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Número 5º - Junio 2000


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VIAJE A TRAVÉS DE CHOPIN (IV). 

Por Rocío Cuenca Antón.

   

Nuestro último artículo lo cerrábamos haciendo una breve mención a la aparición de George Sand en la vida de Chopin. En éste, profundizaremos sobre la figura de esta controvertida mujer y acerca de su relación con Chopin.

Tras haber finalizado definitivamente la relación con María Wodziska, Chopin entabla relaciones con George Sand, a quién conocía anteriormente. Cabe mencionar que tras la ruptura con María, hasta que entabla relaciones con Sand, son meses muy tristes en los que compone la famosa "Marcha Fúnebre" (que más tarde incluiría en la Sonata nº2).

La relación con G. Sand se va haciendo más extrecha durante los meses de otoño-invierno de 1.837-1.838. Esta mujer, tal y como dijimos en el último artículo, desempeña un papel fundamental en la vida de nuestro compositor. Por ello vamos a conocer como era la personalidad de esta mujer.

Amandine Lucie Aurore Dupin, más conocida como George Sand, es sin duda una gran personalidad. Seis años mayor que él, cuando lo conoció, ésta ya tenía una amplia experiencia como escritora y mujer de mundo.

Para algunos estudiosos de Chopin, la postura que ella mantiene en su relación, la comparan a una "mantis religiosa", que lo explota y cuando estaba en su lecho de muerte lo abandona. Otros, sin embargo, opinan que es una madre que aparta de su lado todos los problemas, preocupándose por crearle un ambiente ideal en el que puede dar rienda suelta a su capacidad creadora, de forma que no perdiera el tiempo con situaciones no propicias. Seguramente sería ambas cosas a la vez.

Ella nació en Nohant (Berry) el 1 de Febrero de 1.804. Desde muy pequeña, presenta una personalidad extraordinaria, contando además con una educación muy amplia y variada.

Su vida amorosa, es bastante abundante: a sus 18 años se casa con el barón Dudevant, pero su matrimonio fue mal y al poco tiempo se separaron, ya que ella era una mujer independiente y con una personalidad excesivamente fuerte como para resignarse a un hombre mediocre y vulgar.

En 1.830, en Paris, empieza a ganarse la vida escribiendo en periódicos. Al mismo tiempo, comienza a utilizar indumentaria masculina, fuma puros y colecciona amantes.

En 1.831, es cuando utiliza por primera vez el seudónimo de George Sand, en su novela Indiane. En 1.837 comienza su relación con Chopin. Al estallar en 1.848 la revolución de Paris, se proclama en favor de los obreros y desheredados, lo cual le supone el rechazo por parte de las autoridades. En lineas generales podemos decir que se rodea de grandes amistades y también enemistades, feminista "avant la lettre", destacado por la influencia en los novelistas europeos de su época, entre ellos Rosalía de Castro.

Tras esta breve reseña de su vida, entraremos de lleno en la trayectoria que ambos realizan juntos. La relación que mantienen viene a durar aproximadamente unos nueve años. En la época en la que inicia su relación con Chopin, ella estaba manteniendo otra con F. Mallefile, por lo que decide abandonarle, pero éste, al enterarse de que le abandona por Chopin, se encara con ella, amenazándola con pistola. Por suerte los hechos no llegan a mayores, pero todo Paris se entera del acontecimiento. Para evitar habladurias, deciden alejarse de la ciudad por un tiempo y el destino escogido viene a ser Mallorca. Viajan por separado para evitar comentarios (por un lado G. Sand con sus dos hijos y sirviente; por el otro Chopin).

Por fin llegan el 8 de Noviembre. Durante una semana se alojan en un consulado francés para pasar a una hermosa villa, Sant Vent, gracias a los oficios del cónsul. Chopin está realmente encantado con el paisaje, clima... pero su felicidad se verá truncad muy pronto, ya que a finales de Noviembre, enferma y tiene una grave crisis de tuberculosis que se hace pública y se ven obligados a desalojar la villa, teniendo además que pagar los gastos de desifección de la misma.

La pareja, se niega a marcharse de la isla, y encuentran un nuevo lugar donde vivir. Se transladan a la cartuja de Valledemosa, (a 15 km de Palma). Sand se muestra bastante contenta con el cambio (así lo refleja en sus escritos); en cambio Chopin es menos entusiasta: "... Mi celda tiene forma de amplio ataud...".

Su permanencia en la Cartuja , tiene nefastas consecuencias para la salud de Chopin, debido a la humedad, mala ventilación de la celda... En cambio, a nivel artístico, es muy fructífero, ya que compone el conjunto de sus Preludios, el Schuzo en Do menor, la Gran Polonesa op. 40/2...

A pesar de todo, su estancia no fue feliz, y este hecho termina repercutiéndo en sus relaciones con G. Sand; por lo que tarde achacaría ella a su enfermedad . Tampoco contribuyen el trato recibido por parte de los lugareños, ya que al ver que no asistían a las celebraciones religiosas y descubrir que la pareja no estaba casada, les hacen un boicot: en el mercado (les pedían precios desorbitados por los productos...). Según nos cuenta G. Sand, con el dinero que gastaban, se hubieran dado festines en París. Como curiosidad sabemos que se compraron una cabra para que Chopin tuviera leche fresca.

