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Número 46º - Noviembre 2.003


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EL PRIMER TCHAIKOVSKY DE REPIN
 

Por Rubén Flórez Bande

          

Como en un "flash-back" cinematográfico, Erato-Warner reedita un disco integrado por los Conciertos para violín de Tchaikovsky y Sibelius que ya había visto la luz en 1996, donde los abordaba un, en aquella época, desconocido Vadim Repin.

El de Tchaikovsky, muy juvenil, carecía de la personalidad demasiado arrolladora que consiguó años después con Gergiev: si bien es una interpretación despreocupada, sin complejos, le falta "personalidad". No quiero decir con esto que sólo se limite a leer la partitura, sino que le falta cuerpo, y un sonido propio, todas las dificultades técnicas las solventa con maestría, las dobles cuerdas, el fraseo, los ataques... pero se queda en eso, en una visión de lucimiento técnico, sin una implicación emocional que sí tendría años después, no del todo correcta, pero respetable. El acompañamiento de Krivine es correcto, limitándose a acompañar con una eficiente Sinfónica de Londres, quizás algo de más vuelo no le hubiera venido mal, en ocasiones la orquesta suena demasiado constreñida.

El Concierto de Sibelius gana más puntos, es una visión fresca y juvenil, como en Tchaikovsky, y no le viene mal a esta música muchas veces demasiado densa. Repin desgrana las notas y las frases una a una, masticándolas y haciéndolas audibles, sin dobles sentidos, no es una versión ultra-romántica y salvaje como la de su compañero de clase Vengerov, demasiado personal, sino que hace este concierto bastante accesible. Quizás tanta accesibilidad tampoco sea del todo correcta, porque al igual que en Tchaikovsky falta personalidad, está bien eso de hacer comprensible el concierto, pero no sacrificando la personalidad. Quizás lo que le sobre a Vengerov, le venga en falta a Repin. Pero bueno, son los problemas de la juventud y las ganas de tocarlo todo y muy rápidamente, sin implicarse mucho en la obra. Krivine acompaña muy dignamente, evitando toda contundencia, y ayudando al desarrollo melódico del solista.

Disco grato de oír, pero que poco aporta a las tantas y tantas versiones que hay de estos conciertos: para Tchaikovsky, primero acudir a Oistrakh, Kogan, Mutter, Zukerman... y para Sibelius: Zukerman, Perlman, Mutter, Vengerov...


REFERENCIAS:

TCHAIKOVSKY: Concierto para violín en Re mayor, Op. 35.
SIBELIUS: Concierto para violín en re menor, Op. 47.
Vadim Repin, violín. Orquesta Sinfónica de Londres. Director: Emmanuel Krivine.
WARNER - ERATO 49553-2