e intensidad de canto, en escenas como el dúo de la cárcel, así como la efectividad de una buen técnica en los momentos más comprometidos, nos trasladaron toda la desolación y emotividad de este personaje. La Medora de Marina Mescheryakova, a pesar de poseer una delicada línea de canto, no acabó de cuajar todos los repliegues expresivos de la atormentada amante. Eficiente, vocalmente, fue la intervención de Carlo Guelfi en su papel de Seid, con una voz bien timbrada y homogénea, aunque quizás algo parco en la expresividad. Nada desdeñable estuvieron las interpretaciones de Jordi Ribot como Giovanni y Anselmo, y de José Manuel Zapata en los papeles  de Selimo, eunuco y esclavo. La orquesta fue dirigida con aplomo y carácter por Marco Guidarini y el coro estuvo dentro de los parámetros de la corrección en todo momento. La anécdota vino de manos de un imprudente espectador - al parecer alguno de los ofendidos por el percance vivido entre el tenor José Cura y un sector del público en las representaciones de Il trovatore del Teatro Real, hace ya algún tiempo -, al gritar un despropósito dirigido al tenor argentino en medio de su intervención después del entreacto, la reacción del resto del público no se hizo esperar, desaprobando tal  inoportunidad con una ovación de aplausos y bravos hacia el tenor.