Revista mensual de publicación en Internet
Número 56º - Septiembre 2.004


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BIG FISH – Danny Elfman

Por Carlos Infante. 

Tim Burton vuelve a sus orígenes con este BIG FISH mezclando fantasía y realidad en una historia donde la ternura y el romanticismo son la base argumental de la película que nos ocupa. De igual modo, el compositor Danny Elfman, habitual del director, ofrece un recital sonoro siempre al servicio de la historia, contraponiendo con acierto, fantasía versus realidad.

La edición de Sony Classical nos presenta un CD muy cuidado con una duración superior a los 61 minutos, incluyendo todas las canciones que escuchamos de forma incidental en la película, así como casi 40 minutos de la partitura original de Danny Elfman.

Respecto a las canciones les cuento que han sido incluidas todas, incluso aquellas que sólo se escuchan durante unos segundos. “Man Of The Tour” interpretada por Pearl Jam es la canción que cierra los títulos de crédito.  “Dinah” interpretada por Bing Crosby suena en la secuencia del nacimiento del protagonista, mientras la conocida “Everyday” popularizada por Buddy Holly es utilizada para resaltar el momento en que Edward Bloom por fin abandona el circo y parte en busca de su amor soñado y añorado. Elvis Presley será utilizado como marco a las andanzas militares de nuestro protagonista saltando en paracaidas sobre la Unión Soviética al ritmo de “All Shook Up”. Tanto “Five O'Clock World” de The Vogues como  “Ramblin' Man” de The Allman Brothers  enmarcan las dos etapas profesionales de nuestro protagonista: los comienzos y la época del éxito respectivamente. Finalmente “Let's Work Together” de Canned Heat es el sonido elegido por Burton para la secuencia del frustrado atraco al banco.

Ya centrándonos en el score propiamente dicho, lo primero que observamos en el tema de los títulos de crédito es la síntesis de lo que encontraremos en la obra. Una simbiosis entre la realidad y la fantasía, antes citada, resuelta mediante el uso del ‘sonido Thomas Newman’ y las habituales ‘composiciones Elfman’ que nos retrotraen necesariamente a ‘Eduardo Manostijeras’. Un gran acierto sin duda que a la vez motiva la carencia de un tema central o ‘main title’, sustituido por un ‘sonido’, textura si se prefiere, presente en toda la composición musical de esta obra.

La indudable influencia de Thomas Newman, a quien no me cansaré de reconocer como el mejor compositor en activo, queda patente en toda la obra, en los pasajes más realistas, pero de una forma inequívoca en los cortes “Shoe Stealing” y  “Rebuilding”, que dicho sea de paso son dos grandes aciertos de esta obra.

La parte romántica de la narración se encuentra, como por otro lado es lógico, en “Sandra's Theme” y “Sandra's Farewell”, donde Elfman es capaz de expresar todo el sentimiento del protagonista por su amada esposa desde el momento que la ve por primera vez hasta el momento de la despedida final. Dos temas de excepcional belleza que aislados suenan deliciosamente. En este mismo apartado podríamos encuadrar “Jenny's Theme”.

El tema “Finale” con una duración superior a los 11 minutos, es un perfecto resumen de la banda sonora y de la historia narrada por Burton. Durante los minutos que dura su audición repasamos lo que ha sido BIG FISH: desde sus inicios hasta llegar a su delirante final. Un punto final para una narrativa que sólo ha pretendido mostrarnos un mundo de sensaciones donde un hombre, un buen hombre, prefiere su universo interior (la fantasía) a la realidad que le impone un mundo, tal vez, demasiado pequeño para él.

Como anécdota final les comento que el CD incluye también “Twice the Love” (Siamese Twins' Song) que no es más, ni menos, que la canción interpretada por las siamesas en el escenario donde caerá nuestro protagonista en paracaídas. No tiene mayor trascendencia, pero no deja de ser una anécdota mencionable por lo inusual de este tipo de inclusiones en la edición comercial de una banda sonora.

En resumen: BIG FISH, la décima colaboración entre Tim Burton y Danny Elfman, es una de las bandas sonoras más interesantes del año, tal vez no por su gran calidad técnica, pero sin duda sí por su belleza, sí por su hermosura, sí por la idoneidad en conjunción con la imagen y, sobre todo, sí por el buen sabor que deja al escucharla. Es evidente que se la recomiendo a todos ustedes, sin excepción.