Revista mensual de publicación en Internet
Número 58º - Noviembre 2.004


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¿EN LA TRADICIÓN? 

Por Rubén Flórez Bande

          

Pues parece que sí, que Valery Gergiev va a seguir con su ciclo Shostakovich: hace ya unos años grababa una irregular , el año pasado, le tocaba el turno a la , este año las y (disco que nos toca comentar) y ya está anunciada la . Esperemos que consiga grabarlas todas.

Quizás sea la la que más versiones tenga (junto con su "joven" ) y las hay, claro está, para todos los gustos: desde el electrizante Bernstein, al humano Sanderling, a los rusos "de pura cepa" como Barshai, Kondrashin o Mravinsky, al "políticamente correcto" Haitink, al sofisticado Jansons... y ahora le llega el turno a Gergiev. Es la suya una interpretación contenida en algunas partes y ciertamente triunfalista en otras, en el último movimiento sobre todo. Claro está, también hay cabida para cierto toque grotesco, más propio de Prokofiev y de un estatismo elegíaco que es lo que más llama la atención.

Vayamos por partes: La interpretación contenida nos la encontramos en gran medida en el primer movimiento, no carga las tintas, más bien se dedica a exponer los temas, saborearlos, pero sin darles esa "electricidad" tan característica. Triunfalista, como ya he dicho, en el final, mastodóntico, sin prisas, sin virtuosismo, contundencia rusa, con gran dosis de decibelios. Lo grotesco nos lo encontramos en el segundo movimiento, con ritardandos, exagerando las frases del fagot y el oboe, haciendo machacón el timbal, etc. Y el estatismo elegíaco, más propio de Abbado -pero en otro repertorio, claro- nos lo encontramos en el Largo, no quiero decir que sea frío, sino que no carga las tintas, que no cae en ese melodismo agreste, dramático, herencia (salvando las distancias de Tchaikovsky) y quizás haya que recordar aquí una frase de Bernstein, que muchos "shostakovianos" tratan de silenciar, que era aquella que decía: "Shostakovich es el hijo directo de Tchaikovsky y el sobrino de Mahler", y es en este movimiento, donde se nota esta "familiaridad"... aunque muchos, como Gergiev, la traten de obviar.

En resumen, una Quinta Sinfonía, que no llega a la altura de los grandes: Bernstein, Sanderling, Mravinsky, Previn, Jansons ... pero que en cierto modo está, otra vez salvando las distancias, en la tradición "oficial": Rostropovich, Kondrashin...

Mi primer contacto con la 9ª Sinfonía de Shostakovich, fue de manos de Leonard Bernstein (aquí también) en uno de sus programas de "Conciertos para jóvenes", donde le dedica un capítulo al compositor ruso, trátandose del día de su cumpleaños. En él, aparte de anécdotas y datos biográficos, se desgrana primero, frase a frase todo explicado, y se interpreta después esta poco frecuente sinfonía. A estas alturas uno ya ha escuchado esta obra un puñado de veces, y siempre vuelve nostálgico a aquella interpretación, posiblemente sólo Barshai, aunque quizás algo más resabiado, llegue a tal altura.

Y la verdad es que Gergiev no ayuda mucho. Es este un "humor" del que el director ruso carece, se toma la sinfonía con mucha calma (¿pretenderá hacerla trascendental quizás?), casi soporífera, en el primer movimiento; muy bueno, eso sí, el trombón intentando "saltar comba". Lo más interesante de la versión quizás sea el cuarto movimiento, donde la combinación de una "supuesta" solemnidad, y el fagot -aunque con exceso de vibrato- parodia muy bien la Novena Sinfonía de Beethoven. El resto parece, al igual que el primer movimiento, dirigido todo con desidia.



REFERENCIAS:

SHOSTAKOVICH: Sinfonía Nº5 en re menor, Op. 47 y Sinfonía Nº9 en mi bemol mayor, Op. 70
Orquesta del Teatro Mariinsky.
Director: Valery Gergiev.
PHILIPS 475 065-2