Revista mensual de publicación en Internet
Número 53º - Junio 2.004


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LAS CANCIONES, POESÍAS CON MÚSICA

 

Por Isabel Francisca Álvarez Nieto.


       Dicen que la poesía es música de la palabra y la música poesía sin palabras; asintamos esto o no, lo cierto es que la poesía tiene un valor didáctico extraordinario, por ello, el empleo de una metodología globalizada, que relacione sus contenidos con los objetivos de las diferentes áreas o ámbitos de conocimiento logra grandes beneficios.

 

Los niños aprenden fácilmente poesías porque poseen una estructura y un empleo del lenguaje especial. Además, pueden tener versos que rimen, y entonces la poesía adquiere cierta musicalidad, lo que abre el campo para trabajar con los niños multitud de conceptos musicales básicos desde el análisis de la poesía, así, por ejemplo:

-         el ritmo: distribución de las palabras en el tiempo.

-         el acento: énfasis en la intensidad de pronunciación de una palabra.

-         el tiempo: la velocidad con la que se debe leer (adagio, andante, allegro, presto,..).

-         los silencios: espacios de tiempo, largos o cortos, en los que no hay sonido.

-         la melodía: sucesión de las palabras y los versos que debido a su organización tienen un sentido musical.

 

Para introducir la poesía o la canción hay infinidad de momentos, de hecho, las empleamos en más ocasiones de las que somos conscientes, por ejemplo:

· En las nanas:

    Mi niño se está durmiendo al arrullo de la nana,

    mi niño se está durmiendo al arrullo de la nana

    y mientras los pastorcillos

    y mientras los pastorcillos

   le cantan por sevillanas.

· Para enseñar conceptos a los niños:

    Cinco lobitos

    tiene la loba,

    cinco lobitos

    detrás de la escoba,

    cinco parió,

    cinco crió

    y a los cinco

    tetita les dio.

· Para realizar curas:

    Sana, sana,

    culito de rana,

    si no sana hoy

    sanará mañana.

· Para rifar y sortear:

    Pito, pito,

    gorgorito,

    dónde vas tú tan bonito,

    a la era verdadera,

    pin, pon ¡fuera!

· Para saltar a la comba:

    El cocherito, leré,

    me dijo anoche, leré,

    que si quería, leré,

    montar en coche, leré,

    y yo le dije, leré,

    con gran salero, leré,

    no quiero coche, leré,

    que me mareo leré.

· Para jugar a las palmas o al corro:

    Al corro de la patata,

    comeremos ensalada,

    como comen los señores,

    naranjitas y limones,

    achupé, achupé,

    sentadita me quedé.

· Etc.

 

Por supuesto, las canciones y los poemas pueden ser aún más musicales si sus contenidos están relacionados con los instrumentos o la música en sí (por ejemplo, la ciudad Pentagramina o Don Trombón).

Es una manera de motivar a los niños, de implicarles en la tarea y de hacérsela más atractiva, aunque también se pueden incluir, junto con los anteriores, contenidos relacionados con aquellas actitudes, valores y normas que la sociedad demanda y que desde la escuela se trabajan a través de los temas transversales; de este modo: la igualdad de género, la solidaridad, el cuidado del medio ambiente, la justicia, la educación vial, la resolución de conflictos, etc.

 

Pero, aparte de lo ya mencionado, qué nexo existe entre poética y música, fundamentalmente la riqueza expresiva y simbólica de ambas.

Ya en la antigüedad, los griegos supieron hacer uso de esta mágica unión, creando su música sobre la base de composiciones de reconocido prestigio, a cuyo esquema musical añadían diversas poesías o alteraban su ritmo para crear nuevas obras.

También el músico, escritor y compositor irlandés Thomas Moore (1779 – 1852) apreció las posibilidades musicales de la poesía, ya que las acompañaba con piezas musicales.

 

Las canciones son así el elemento poético o prosaico unido a la creación musical.

Esta sutil unión reconoce la importancia de trabajar la poesía y la canción desde la Educación Infantil, para desarrollar el oído, el sentido del ritmo, la creatividad, la vocalización, la imaginación y para fomentar la socialización y el trabajo en grupo, como llave de un proceso musical más complejo que tendrá lugar en etapas posteriores.

 

 

Bibliografía:

-         De Benito, A. (2002): Musicuentos. Santos Ochoa. Logroño.

-         García Montero, L. (1999): Lecciones de poesía para niños inquietos. Comares. Granada.