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Número 51º - Abril 2.004


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EL TRISTÁN DEL JOVEN KARAJAN

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

Las representaciones de Tristán e Isolda dirigidas en Bayreuth en 1952 por Herbert von Karajan, que alcanzaron en su día una fama casi mítica, han vuelto a saltar recientemente a la actualidad. La razón es que la grabación "en vivo" que se conserva de una de las funciones, bien conocida por los aficionados wagnerianos a través de diversas publicaciones discográficas en los sellos del ramo, ha conocido por fin una edición oficial, con los derechos en regla, por parte del sello alemán Orfeo, en lo que parece que será la primera entrega de una edición dedicada al Bayreuth de los años 50-60. Hasta ahora, una edición de esas características había sido imposible por el veto del nieto del compositor, Wolfgang Wagner, que al fin la ha autorizado; no por ello habían dejado de circular profusamente estas grabaciones, en el mercado del disco llamado familiarmemte "pirata".

Normalmente, cuando se produce una edición oficial de estas características, el sonido suele ser muy superior al de las anteriormente conocidas: se parte de la cinta original conservada en la emisora de radio en cuestión (en este caso, Radio Baviera), se utiliza la mejor tecnología disponible en el mercado para reprocesarla, etc. No obstante, en el caso de este Tristán parece que la edición oficial no ha convencido al menos a una parte de los aficionados, y que continuarán teniendo un hueco las otras ediciones "no oficiales", como esta que traemos a comentario, del sello WALHALL.

Pero antes de pasar a comentar las diferencias de sonido entre ambas ediciones, se impone hablar de la interpretación aquí contenida, para aquellos que aún no la conozcan.


En 1952, Herbert von Karajan, a sus 46 años, estaba haciendo méritos para ser elegido el sucesor de Furtwängler, cuando este falleciera, al frente de la Filarmónica de Berlín. Su nombre estaba en alza y ya había realizado algunas de las grabaciones para EMI, producidas por Walter Legge, que le dieron fama internacional, como las óperas de Mozart Las Bodas de Fígaro o La Flauta Mágica. En Bayreuth había debutado en 1951, el año de la reapertura del Festival después de la guerra, dirigiendo Los Maestros Cantores y el Anillo del Nibelungo, alternándose con Hans Knappertsbusch. La EMI grabó a Karajan los Maestros y, del Anillo, solamente el acto 3 de La Walkyria. Al año siguiente se presentaba con una nueva producción del Tristán, precisamente la obra con la que había saltado a la fama por primera vez, en 1938, al dirigirla en Berlín, una ocasión saludada en un famoso artículo de prensa con el título de "El Milagro Karajan" (Das Wunder Karajan).

Sin embargo, la colaboración del director con Bayreuth terminaría muy pronto, siendo este Tristán lo último que dirigiría allí. La razón puede estar en la ruptura entre EMI y la gerencia del Festival, que no autorizó más grabaciones del sello británico; tal vez Karajan consideró que no merecía la pena dirigir más óperas si no le dejaban grabarlas. En todo caso, el interés de esta grabación aumentó aún más, si cabe, por el hecho de ser su última actuación en el Festival.

Escuchada hoy la dirección de Karajan, no es extraño que asombrara al público que la presenció. En una época en que las orquestas no tenían un rendimiento tan perfecto como hoy día, cuando aún eran frecuentes las pifias, tenía que resultar impresionante una exhibición de virtuosismo orquestal como la mostrada por el maestro salzburgués, con un concepto de la obra de una pasión encendida, realmente "volcánica". Desde el Preludio, uno de las interpretaciones de esta pieza que más "impacto" causa en un oyente, asistimos a toda una lección de técnica directorial. Por citar sólo un pasaje, los "embrujadores" trémolos de las cuerdas aque acompañan la "Bebida del filtro" son difíciles de olvidar para quien los haya escuchado en esta versión, aunque fuera solamente una vez. Hay también pasajes más flojos (como el confuso final del Acto 1) pero son los menos.

Con todo, no queda aquí Karajan exento de aspectos criticables, pues se nos ocurre al menos uno: tanto despliegue de técnica, tanta exhibición orquestal acaban sonando a "truco", a una versión excesivamente externa y "hollywoodiense" apoyada en efectos especiales. Este es un reparo de nuestro gusto puramente personal, entendiendo que habrá muchos aficionados a los que la dirección de Karajan les parecerá ideal, pero otros podrían preferir una dirección menos supervirtuosa, más sencillita, pero también más sincera, como la que realizó Eugen Jochum en Bayreuth al año siguiente (1953), sustituyendo a Karajan: si en los primeros minutos Jochum impresiona mucho menos, al terminar la obra deja, en nuestra opinión, más satisfecho al oyente. Por no hablar, claro está, del más grande intérprete que ha tenido el Tristán e Isolda, Wilhelm Furtwängler, que ese mismo año 1952 grabaría para EMI una versión que, al menos en cuanto a dirección, no ha sido superada desde entonces. Sin embargo, la actuación de Karajan nos parece aquí superior a la de otros famosos intérpretes de esta obra, como Karl Böhm, y más interesante que la del propio Karajan en estudio en 1972, cuando por fin la grabó para EMI, versión esta última que es el no va más en cuanto a refinamiento y exquisitez orquestal, pero que pierde el contenido teatral que tenía la representación de 1952.