Pero en la Cartuja, no había ningún piano, por lo que Chopin, escribe a su amigo C. Plegel pidiéndole que le envíe uno. Mientras éste llegaba, alquila uno, que resultó ser de muy mala calidad. Por fin, en enero de 1.839 llega el piano, en el cual pudo componer y tocar (su colección maestra de 24 Preludios op. 28...). Sólo pudo disfrutar del piano un mes aproximadamente, ya que el 13 de febrero abandonan la isla. A pesar de su gran calidad, lo vendieron en muy malas condiciones, ya que nadie quería un piano que "había sido tocado por un tuberculoso".

Debido al grave estado de salud de Chopin, se ven obligados a abandonar la isla. Cuando llegan a Barcelona, es atendido por un médico llamado Costa, que consigue reanimarlo en muy pocos días. Allí se alojan en el Hotel de las Cuatro Estaciones.

El día 22 de febrero embarcan con destino a Marsella. Por aquella época, la gravedad de la enfermedad de Chopin era conocida por todos, y sabemos que el director del hotel les cobra en la cuenta final la cama en la que había dormido Chopin, aludiendo que tenía que quemarla.

Por fin llegan a Marsella, y allí es atendido por el doctor Cauviére, que lo somete a un tratamiento con el que mejora (tiene más apetito...). G. Sand quiso que Chopin la acompañara a un viaje por Italia durante dos semanas, en el mes de mayo. Al regresar, se fueron a la casa que la escritora poseía en Nohant, donde pasaron el verano. Al llegar a la casa, Chopin pesaba 45 kg. (lo que nos da una idea de su fragilidad). Durante esos meses lo atiende el doctor Papet. Sand se porta muy bien con Chopin, cuidándole con gran cariño y procurando todas las comodidades para que él pudiera trabajar libremente. En este periodo compone su sonata en si bemol menor, nocturno op. 37/2.

Una vez pasado el verano, deciden regresar a Paris, llegando el 12 de Octubre. Allí el compositor se instala en el número 16 de Rue Pigalle, en dos apartamentos. A pesar de que busca a alumnos a los que dar clases y así obtener dinero, no consigue cubrir el pago de los dos alquileres, por lo que Sand, le alquila uno y puede estar más cerca de él.

La fama que Chopin tenía como músico y compositor era muy grande, por ello todas las personalidades le quieren oir tocar. Así el 29 de Octubre ofrece un recital privado en Saint Cloud ante el rey Luis Felipe.

Pese a su mejoría de salud, en la primavera de 1.840 vuelve a tener claros síntomas de recaida, lo cual no le impide seguir trabajando en sus composiciones, dando clases y manteniendo estrechas relaciones con los exiliados.

El 26 de Abril de 1.841, Chopin ofrece uno de sus escasos conciertos públicos, lo que atrajo la atención de todo Paris, llenándose el aforo a pesar de los altos precios.

Liszt, siempre generoso y sin recelos ni envidias, elogia al que podía ser su único rival, escribiendo un laudaterio artístico sobre ese evento.

El éxito que obtuvo, tanto de crítica, público y sobre todo económico, hace que se repita el evento al año siguiente. Aunque cobraba bastante por las ediciones de sus obras, sigue dando clases para mantener su nivel de vida, lo cual le resta tiempo para su composición, creándole por ello serias discusiones con su amigo, el poeta Mickiewiez, ya que él le achaca que tiene demasiadas irritaciones.

Dejando por un momento la biografía de Chopin, analizaremos la relación existente entre éste y Falla.

Aunque a primera vista, parece no haber demasiadas relaciones entre los dos, si miramos en profundidad, observamos que ambos son los compositores más representativos de sus patrias, reciben de la música popular el alimento esencial para su creación artística, expresando la esencia del folklore debidamente purificado...

Aunque la obra de Chopin alcanza su máxima expresión en el piano y la de Falla en la orquesta, este último también tiene obras para dicho instrumento, así destacan: Fantasía Bética, la Noche en los Jardines de España, las 4 piezas españolas... y otras de juventud como el Vals capricho, la Serenata andaluza o el Nocturno (donde hay ecos chopinianos).

Falla conoce la obra de Chopin gracias a su madre, que era una excelente pianista aficionada. Pero su relación va mucho más allá. En 1.933 se celebró un homenaje en honor a Chopin en la cartuja de Valldemossa, y encontrándose Falla allí, se le pide que escribiese algo para tal evento. El decide componer una obra coral con texto de Verdejuer utilizando la música de la Balada en Fa mayor op. 38 de Chopin. Falla, le da el nombre de Balada de Mallorca.

La relación más importante de ambos, es la establecida en la ópera Fuego Fatue, que estaba inspirada en música de Chopin. Falla no la llega a terminar (debido a cuestiones morales a causa del libreto de María Martinez Sierra), tan sólo orquesta varios números. Pero no es totalmente desaprovechado, ya que con los fragmentos manuscritos Antonio Ros Manbá realiza en 1.976 una suite que se estrena en el festival de Granada ese mismo año.

Amigos, ya hemos concluido nuestro artículo. Espero veros en el próximo, ya dando los toques, que se aventuran finales a nuestro gran y apasionado viaje. ¡Hasta pronto!

Bibliografía:
AA.VV.: Piano Classics. Ediciones Orbis. Barcelona, 1997.