En el reparto es donde encontramos el máximo aliciente de esta interpretación: la Isolda de Martha Mödl. Una voz que, al igual que la de Callas, puede no gustar al principio, y parecer áspera o algo retórica, pero que, también como Callas, "tiene algo"... una interpretación que hace que nos quede en la memoria cómo narra la ocasión en que curó a Tristán herido, o cómo dice su intervención al llegar frente a Tristán muerto. Una Isolda humanísima, que tiene más de mujer desgraciada que de altiva princesa, y una de las grandes intérpretes del papel de todos los tiempos; solamente por ella ya sería imprescindible esta grabación, que durante mucho tiempo fue la única completa editada con la Mödl (en 2002, Ponto publicó otra toma de 1959, dirigida en Amsterdam por Ferdinand Leitner). Recordemos, por último, la bien conocida definición de Wieland Wagner: Mödl era la Isolda "lacerada por el destino", al igual que Birgit Nilsson era la Isolda "amorosa" y Astrid Varnay la Isolda "vengativa", una muestra de la cantidad de matices distintos que se le pueden extraer al personaje.

A su lado, el mejor elogio que podemos hacer al tenor chileno Ramón Vinay es que no desmerece de tan excelsa Isolda. Hoy día estamos acostumbrados a escuchar en este papel a voces menos "heroicas", más líricas (como Windgassen), pero Vinay convence plenamente a cualquier oyente, mostrando la evolución de su personaje desde el guerrero del acto 1 hasta el hombre enamorado del acto 2, o el moribundo del 3, y haciéndose perdonar con su interpretación algunos problemas con su difícil parte.

Como Kurwenal está Hans Hotter, cuya voz noble y profunda, que parece la representación misma del concepto del "honor", antes asociaríamos con el Rey Marke que con Kurwenal, al que no imaginamos mucho mayor que Tristán; sin embargo, Hotter acaba convenciendo, tal vez "ayudado" por el tempo extremadamente ágil que le marca Karajan, que hace que su personaje no parezca tan viejo como, por ejemplo, en su intervención en el festival de 1957 con Sawallisch. Ludwig Weber es un gran Marke, del que la mejor definición sería la de majestuoso, nunca pierde su categoría real ni en los momentos donde llora su desgracia, aunque con Jochum el año siguiente estuvo aún más conmovedor. En cuanto a la Brangäne de la Malaniuk, estando correcta y más adecuada a su papel, por ejemplo, que Hotter, inevitablemente queda por debajo de todos sus compañeros. Entre los secundarios, son casi de lujo el Melot de Uhde y el Piloto de Stolze, mientras que el Pastor de Unger suena excesivamente patético y lastimero y el Marinero de Faulhaber no pasa de lo discreto.

En conjunto, una interpretación imprescindible para todo wagneriano; sin poder decir que es "el mejor Tristán" (ese puesto pertenece a Furtwängler), puede entrar sobradamente entre los cinco o seis primeros, y desde luego sus defectos son menos graves que los de otras versiones que también estarían en este grupo de cabeza, y que presentan inconvenientes mayores en la toma de sonido (Reiner), en la dirección (Böhm) o en el rendimiento de la orquesta (Knappertsbusch, además con un reparto menos bueno que todos los anteriores).


Queda por hablar, por último, del sonido. La edición Orfeo puede presumir de tener el mejor sonido según parámetros "objetivos": la pureza de la señal sonora es la máxima posible, la distorsión ha sido reducida a un mínimo... pero para ello el sonido ha sido transferido a un volumen relativamente bajo. Esto tal vez pueda defraudar a los aficionados wagnerianos a la hora de la audición "subjetiva", echando en falta un sonido con más "cuerpo", más presencia, donde la orquesta de Karajan tenga más protagonismo y no quede reducida a un acompañamiento "funcional"; un sonido que "emocione" al oyente aunque sea menos perfecto. Y tal vez para ese público que busque más la emoción que la perfección técnica puede que esté pensada esta edición de WALHALL, objeto del presente comentario: existe saturación, efectivamente, en los momentos "fuertes", pero a cambio la presencia sonora es mucho mayor. Por otro lado, el soplido de fondo que había en ediciones anteriores, como la de Myto, ha sido aquí eliminado en gran parte.

En resumen, que estamos ante una grabación que hay que tener, en una edición u otra, y en el caso de los aficionados con presupuesto exiguo hay un dato que les puede inclinar a favor de esta de WALHALL y es su precio, menos de la mitad que el de la edición Orfeo, al menos según la información que dan sus respectivos distribuidores en España.




REFEERENCIAS:

WAGNER: Tristán e Isolda
Martha Mödl (Isolda), Ramón Vinay (Tristán), Ludwig Weber (Rey Marke), Ira Malaniuk (Brangäne), Hans Hotter (Kurwenal), Hermann Uhde (Melot), Gerhard Stolze (Piloto), Werner Faulhaber (Marinero), Gerhard Unger (Pastor)

Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth
Director: Herbert von Karajan
Grabación en vivo, el 23-07-1952

WALHALL WLCD 0001 (3 CD's)


Distribuidor en España: LRMUSIC
Página web:
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